Al entender cómo las relaciones afectan a nuestro cerebro de forma casi inmediata, es posible alterar la forma de interactuar con los demás de una manera positiva.
Por Canal26
Jueves 18 de Julio de 2024 - 07:30
En la vida cotidiana, todos enfrentan desafíos en sus relaciones interpersonales, en la resolución de conflictos y en la gestión de interacciones. Es natural que se busque mejorar estos aspectos, pero rara vez se considera el papel que juega el cerebro en estos procesos.
El doctor Srini Pillay, de la Universidad de Harvard, abordó esta problemática que afecta a millones de personas e invitó a reflexionar sobre cómo influye la mente en todas las relaciones y cómo se puede utilizar este conocimiento para mejorar las interacciones sociales.
Pillay explicó que el cerebro es el epicentro desde el cual percibimos, entendemos, recordamos, evaluamos, deseamos y respondemos a los demás. Según el experto, las personas en nuestras vidas no son simplemente quienes son, sino que son la unión entre su verdadera esencia y cómo los percibimos y procesamos en nuestra mente.
De esta forma, al entender cómo las relaciones afectan a nuestro cerebro de forma casi inmediata, es posible alterar nuestra forma de interactuar con los demás de manera positiva.
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Al entender y aplicar tres mecanismos específicos (contagio emocional, empatía cognitiva y transferencia) es posible mejorar cualquier tipo de relación interpersonal.
El primer mecanismo destacado por Pillay es el contagio emocional, un fenómeno donde las emociones de una persona pueden influir en las de otra, a menudo de manera inconsciente. Este fenómeno se manifiesta en diversos contextos, desde relaciones personales hasta entornos laborales.
"Nuestras emociones pueden transferirse fácilmente a otra persona sin que lo sepamos", afirmó Pillay. Incluso en las redes sociales, donde la interacción no es cara a cara, el contagio emocional puede ocurrir. Reconocer este fenómeno nos ayuda a gestionar mejor nuestras interacciones emocionales y a crear entornos más positivos.
La empatía es ampliamente valorada, pero pocos saben que existen dos tipos distintos: la empatía emocional y la cognitiva. La empatía emocional implica sentir lo que la otra persona siente, mientras que la empatía cognitiva se centra en comprender la perspectiva emocional o mental del otro sin experimentar sus mismas emociones.
Pillay sugirió que utilizar uno u otro tipo de empatía puede ser más eficaz dependiendo de la situación. La empatía cognitiva, en particular, permite una comprensión profunda sin quedar abrumado por las emociones del otro, facilitando interacciones más racionales y constructivas.
La transferencia es el proceso mediante el cual aplicamos experiencias, emociones y patrones relacionales pasados a nuevas situaciones, a veces de manera inapropiada. Cada persona lleva consigo una "mochila" de aprendizajes vitales, que pueden ser tanto útiles como perjudiciales.
Conflictos o problemas no resueltos de relaciones anteriores pueden influir en nuestras decisiones actuales, aunque las circunstancias sean diferentes. Esta transferencia puede llevarnos a repetir patrones de comportamiento que no son adaptativos en el presente. Comprender y gestionar esta transferencia es esencial para romper ciclos negativos y fomentar relaciones saludables.
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