Infancia y memoria: por qué algunos recuerdos perduran mientras que la mayoría se desvanece con el tiempo

Debido a que antes de los 3 años el cerebro aún está en desarrollo, todo recuerdo que tengamos antes de ese período puede perderse en el olvido mientras que otros motivados por diferentes sentimientos, perduran toda la vida.

Por Canal26

Jueves 6 de Julio de 2023 - 17:13

Cerebro, neuronas Cerebro, neuronas

Una de las preguntas más difíciles de responder según los expertos es ¿cuál es el primer recuerdo que tenemos de nuestra vida? Mientras, por otro lado, surge otra incógnita: ¿cuál es el criterio para que algunos tengan recuerdos de una edad más temprana, mientras que otros no reconocen prácticamente nada de su infancia?

La respuesta más utilizada es que puede deberse de algún tipo de trauma, pero los especialistas en la salud mental desmienten este mito afirmando que no necesariamente es por esa razón. No recordar gran parte de nuestra infancia es mucho más común de lo que creemos, y si ese es tu caso, estás dentro de la mayoría.

Healthline, un medio dedicado a la salud, compartió en uno de sus artículos sobre el tema: “Tener pocos recuerdos de la infancia es algo bastante común. A medida que pasa el tiempo, el cerebro tiene que liberar espacio para nuevas experiencias. También es menos probable que recordemos cosas si tuvieron poco impacto emocional en nosotros o si sufrimos un trauma infantil”.

Graciela Moreschi, médica psiquiatra (MN 41018), definió a los recuerdos como figuras que son siempre vivas y que se retocan permanentemente. “Uno va recordando con las pinceladas que le da el relato propio o ajeno. Aclaro esto porque a veces uno cree que recuerda fielmente y esto no sucede así. Es muy interesante porque el recuerdo siempre es una construcción presente, que dispara algo pasado”, explicó.

“Hay personas que no tienen recuerdos de la infancia. En primer lugar, en esa etapa no se forman los recuerdos. Por lo tanto, que uno no recuerde hasta los tres o cuatro años puede ser porque falta madurar la zona del cerebro encargada de la memoria. Pero hay quienes no recuerdan tampoco después, en la edad adulta. En ese caso podemos pensar si hay algo traumático que produjo un bloqueo”, agregó la experta.

La infancia. Foto: Unsplash. La infancia. Foto: Unsplash.

Longevidad. Foto: Unsplash.

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Cuando la mente reprime a la memoria

“Los expertos no han descartado de manera concluyente la idea de que las personas pueden olvidar eventos traumáticos y recordarlos más tarde, pero se necesita más investigación”, afirmaron desde Healthline.

Alexis Alderete, licenciado en Psicología (MP 85367), especialista en trastornos de ansiedad y entrenamiento en habilidades, explicó, “La teoría de la memoria reprimida (Sigmund Freud) hace alusión a que las personas podemos reprimir o bloquear de manera inconsciente ciertos eventos traumáticos como una forma de mecanismo de defensa psicológica. Según dicha teoría los eventos que son reprimidos pasan directamente y permanecen en el inconsciente y no son accesibles de forma consciente. La recuperación de estos recuerdos suele ser a través de técnicas específicas que se dan con la psicoterapia, pero hay que entender que estos recuerdos, aunque estén reprimidos van a afectar a la persona de forma latente en su conducta y su respuesta emocional. Como un recuerdo que está constantemente pulsando para salir a la luz".

“Algunos niños responden al trauma separándose mentalmente, lo que podría afectar la forma en que recuerdan lo que sucedió. Otros, simplemente, se niegan a pensar en el trauma y amurallan el evento, pero esto no es lo mismo que olvidar”, expandieron en el artículo.

Respiración 4-7-8. Pexels

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Las diferentes teorías para explicar la amnesia infantil

La principal teoría se sostiene en que los recuerdos se fortalecen y blindan al paso del tiempo cuando tienen un factor emocional que los respalda. Es menos probable que los olvidemos cuando tienen una relación directa con momentos que tuvieron un significado más profundo en nuestras vidas o experiencias que nos hicieron experimentar sentimientos como el amor, la vergüenza, la felicidad o el rechazo.

“Hay chicos que son muy ansiosos, que están siempre pensando en lo que va a venir ‘¿y ahora qué hacemos?’, preguntan a cada rato. En estos casos, el recuerdo tampoco se termina de fijar porque la atención no está puesta en el momento. Entonces, puede ser que personas con estas características no terminen de formar el recuerdo”, detalla la doctora Moreschi, proponiendo otra causa al olvido en las primeras etapas de vida.

En paralelo, los expertos que investigaron el desarrollo del cerebro, afirman que este no se detiene una vez se que se alcanza la adultez, por el contrario, "El cerebro puede ‘reestructurarse’ a sí mismo cuando ve la necesidad de adaptarse a los diversos cambios que experimenta a lo largo de la vida”, lo que también provoca una reorganización en los recuerdos y en cómo creemos que pasaron; así la mente elimina las conexiones neuronales más antiguas que ya no utiliza y las reemplaza por información y recuerdos que sean más relevantes en la actualidad.

“Sin embargo, los recuerdos de la primera infancia generalmente comienzan a desvanecerse a medida que se acerca a la adolescencia, aproximadamente el momento en que comienza a desarrollar su sentido de identidad. Los recuerdos que creamos como adolescentes se convierten en un componente central de la identidad, teniendo prioridad sobre los recuerdos creados esta estaba menos desarrollada. Es por eso que los recuerdos más fuertes suelen provenir de los años como adolescentes y adultos jóvenes”, continuaron.

Memorias retratadas. Foto: Unsplash. Memorias retratadas. Foto: Unsplash.

Jorge Lanata. Foto: NA.

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Formas de reforzar la memoria

  • Tener presentes los recuerdos. “Está bueno preguntar, mirar fotos, hablar de las historias. Entonces, en algún momento uno va a tomar algo que quedó en la mente más el relato. Pero es importante también aclarar que esto nunca es exactamente fiel. Es esa construcción de la que estamos hablando. Hablar de la infancia con nuestros padres, con amigos, empieza a disparar recuerdos que tal vez la persona no le daba importancia”, dijo Moreschi.

  • Escribir lo que queramos recordar. “Llevar un diario de recuerdos donde se vayan canalizando aquellos recuerdos que nos vayan surgiendo día a día y las emociones que estaban implicadas, hará mucho más sencilla re-memorización de nuestros eventos que estaban bloqueados. También hablar con familiares o amigos que puedan recordar eventos compartidos de la infancia. Escuchar diferentes perspectivas y relatos puede ayudar a desencadenar recuerdos propios”, sumó Alderete.

  • Volver a la escena que nos gustaría recordar. No depende únicamente de forzar el recuerdo, sino que invadirnos por aromas, imágenes, texturas y sabores ayuda a activar la memoria sensorial, despertando el recuerdo a través de lo que nos hizo sentir la primera vez.

  • Ejercitar la mente y no dejar de aprender cosas nuevas, incluyendo realizar actividad física con regularidad, puede ayudar a tener un impacto positivo tanto en la memoria como en la salud cerebral en general.

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