Según los expertos, sirve para relajarse por su alto contenido en triptófano que ayuda a estimular el sueño.
Por Canal26
Martes 14 de Noviembre de 2023 - 21:26
La alimentación es clave cuando hablamos de problemas en el sueño. Las cenas pesadas tienden a dificultar la digestión y que nos sintamos más pesados, lo que puede ocasionar que no conciliemos el sueño. Por eso, cerca de la hora de irse a dormir, conviene no comer frituras o alimentos estimulantes, como la cafeína y los azúcares. Lo mejor es sustituirlo por platos más livianos para dormir mejor.
Ahora bien, los lácteos son los alimentos más recomendados para cenar porque nos ayudan a dormir mejor, según afirmaron las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto, codirectoras de la Clínica Mira+Cueto de Madrid. Algo tan sencillo como tomar un vaso de leche caliente antes de irnos a la cama nos ayuda a conciliar el sueño.
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Los lácteos tienen un alto contenido en triptófano, que es un precursor de la serotonina, que a su vez es precursor de la melatonina que estimula el sueño, contaron las especialistas. Por otro lado, en el caso de los adultos, recomiendan que sea leche sin lactosa, ya que se digiere mejor. Además, a esto hay que sumarle alimentos que se digieran bien y que ayuden a conciliar el sueño de la mejor forma posible.
Además de un vaso de leche, también es bueno incluir lácteos en otros platos o en postres saludables. Otro de los beneficios de sumar este truco alimenticio a tu rutina es que nos ayudará a sentirnos menos hinchados. Igualmente, esto no es una recomendación para todos, ya que no todos asimilan de igual manera los lácteos y en base a eso, hay que evaluar si incluirlos o no.
Si estamos en un proceso de pérdida de peso, lo que aconsejan es retirar los lácteos por la noche, sobre todo los quesos grasos o semicurados y, a medida que se vaya perdiendo peso, reintroducirlos poco a poco como el yogur descremado.
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Si bien la alimentación es un punto fundamental, también hay otros factores a tener en cuenta para dormir bien y descansar mejor. Lo más común es dormir entre siete y ocho horas al día, pero las necesidades de sueño varían según otros factores, como la edad.
A partir de los 20 años, las necesidades de sueño se mantienen más constantes hasta llegar a la tercera edad, donde la necesidad de dormir se reduce a unas seis horas y la profundidad y continuidad del sueño se ven afectadas, según especialistas médicos de Quirón Salud de España.
También hay otros problemas que influyen en la calidad del sueño, como por ejemplo, las situaciones vitales de cada persona y el estrés como otros motivos que nos dificultan dormir. A esto se le suma, cambios en las rutinas habituales como, por ejemplo, un cambio de turno en el trabajo puede favorecer el insomnio.
Para tener una vida más plena y rendir mejor cada día, hay que adoptar ciertos ''trucos'' que nos ayuden a conciliar el sueño y optimizar nuestro descanso. El colchón, la temperatura de la habitación, la luz, los aparatos electrónicos e incluso los sonidos contribuyen a alcanzar la relajación.
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