Superar una situación traumática: la dieta antiestrés que recomiendan los especialistas de Harvard

Dieta mediterránea. Foto: Unsplash

Luego de experimentar o ver algún hecho fuerte, un desastre natural, un accidente automovilístico o alguna agresión sexual, es común que los individuos experimenten el trastorno del estrés postraumático. Entre los principales tratamientos se encuentran la psicoterapia y los medicamentos.

Sin embargo, un estudio realizado por los investigadores de la Universidad de Harvard reveló un dato alentador: seguir una dieta mediterránea puede aliviar o prevenir los síntomas del trastorno del estrés postraumático en mujeres.

La dieta para combatir el estrés. Foto: Unsplash.

La investigación develó que los participantes que seguían una dieta mediterránea experimentaban una disminución de los síntomas. "Existe una relación muy intrigante entre el microbioma intestinal humano y el cerebro", comentó Yang-Yu Liu, coautora del estudio.

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Qué es la dieta mediterránea

La dieta mediterránea es una forma de alimentación tradicional de Grecia, Italia y otros países que bordean el Mar Mediterráneo. Consiste en consumir grasas saludables, también conocidas como ácidos grasos monoinsaturados (MUFA), que se encuentran en alimentos como nueces, pescado y aceite de oliva.

Este tipo de alimentación se caracteriza por un alto consumo de vegetales, frutas, legumbres y cereales, pero tiene al aceite de oliva como prácticamente la única fuente de grasas monoinsaturadas. Incluye un consumo moderado de pescado, poca carne y aves, y casi nada de lácteos. El vino es incorporado en cantidades muy moderadas y solo con las comidas.

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¿Cómo se realizó el estudio?

El equipo recopiló datos de 191 participantes mujeres en subestudios del Nurses’ Health Study-II (NHS-II). Los participantes fueron asignados a tres grupos: probable estrés postraumático, expuestos a trauma pero sin la afección, y sin exposición a trauma.

Dieta mediterránea. Foto: Unsplash

Los participantes presentaron dos series de cuatro muestras de heces, una al inicio del estudio y otras seis meses después. Estas muestras permitieron obtener información sobre el ADN microbiano.

El equipo evaluó las asociaciones entre la estructura general del microbioma y los factores del organismo, incluidos los síntomas del cuadro de estrés, la edad, el índice de masa corporal y la información dietética. A partir de esta evaluación, los investigadores hallaron varios factores de la persona (índice de masa corporal, depresión y antidepresivos) asociados con la estructura del microbioma.

Luego de este arduo análisis, los investigadores se centraron en la relación entre la información sobre la alimentación disponible y los síntomas del estrés. De esta forma, se llegó a la conclusión de que, quienes seguían una dieta mediterránea experimentaban menos síntomas por el trastorno.

Dieta mediterránea y salud cerebral. Foto: Unsplash

Dicho de otro modo, se descubrió que el consumo de carnes rojas y procesadas se asociaba positivamente con los síntomas del estrés postraumático, mientras que el consumo de alimentos de origen vegetal se asociaba negativamente con los síntomas.

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Método de triangulación 

Para concluir, el equipo utilizó el método de triangulación generalizada microbio-fenotipo para examinar el vínculo entre los síntomas y las firmas del microbioma intestinal, con el objetivo de identificar especies protectoras.

 De esta manera, se identificó a la  Eubacterium eligens como la principal especie de bacteria protectora del estrés postraumático. Esta, se asociaba positivamente con los componentes enriquecidos de la dieta mediterránea, mientras que se asociaba de manera negativa con la carne roja y los procesados.

La dieta mediterránea puede ayudar a combatir el estrés postraumático. Foto: Unsplash.

“Es emocionante que nuestros resultados impliquen que la dieta mediterránea puede proporcionar un alivio potencial a los individuos que experimentan síntomas de TEPT”, resaltó Liu. “Estamos ansiosos por saber más sobre la relación entre el estrés postraumático, la dieta y el microbioma intestinal. En un estudio futuro, intentaremos validar la eficacia de los probióticos como método para prevenir el trastorno”, continuó.