Son dos de los eventos que marcarían el devenir del país en distintos momentos de su historia. El primero, en 1813, en plena guerra por la independencia con José de San Martín librando su único combate en suelo nacional y el segundo, en 1852, puso punto final al poder de Juan Manuel de Rosas a manos de Justo José de Urquiza.
Ambos combates se libraron el mismo día.
Argentina es un constante relato de enfrentamientos, primero en la lucha por lograr la independencia de España, conseguida en 1816, y luego manteniendo una sangrienta guerra civil entre unitarios y federales que acaparó gran parte del siglo XIX. De esos dos momentos podemos destacar dos sucesos que, sin quererlo, comparten fecha: el Combate de San Lorenzo y la Batalla de Caseros, el primero librado el 3 de febrero de 1813 y el segundo el 3 de febrero 1852. En distintos momentos, ambos marcaron a fuego el futuro de lo que hoy llamamos República Argentina.
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Librada el 3 de febrero de 1813 en San Lorenzo, Santa Fe, fue el único combate que José de San Martín y el Regimiento de Granaderos a Caballo enfrentaron en territorio argentino con el objetivo de paliar el peligro que la flota realista, con base en Montevideo, representaba.
Con la información que los españoles iban a desembarcar cerca de lo que hoy es Rosario, San Martín puso en marcha un plan para atacar por dos frentes. Fue así que, en plena guerra por la independencia, con la firme convicción de romper lazos con el viejo continente y comenzar a consolidar la independencia a nivel regional de los pueblos americanos, el prócer llegó al Convento San Carlos para diseñar un plan táctico militar y sorprender a las tropas enemigas.
Cuadro que recrea el heroico gesto de Cabral.
San Martín dividió su fuerza en dos compañías de 60 hombres para atacar por sorpresa a los realistas que recién habían desembarcado en la madrugada del 3 de febrero, el mismo se realizó con un movimiento de pinzas desde la parte de atrás del convento para dar inicio al combate. La defensa de los españoles en el inicio casi le cuesta la vida al Libertador de América quien fue herido de bala, causándole la inmovilización de su pierna y teniendo que ser rescatado por Juan Bautista Cabral a costa de la suya.
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La llegada de la segunda fuerza, liderada por el capitán Justo Bermúdez, impidió que los realistas se reorganizaran para darle la victoria total a San Martín y obligarlos a que huyan al río donde varios murieron ahogados. En total el combate duró 15 minutos, murieron 40 españoles y 15 patriotas y significó el bautismo de fuego del Regimiento.
Convento San Carlos.
Casi 90 años después, el 8 de julio de 1901, en una pequeña casa de Venado Tuerto Cayetano Alberto Silva terminaba de componer la marcha de San Lorenzo que, en octubre de 1902, sería interpretado por primera vez en el mismo sitio del combate. Su letra y música convertirían a este enfrentamiento en el más famoso librado en plena campaña independentista.
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El 3 de febrero de 1852, en lo que hoy es el Palomar de Caseros en el Gran Buenos Aires, se libró la batalla que significó el punto de partida para la consolidación del país tal cual lo conocemos. Ese día el Ejército Grande, al mando del entrerriano Justo José de Urquiza, enfrentó y derrotó a las tropas del entonces gobernador Juan Manuel de Rosas.
Unos meses antes, en mayo de 1851, el entrerriano mediante el famoso Pronunciamiento de Urquiza se sublevó contra Rosas en medio de una larga disputa entre las provincias y Buenos Aires por la centralización del país y las dificultades para un acuerdo que permitiera redactar una constitución. Al mando de unos 28.000 hombres, el entrerriano avanzó sobre la Provincia para enfrentar al Ejército federal de Buenos Aires compuesto por 22.000 soldados.
La batalla comenzó temprano, se estima que alrededor de las 8, y duró hasta las 14. Participaron cerca de 50 mil hombres donde las tropas de Urquiza mostraron superioridad desde el inicio con el uso de cuatro coheteras, que para ese entonces era la última tecnología en armas.
Rosas y Urquiza.
Rosas ya estaba políticamente muy golpeado, incluso previo al combate, había perdido apoyo de personajes destacados como Ángel Pacheco y su negativa a dictar una constitución, para no verse perjudicado económicamente, se volvió insostenible. La victoria de Urquiza fue total.
El Ejército Grande sufrió la baja de 300 hombres, los de Rosas en cambio perdieron 1.500 soldados. Además de la pérdida de poder, el hombre que supo tenerlo todo en la región, debió abandonar el país para emprender un exilio a Reino Unido que duró hasta 1877, año en que se produjo su muerte.
El Palomar de Caseros en la actualidad.
Urquiza no fue el único prócer destacado que participó en dicha batalla, también lo hicieron dos futuros presidentes: Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento. La victoria del interior permitió que un año después, el 1 de mayo de 1853, se aprobara finalmente la Constitución Nacional.
El partido de Tres de Febrero, donde se encuentra Caseros, fue bautizada por dicha batalla y no en modo de conmemoración a San Martín y al combate que libró 41 años antes en San Lorenzo. Otra vez la historia argentina demostrando que recuerda lo que quiere.
Por Yasmin Ali
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