La siesta: ¿es realmente buena para la salud?

Los beneficios y contras de la siesta. Foto: Unsplash

La siesta, odiada por los más chicos y querida por lo más grandes, sigue estando en discusión por los científicos puesto que, aunque puede resultar útil en algunas ocasiones, se sabe que no reemplaza el descanso regular de la noche. 

Los médicos aseguran que dormir es fundamental para la salud, tanto que los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, sigla en inglés) de Estados Unidos, recomienda que los adultos entre los 18 y 60 años deberían dormir alrededor de siete horas. 

S bien puede resultar de mucha ayuda para recuperar energía, también hay evidencia sobre otros efectos que no pueden resultar tan beneficiosos.

Un rato de siesta ayuda a recuperarse de la fatiga y restaura el estado de alerta. Foto: Unsplash

Te puede interesar:

Perder peso desde casa: cuáles son los tres ejercicios ideales para mantenerse en movimiento

Ventajas y desventajas de la siesta

En relación a los beneficios, un breve descanso durante el día sirve para recuperarse de la fatiga y restaurar el estado de alerta ya que, según la agencia de salud, tanto una siesta corta, de entre 15 y 30 minutos, o una larga, de aproximadamente una hora y media, es suficiente para producir estos beneficios. 

Otra de las ventajas es que, a partir de una investigación publicada en Sleep Health se supo que existe una pequeña asociación entre los breves periodos de sueño y un mayor volumen cerebral total, es decir, que es beneficioso para el cerebro. 

Las siestas están relacionadas a la hipertensión. Foto: Unsplash

Te puede interesar:

Pacho O'Donnell, a los 82 años, y su reflexión sobre la longevidad: "La vejez puede ser una edad activa, creativa y erótica"

Ahora, las desventajas 

Según los expertos, las siestas tienen su costado negativo. Este se encuentra asociado a los efectos perjudiciales para la salud puesto que un artículo publicado en la revista Hypertension reveló que aquellas personas que tienen el hábito de la siesta se encuentran más propensos a tener presión arterial alta.  

Además, los expertos de los CDC recalcan que las siestas no reemplazan el sueño regular y adecuado de la noche.