A medida que pasan los años, la flexibilidad del cuerpo tiende a reducirse, pero nunca es tarde para mejorarla. Con los ejercicios adecuados, es posible recuperar y mantener la movilidad a cualquier edad.
Por Canal26
Miércoles 20 de Noviembre de 2024 - 16:59
Con el paso de los años, la rigidez en músculos y articulaciones se convierte en un desafío que puede comprometer la calidad de vida. En particular, después de los 40 años, mantener la flexibilidad resulta fundamental para conservar la movilidad y prevenir lesiones.
Sin embargo, esta capacidad física puede preservarse e incluso recuperarse con la práctica de ejercicios adecuados y cambios en el estilo de vida. La fisioterapeuta Margarita Alonso, en un artículo para Cuidate Plus, explicó que la flexibilidad está relacionada con la capacidad de las articulaciones para moverse dentro de su rango máximo.
Ejercicios fáciles y sencillos para mejorar la flexibilidad después de los 40 años.
Este aspecto depende de factores como la salud de los músculos, tendones, ligamentos e incluso la piel. Aunque la reducción de esta habilidad es natural con la edad, no es irreversible, por lo que los ejercicios de estiramiento son una opción ideal para aquellos que deseen trabajar la elongación sin demasiado esfuerzo.
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Existen movimientos simples y efectivos que se pueden incorporar fácilmente en la rutina diaria:
Cuidado del cuello: relajar los hombros e inclinar suavemente la cabeza hacia adelante permite liberar tensiones acumuladas. Repetir el ejercicio hacia atrás y hacia los lados amplía el rango de movimiento cervical, mejorando la postura y reduciendo molestias comunes.
Fortalecimiento dorsal: girar el torso mientras se estiran los brazos hacia un lado, con o sin el uso de una pelota, ayuda a aliviar tensiones en la parte alta de la espalda. Este ejercicio también mejora la movilidad en la columna torácica.
Apertura del pecho: al acostarse boca arriba y llevar los brazos hacia atrás, se fomenta la flexibilidad de los hombros y la expansión del pecho, contrarrestando los efectos de posturas encorvadas.
Estiramiento de la parte posterior: inclinar el torso hacia adelante desde las caderas ayuda a trabajar la cadena muscular posterior, incluyendo espalda, glúteos y piernas. Este ejercicio es ideal para aliviar tensiones acumuladas por largas jornadas sedentarias.
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La flexibilidad no solo depende del ejercicio físico, ya que también está influenciada por factores como la alimentación, la hidratación y el cuidado general del cuerpo. Asimismo, consumir alimentos ricos en vitamina C, como cítricos y frutos rojos, y proteínas, como carne magra o frutos secos, contribuye a la producción de colágeno, esencial para la salud articular.
Por último, integrar disciplinas como yoga o pilates puede ser beneficioso porque estas prácticas combinan movimientos controlados con respiración consciente. Por lo tanto, con dedicación y hábitos consistentes, la flexibilidad puede recuperarse y mantenerse en cualquier etapa de la vida.
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