Un grupo de Científicos tucumanos identificaron dos bacterias que podrían ayudar a reducir el estrés oxidativo y fortalecer los tratamientos ante esta enfermedad.
Por Canal26
Martes 11 de Julio de 2023 - 18:05
El sistema digestivo, en particular el intestino, es considerado por la ciencia como nuestro “segundo cerebro”. Su buena salud y funcionamiento inciden en las emociones, la inteligencia y en la prevención de enfermedades, como es el caso del Alzheimer. La estrecha relación que une intestino y cerebro es objeto de estudios microbiólogos y neurólogos, que buscan alternativas terapéuticas a la problemática de la salud mental.
En este contexto, un grupo de científicos tucumanos, especializado en el estudio de bacterias probióticas, estudia la acción de dos bacterias que podrían ayudar a reducir el estrés oxidativo y fortalecer los tratamientos de Alzheimer.
Una de las bacterias estudiadas es la de la masa madre de harina de quínoa, la cual produce ácido gamma aminobutírico (GABA), un mensajero químico del sistema nervioso central que resulta fundamental en la modulación del comportamiento.
La otra bacteria en estudio, que se origina en el queso de cabra, inhibe la enzima acetilcolinesterasa, lo que impediría que se destruya la acetilcolina liberada. Neurotransmisor que se encuentra en niveles muy bajos en la enfermedad de Alzehimer.
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El estudio dio a conocer como una de las bacterias probióticas es capaz de sortear ambientes ácidos del tracto gastrointestinal, llegar viable al intestino y ser capaz de producir el neurotransmisor GABA.
Con respecto a esto, el investigador, Pablo Cataldo, explicó que este tipo de probióticos específicos se conocen con el nombre de “psicobióticos”, los cuales, al ser administrados en cantidad suficiente, pueden generar beneficios a la salud mental.
El científico, además, recordó que tenemos 10 veces más microbios que células humanas en el cuerpo, que están en simbiosis permanente en el intestino y que envían señales al cerebro. “De hecho se cree que se comunican por tres vías: el nervio vago, la circulación y el sistema inmune”, agregó.
Es por este motivo que, un microbiota intestinal desequilibrada, podría relacionarse con numerosos trastornos y desórdenes neurológicos y del comportamiento humano, aunque no serían las únicas causas."Sabemos que una persona con Alzheimer tiene una microbiota intestinal distinta a la de una persona sana. Y eso no significa que sea la causa, pero sí que están relacionados de alguna manera”, destacó.
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Otra de las integrantes de la investigación, la doctora en bioquímica, María Elvira Hebert, explicó que actualmente en el mundo se realizan miles de ensayos clínicos de bacterias lácticas para tratar el Alzheimer.
"Antes no se juntaban neurocientíficos con microbiólogos, ahora lo hacen y empiezan a conocer desde la microbiología el impacto en la salud mental. Existen ensayos de 2003 en el que hicieron dietas fortalecidas con bacterias productoras de GABA, un mensajero químico clave en nuestro comportamiento, y como resultado esas personas afrontaron mejor las situaciones de estrés y pudieron descansar mejor que el grupo control", detalló.
“Todavía no sabemos si una de las bacterias que estudiamos por si sola tiene efecto inmunomodulador o si es por el GABA que produce. Sabemos que preparan mejor al cuerpo en situaciones de estrés, cuando hay una respuesta exacerbada en el sistema inmune, por ejemplo, en los casos de colon irritable o en la enfermedad de Crohn, esas bacterias disminuyen y controlan la inflamación. Nosotros venimos observando respuestas de esas bacterias en modelos animales con características de Alzheimer, que tienen deterioro cognitivo transitorio", añadió Hebert.
Por su parte, la doctora en ciencias biológicas, María Lucila Saavedra, comentó que estudiaron el genoma completo de las dos bacterias psicobióticas locales, a las cuales se las conoce como “GRAS”, acrónimo utilizado para referirse a las sustancias utilizadas como aditivos para alimentos, que son generalmente reconocidas como seguras.
La meta a futuro es incorporar estas bacterias como suplemento dietario, con el objetivo de aliviar algunos síntomas del Alzheimer. "En general, el diagnóstico de esta enfermedad se produce cuando los deteriores cognitivos son muy evidentes. A la fecha no tiene cura, solo tratamientos sintomáticos. Sobre eso queremos determinar qué podemos aportar nosotros con nuestras bacterias aisladas de alimentos fermentados", mencionó.
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Ante la ausencia de un mensajero químico, el cuerpo comienza a funcionar mal. El GABA está presenta en nuestro cuerpo, y, cuando hay ansiedad, por ejemplo, se produce menos. La serotonina y la dopamina son también otros mensajeros químicos fundamentales.
"Nosotros vimos en el laboratorio que nuestras bacterias producen el mismo mensajero químico que necesita el organismo (GABA), más antioxidantes e inhibidores de la acetilcolinesterasa. La incógnita es desentrañar si el mensajero llega de la misma manera al organismo cuando lo aportamos con bacterias", concluyó Saavedra.
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