Las personas no suelen vivir más años por acción de la genética, sino que hay ciertos hábitos que tienen un rol primordial en este proceso.
Por Canal26
Jueves 14 de Marzo de 2024 - 17:52
Cuando hablamos de vejez, es común centrar toda nuestra atención en un solo factor: la genética. Sin embargo, esta solo representa el 25% de la variación en la longevidad humana. Es decir, aunque nuestros genes pueden predisponernos a ciertos aspectos del envejecimiento, no determinan por completo nuestro destino.
Además de nuestra herencia genética, existen otros factores que desempeñan un papel crucial en la prevención del envejecimiento.
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Hay ciertas prácticas que realizan aquellas personas que viven más de 100 años. Incorporado estos hábitos, podrás tener una vida más longeva y saludable.
A medida que envejecemos, nuestros huesos, músculos y articulaciones experimentan cambios que pueden afectar nuestra movilidad y llevarnos a abandonar la actividad física.
Sin embargo, es crucial no dejarse estar. Mantenerse activo es una de las claves fundamentales para una vida larga y saludable. Este principio fue respaldado por estudios como el publicado en el Journal of Aging Research, que reveló que las personas físicamente activas reducían su riesgo de muerte por cualquier causa en aproximadamente un 35%, en comparación con aquellos que llevan un estilo de vida sedentario.
Mientras que la esperanza de vida promedio en Pakistán es de 66 años, los habitantes de una región montañosa, conocida como el Valle Hunza, tienen una esperanza de vida promedio de 100 años. ¿Por qué?
En el remoto pueblo los fuertes lazos comunitarios que existen entre sus habitantes contribuyen a mejorar la salud. De hecho, hay una gran cantidad de investigaciones que explican que la conexión social puede tener un efecto notable en nuestra longevidad.
Los alimentos ultraprocesados, que suelen contener altos niveles de conservantes, aditivos, azúcares o edulcorantes, pueden tener efectos perjudiciales para la salud.
Realizar ajustes en nuestra dieta puede tener un impacto significativo en la mejora de nuestra salud y en la prevención de diversas enfermedades. Un estudio publicado en 2017 en el New England Journal of Medicine encontró que realizar cambios en la alimentación, sin importar la edad, puede aumentar la esperanza de vida.
Debemos incorporar a nuestros platos frutas, verduras, cereales integrales, grasas saludables y proteínas magras; minimizando la sal añadida, el azúcar y los conservantes.
Los investigadores que se abocaron al estudio de las Zonas Azules lugares del mundo en los que las personas suelen vivir por más años, descubrieron que la población suele consumir poca carne.
De hecho, los habitantes de dichas zonas comen carne aproximadamente cinco veces al mes, y la mayoría consume menos lácteos en comparación con la población general.
Uno de los principales retos en el mundo actual es controlar el estrés. El estilo de vida y los tiempo acelerados de la ciudad pueden contribuir a aumentar el malestar, sobre todo en lo que respecta a la salud mental.
El estrés crónico aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, trastornos mentales y problemas de salud en general, según investigaciones.
Se sabe que la mitad de quienes tienen el hábito de fumar mueren de forma prematura por enfermedades ligadas con el tabaco, en particular de tipo cardiovascular y respiratorio.
Por ende, dejar el tabaco a un lado es fundamental si lo que se quiere es alcanzar los 100 años.
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