Caminar descalzos es más beneficioso para la salud de lo que se pensaba, según los expertos

Caminar descalzo. Foto: Unsplash.

La comodidad es uno de los placeres que la mayoría de las personas busca en su cotidianidad, la cual puede lograrse de diferentes maneras, ya sea usando ropa holgada o caminar con los pies descalzos. Esta última opción es una de las más saludables, ya que de por sí el solo hecho de caminar es una de las actividades más beneficiosas para la salud. 

Pero, ¿qué pasa si a esta actividad se la realiza descalzos? Al contrario de lo que la mayoría de las personas cree al oponerse a esta costumbre alegando que uno puede llegar a enfermarse, se trata de uno de los hábitos más saludables.

Descalzo. Foto: Unsplash

De acuerdo con la investigación publicada por la revista especializada en salud, Nature, liberar a los pies de los calzados al momento de caminar puede impactar positivamente en el bienestar general, dado que ayuda a aumentar la fuerza de los pies en más de un 50%.  

Según los expertos, los años de adaptación a los zapatos con amortiguación lleva a que los pies pierdan su fuerza y capacidad natural, como también provoca dificultades al momento de caminar descalzos por entornos que pueden terminar resultando incómodos y hasta dolorosos, dado que el uso de calzado aumenta la sensibilidad a superficies planas y no tan suaves. 

Diferencias entre caminar descalzo o usando zapatillas. Foto: Unsplash

Te puede interesar:

Ideales para la dieta: cuáles son los seis alimentos que ayudan a quemar calorías

¿Cómo incorporar la costumbre de caminar descalzos?

Si bien caminar descalzo es una de las costumbres favoritas de muchas personas, también hay otras que se oponen a liberar sus pies al suelo, por lo que adquirir este hábito puede resultarles un tanto difícil, ya que, además de resultar molesto, también puede generar lesiones tales como las fracturas por estrés, fascitis plantar y tendinitis de Aquiles. Sin embargo, se pueden seguir estas recomendaciones para que caminar descalzo se vuelva un hábito:

• Comenzar con caminar descalzo dentro de casa y en superficies blandas exteriores.
• Dar paseos cortos alrededor de la manzana e ir aumentando gradualmente la distancia y el tipo de superficie sobre la cual se camina.
• Incrementar la distancia cada semana.

Descalzo. Foto: Unsplash. 

Cabe destacar la importancia de incorporar este hábito de forma gradual, o cambiar a un calzado minimalista que ayude la transición para evitar lesiones y que el proceso no sea difícil y doloroso.