Su primera investidura como mandatario se produjo el 7 de mayo de 2000 y desde entonces solo ha incrementado su inmenso poder, poniendo en vilo al mundo entero y colocándolo al borde de una Tercera Guerra Mundial.
Podría haber sido el impensado protagonista de una oscura novela de misterio, pero es real. Y tanto como para haberse convertido en uno de los autócratas más poderosos de la historia moderna. Vladimir Putin llegó al poder- absoluto y total- en Rusia en el año 2004 y desde entonces no ha dejado de avanzar, aunque para hacerlo haya pisado cabezas y quitado del medio a más de un inoportuno rival. No llegó a la cima por casualidad.
Putin nació el 7 de octubre de 1952 en Leningrado (actual ciudad rusa de San Petersburgo) y fue el menor de los tres hijos de Vladímir Spiridónovich Putin y María Ivánovna Pútina. Su abuelo, Spiridón Putin, fue cocinero personal de Lenin y Stalin. El nacimiento de Putin estuvo precedido por la muerte de dos hermanos, Víktor y Albert, nacidos a mediados de la década de los años '30.
En 1975, Putin se unió al Comité para la Seguridad del Estado, la agencia más conocida como KGB, y luego trabajó para la contrainteligencia en la Segunda Dirección General, antes de ser transferido al Primer Alto Directorio, desde donde espiaba a extranjeros y funcionarios consulares en Leningrado.
Mientras era uno de los más conspícuos agentes de la inteligencia rusa, el 28 de julio de 1983, contrajo matrimonio con Lyudmila Shkrebneva, con quien luego tuvo dos hijas, Yekaterina y María.
En septiembre de 1984, Putin fue enviado a Moscú para perfecccionarse en el oculto arte del espionaje en el Instituto Bandera Roja Yuri Andrópov, y posteriormente -entre 1985 y 1990- fue reclutado por el aparato de inteligencia en Dresde, en la Alemania Oriental, donde actuaba al amparo de una identidad encubierta como un simple traductor.
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En 1989, en la antesala de la caída del Muro de Berlín, Putin sacó a relucir sus dotes de agente eficaz y puso a resguardo los archivos del Centro Cultural Soviético y de la villa de la KGB para evitar que los manifestantes anticomunistas, incluidos los agentes dobles de la inteligencia rusa y la Stasi, los destruyeran. Sin embargo, y pensando en los días por venir, su tarea también incluyó quedarse con mucha documentación que luego sería útil para las futuras autoridades alemanas.
Tras el colapso del régimen comunista, se suponía que Putin debía renunciar al servicio activo de la KGB dadas las sospechas que no pocos tenían sobre su lealtad. En 1999 volvió a Leningrado como miembro de las "reservas activas" del cuerpo de espionaje, con la importante misión de conseguir nuevos reclutas para la KGB, un puesto al que renunció ostentando el rango de teniente coronel el 20 de agosto de 1991, en el transcurso del segundo día del intento de golpe de Estado en la Unión Soviética contra el presidente Mijaíl Gorbachov.
El 9 de agosto de 1999, Putin fue nombrado uno de los tres vice primeros ministros y, ese mismo día, lo designaron como primer ministro interino del Gobierno de la Federación Rusa por el presidente Boris Yeltsin, quien anunció que quería verlo como su sucesor. Putin no se hizo rogar y en cuestión de horas se postuló para la presidencia de Rusia.
El 31 de diciembre de 1999, Yeltsin renunció de manera inesperada y Putin, bien rodeado y primero en la línea sucesoria; debía convertirse en presidente interino de la Federación Rusa. Su investidura como mandatario se produjo el 7 de mayo de 2000 y desde entonces solo ha incrementado su inmenso poder, poniendo en vilo al mundo entero y colocándolo al borde de una Tercera Guerra Mundial.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
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