Su legado es controvertido y permanente objeto de debate y controversia. Para muchos es un héroe de la historia de su país, para otros un hombre alejado de la paz.
Amado y odiado por propios y extraños, respetado y cuestionado en partes iguales, Benjamin Netanyahu entra a los libros de historia como el líder dispuesto a cortar de raíz -y a exterminar de una vez- la amenaza terrorista de los enemigos de Israel.
Nacido el 21 de octubre de 1949 en Tel Aviv, es -desde hace décadas- una de las figuras más prominentes en la política israelí. Hijo de Benzion Netanyahu y Zila Mileikowsky, su hermano mayor, Yonatan, es también un héroe militar que murió durante la Operación Entebbe en 1976.
Netanyahu se educó en Estados Unidos, donde asistió al Instituto Tecnológico de Massachusetts y a la Universidad de Harvard, donde obtuvo títulos en arquitectura y ciencias políticas. Durante su tiempo en Estados Unidos, trabajó en consultoría empresarial y dio -activamente- sus primeros pasos en política.
Pero el gran destaque de llegó cuando sirvió en la unidad de élite de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) más conocida como Sayeret Matkal; una de las más letales del ejército israelí, especializada en operaciones especiales, inteligencia y contra-terrorismo.
Netanyahu se unió a los comandos a principios de los años ´70, desde donde participó en misiones encubiertas en Israel y en el extranjero. No pocos afirman que que a partir de ese momento, desde las filas de Sayeret Matkal, cuando comenzó a demostrar excepcionales habilidades de liderazgo y conocimiento de tácticas que le valieron ser reconocido como uno de los hombres más duros de la historia judía. Esa experiencia influyó en su posterior carrera política, particularmente por su enfoque en la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo.
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En 1988, Netanyahu regresó a Israel y se unió al Likud, un partido político de centro-derecha, convirtiéndose rápidamente en una figura de suma importancia. En 1993, fue elegido líder partidario y, al año siguiente, se convirtió en el líder de la oposición en la Knéset (el Parlamento israelí).
En 1996, Netanyahu fue elegido Primer Ministro de Israel, sirviendo hasta 1999. Durante su mandato, implementó políticas económicas liberales y adoptó una postura firme en cuestiones de seguridad y política exterior. Sus mandatos están marcados por crecientes tensiones con los palestinos y una serie de atentados terroristas.
Desde entonces, Netanyahu se afirmó a cada paso y tras servir nuevamente como Primer Ministro desde 2009 hasta 2021, se transformó en el líder israelí con más tiempo en el cargo. Sin embargo, sus gestiones también fueron objeto de duras críticas, particularmente por su manejo de las relaciones internacionales y su férrea política hacia los asentamientos judíos en los territorios ocupados. Desde el 29 de diciembre de 2022 ejerce nuevamente el cargo de primer ministro, acompañando al presidente de Israel, Isaac Herzog.
Su legado sigue siendo controvertido y permanente objeto de debate y controversia. Hoy, los ojos del mundo se posan sobre él, sin dejar de ver que más allá del legítimo derecho a la defensa contra los ataques perpetrados una y otra vez por los enemigos, su mano dura y su furia podrían estar desatando un auténtico genocidio.
Las quejas y los reclamos no solo llegan de otras partes del mundo, sino también desde la propia población del golpeado Estado de Israel.
Instagram: @marcelo_garcia_escritor
Nota: el artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
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