El "Ángel de la Muerte" mandó construir un laboratorio, en el barracón 4 del campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau; donde perpetró sus más crueles experimentos con la más absoluta impunidad. IMÁGENES SENSIBLES.
Cuando en 1935, un joven Josef Mengele se doctoró en Medicina, nadie llegó a imaginar el infierno que, poco tiempo después, iba a desatar. Su ingreso al Partido Nazi en 1937 fue la llave perfecta que abrió las puertas al horror y le dio via libre para comenzar con las supuestas investigaciones en beneficio exclusivo de la ciencia del Tercer Reich alemán que -según el Führer nazi Adolf Hitler afirmaba- duraría mil años.
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Lo hizo a partir de 1942, tras regresar del frente oriental y haber participado de las acciones bélicas contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial. Una herida en combate lo obligó a salir de las filas activas de la Wermatch en un trágico giro del destino que le permitió trabajar en el Departamento Central para la Raza y la Repoblación.
Fue ese el instante preciso, el verdadero quiebre en la historia: el doctor Josef Mengele solicitó ser destinado al campo de concentración, trabajo y exterminio de Auschwitz-Birkenau, en la Polonia ocupada.
La excusa era proseguir allí sus compulsivos experimentos sobre genética y eugenesia para extender la raza aria. Desde 1943 se activó el programa de experimentación forzada con prisioneros, unos cuestionables trabajos que se centraron muy especialmente en gemelos y aquellos con las más diversas anomalías genéticas. Los experimentos de Mengele no sólo que no contaban con base científica alguna, sino que además fueron la máxima expresión del total desprecio por la vida y la dignidad humanas.
En mayo de 1943, el complejo de Auschwitz-Birkenau era una gigantesca prisión de varios kilómetros de extensión, rodeada de alambrados en muchos casos electrificados, con cinco crematorios y varias cámaras de gas destinadas al Holocausto. Allí había unos 140.000 prisioneros permanentes, que iban rotando a medida que avanzaba el exterminio. Desde el principio Mengele supo destacarse a fuerza de métodos muy expeditivos, que la cúpula nazi iba ciertamente a valorar. Para entonces ya hacía gala del siniestro apodo con el que pasó tristemente a la posteridad: muchos lo conocían como el "Ángel de la Muerte" de Auschwitz-Birkenau.
Mengele mandó construir un laboratorio en un barracón del campo; donde perpetró sus más crueles experimentos con la más absoluta impunidad.
La tarea comenzaba cada día con la selección de nuevos grupos de prisioneros que llegaban en largas formaciones ferroviarias. Mengele los examinaba y luego decidía -sádica y arbitrariamente- sobre su inexorable destino: ordenaba una fila con los que eran aptos para trabajar y otra con los que debían morir. Estos últimos eran los usados para experimentar.
Pero generalmente, Mengele ponía como centro de interés a gemelos tras el firme objetivo de usar la genética para producir partos múltiples de niños con rasgos arios. Aunque claro que no solo esto lo mantuvo ocupado como uno de los más grandes perpetradores del Holocausto. Su plan siniestro también incluyó otro tipo de horrores.
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1. Mediante inyecciones de productos químicos, intentaba cambiar el color de los ojos de algunos niños para que fueran azules. El procedimiento provocaba a menudo dolores intensos, infecciones y ceguera.
2. Obsesionado con los siameses, llegó a coser a dos niños por la espalda para analizar su progresión. Ambos murieron por infecciones fruto de la salvaje operación.
3. Como fanático defensor de la raza aria, para preservarla y expandirla, desarrolló nuevos métodos de esterilización en mujeres, muy dolorosos y generalmente letales.
4. Estudió si eran viables las transfusiones sanguíneas entre gemelos. La mayoría de los que usó fallecieron a causa de estas pruebas. También inoculaba enfermedades a un gemelo y observaba si el otro contraía esa misma enfermedad.
5. Inyectó a varios prisioneros gérmenes letales para estudiar sus efectos. Los nazis investigaron con mucho interés las armas biológicas.
6. Para conocer las reacciones físicas y mentales de una persona ante un cambio de sexo, hizo esa operación a niños pequeños, también principalmente gemelos.
7. Obligó a hermanos a mantener relaciones sexuales, con el objetivo de estudiar la "calidad" de los hijos resultantes. Los obligaba y luego supervisaba los resultados de los embarazos resultantes.
8. Dado que los gemelos estaban acostumbrados a vivir juntos, Mengele encerraba a algunos y esperaba ver cuál soportaba durante mucho más tiempo el aislamiento y la soledad.
9. Seccionó los muslos de varias prisioneras asesinadas para utilizarlos como material de cultivo en su laboratorio.
10. Obligó a una madre lactante a cubrirse con cinta adhesiva los pezones para calcular cuánto tiempo podía vivir un recién nacido sin alimentarse.
Josef Mengele jamás dio explicaciones ante la Justicia. Eludió los Juicios de Nuremberg en 1946 y luego también el juicio contra los médicos nazis. En 1949 huyó a Sudamérica. Murió libre e impune el 7 de febrero de 1979 en las apacibles playas de Bertioga, en Brasil.
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