Antisocial e introvertido, Kim Jong Il supo destacar por su sangre fría ante las sanciones impuestas por Occidente. Estuvo rodeado de un aura mística. Esta es su historia.
En 1994, tras la muerte de Kim Il Sung, el iniciador de la Dinastía Kim, autoproclamada descendiente de la divinidad del monte Paektu; Corea del Norte quedó en manos de su hijo, Kim Jong Il, el nuevo líder supremo.
Kim Jong Il nació el 16 de febrero de 1942 en un pueblo de Viatsk, un campamento militar siberiano cerca de Jabárovsk, en la Unión Soviética, donde su padre, Kim Il Sung, era un importante líder de los exiliados coreanos comunistas.
Sin embargo, su biografía oficial afirma que nació al pie del monte Paektu, en un evento presagiado por una golondrina y señalado "con la aparición de una nueva estrella en el cielo y un doble arcoíris sobre la montaña".
Recibió educación primaria y secundaria en la Escuela Namsan de Pionyang y años después se licenció en Economía Política en la Universidad Kim Il-Sung. El 22 de julio de 1961 entró al Partido de los Trabajadores y a partir de entonces no dejó de escalar posiciones, primero como instructor, y luego como jefe de sección, subjefe y jefe del departamento del Comité Central partidario en 1973; aunque el primer gran golpe de puño lo dio en febrero de 1974, cuando fue formalmente ungido como miembro del Comité Político y sucesor indiscutido de su padre. En 1980 fue elegido miembro del Presidium del Buró Político, Secretario del Comité Central comunista y miembro de la Comisión Militar Central del Partido, terminando de dar formas a un inmenso poder mientras se aprestaba a tomar la posta al mando del régimen. En 1992, tras una escalada imparable, finalmente, Kim Il-Sung declaró públicamente que su hijo era responsable de todos los asuntos internos en el país.
Cuando en 1994 murió su padre, Kim Jong Il fue elegido por la Asamblea Popular Suprema como jefe de Estado, pese a que el cargo de presidente fue suprimido, posiblemente a la memoria de Kim Il Sung. Así, el segundo del linaje de la dinastía Kim, se convirtió en el verdadero líder absoluto de Corea del Norte.
Kim Jong Il llevó una vida agitada en el plano personal. Kim Yong Sook fue su cónyuge entre 1974 y 2011, aunque también tuvo otras tres parejas repartidas a lo largo de los años. Fruto de sus parejas llegaron dos hijos que, más temprano que tarde, darían que hablar: la joven Kim Yo Jong y Kim Jong Un, el elegido para continuar la dinastía.
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En lo político, el régimen de Kim Jong Il procuró mejorar las relaciones con Corea del Sur, y la elección de Kim Dae Jung como presidente surcoreano en 1997 alentó las esperanzas. En junio de 2000 hubo una reunión de alto nivel, la primera entre los líderes de las dos Coreas, y todo indicaba que un deshielo en las relaciones bilaterales era posible. Pero ambos líderes fueron incapaces de hacerlo realidad.
Por otro lado, la relación de Kim Jong Il con Estados Unidos siempre fue difícil. La administración de George W. Bush adoptó una postura más dura hacia el país, acusándolo de chantaje nuclear, además de declarar a la República Democrática Popular de Corea de ser parte del Eje del mal, junto con Irán e Irak, algo que motivó un intento de mediación de parte de China.
Antisocial e introvertido, Kim Jong Il supo destacar por su sangre fría ante las sanciones impuestas por Occidente, mientras incrementaba su poder y -de paso- su patrimonio económico. Varios desertores norcoreanos aseguraron que tenía 17 palacios y residencias a lo largo y ancho de Corea del Norte, incluido un complejo privado cerca de la Monte Baekdu, un albergue junto al mar en la ciudad de Wonsan, y una millonaria Residencia Ryongsong, un palacio al noreste de Pionyang rodeado de múltiples líneas de vallas, búnkeres y defensa antimisil.
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Su paso al más allá tampoco estuvo exento de informaciones cruzadas y confusas. El 17 de diciembre de 2011 se informó que Kim Jong Il había muerto de un posible ataque al corazón mientras viajaba en tren a las afueras de Pionyang. Sin embargo, en diciembre de 2012, y por razones desconocidas se cambió la historia y se informó informó que en realidad falleció como consecuencia de "un ataque de ira" debido a las fallas de construcción en el proyecto de una planta de energía eléctrica en Huichon en la provincia de Jagang.
Con su muerte, habilitó la llegada al poder de su hijo Kim Jong Un, pero esa es otra historia.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
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