Fue una muestra de cómo las tensiones de la Guerra Fría podían ser manejadas tanto con presión militar como con negociación diplomática.
La crisis de los euromisiles fue un período de alta tensión durante la Guerra Fría (a finales de los años '70 y principios de los '80) entre los bloques liderados por Estados Unidos y la Unión Soviética. Este conflicto político y militar giró en torno al despliegue de misiles nucleares de alcance intermedio en Europa por ambas superpotencias.
En 1977, en la Europa dividida por el Telón de Acero, el líder soviético Leonid Brézhnev impulsó desde el Kremlin un programa de renovación de los misiles nucleares de los países del Pacto de Varsovia. Los soviéticos comenzaron a desplegar los misiles balísticos de alcance intermedio SS-20, que eran una amenaza directa para Europa Occidental, ya que tenían mayor precisión y movilidad en comparación con modelos anteriores.
La República Federal Alemana (RFA, Alemania Occidental), uno de los principales objetivos soviéticos en Europa, activó todas las alarmas. El canciller Helmut Schmidt hizo un llamamiento a la OTAN y al presidente de los Estados Unidos, James Carter; para que se involucraran directamente en el asunto. Debido a que sobre Alemania pesaban fuertes restricciones militares desde 1945, era de vital importancia para la Alemania Occidental que se diera una respuesta muy concreta en bloque.
Así, en 1979, la OTAN decidió implementar una doble decisión: desplegar misiles nucleares estadounidenses de alcance intermedio en Europa Occidental (misiles Pershing II y misiles de crucero Tomahawk); mientras que al mismo tiempo buscó negociaciar con la Unión Soviética para reducir las armas nucleares entoda Europa. La decisión de la Alianza Atlántica provocó protestas masivas en Europa Occidental, especialmente en países como Alemania, Italia y el Reino Unido, entre otros.
Muchos temían que estas armas de destrucción masiva convirtieran a Europa en un campo de batalla en caso de guerra directa entre las superpotencias.
Inicialmente la Unión Soviética respondió intensificando su retórica y negándose a negociar mientras los misiles de la OTAN fueran instalados. La crisis se resolvió en la década de 1980 gracias a un cambio en las dinámicas políticas y diplomáticas de parte de los dos bloques dominantes.
Te puede interesar:
Nazis en la OTAN
La llegada al poder de líderes como Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética y Ronald Reagan, en Estados Unidos; ambos más abiertos al diálogo y proclives a negociar; fue un gran paso para un posible freno al estado de cosas. En 1987, se firmó el Tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces), que prohibía los misiles nucleares de alcance intermedio en Europa. Este tratado fue un hito en la reducción de tensiones y marcó un avance en la cooperación entre las dos superpotencias.
La crisis de los euromisiles evidenció las divisiones en las sociedades europeas respecto a la amenaza nuclear y la política de defensa.
Fue una muestra de cómo las tensiones de la Guerra Fría podían ser manejadas tanto con presión militar como con negociación diplomática. Su resolución marcó un paso clave hacia el final de la Guerra Fría y la incipiente disminución de la carrera armamentista nuclear. Con los años volverían las tensiones.
Mirá todos los programas de 26 Historia AQUÍ.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
1
Los hijos bastardos que habría tenido José de San Martín
2
Como Geillis y Claire de Outlander, dos mujeres fueron juzgadas por brujería en Santiago del Estero
3
Nazis en la OTAN
4
El destino de las hijas de Lavalle y Dorrego: entre un rito sangriento y salvar el apellido
5
La Ruta de la Seda: ayer y hoy