Estudios demuestran que durante la noche se activan las hormonas que ayudan al almacenamiento de grasa y no a quemarlas, aunque esto no significa que sea un factor de aumento de peso.
Por Canal26
Lunes 24 de Julio de 2023 - 12:43
Muchos creen que uno de los hábitos para llevar adelante una dieta efectiva es dejar de cenar puesto que durante la noche se queman menos calorías, por lo tanto hay más probabilidades de aumentar de peso. Si bien una parte es cierta, esta creencia parece no estar en lo correcto.
Mucho se ha investigado sobre el tema y la mayoría de los científicos afirman que si bien el cuerpo digiere los alimentos de distinta manera según los horarios de la ingesta, no es cierto que uno aumente de peso por comer de noche.
Nina Vujovic, neurocientífica que dirigió un estudio sobre este tema en la Facultad de Medicina de Harvard, afirmo que el índice glucémico de un alimento, es decir la forma en que afecta al nivel de azúcar en sangre, depende de la hora en que se lo consume.
Tanto que Vujovic descubrió que comer y acostarse a menos de cuatro horas de la ingesta afecta a dos hormonas relacionadas con el hambre y que, además, se queman menos calorías y se muestran cambios en el tejido adiposo que sugerían que el cuerpo convertía las calorías en grasa almacenada con más facilidad.
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Un estudio realizado por Ali Zentner, médico especialista en control de peso y director médico de la Clínica Médica Revolution de Vancouver, Canadá, en el que participaron 16 personas permitió observar los efectos de los horarios de comida.
Durante una semana, un grupo de participantes cenaba a las 17:30 y el otro a las 21:30. Allí descubrieron que las personas quemaban una media de 59 calorías menos durante el día cuando cenaban más tarde.
Además, los comensales tardíos tendían a tener entre un 10% y un 20% más de probabilidades de sentir hambre durante las horas que se encontraba despierto, en especial por la mañana, en comparación con los que comían temprano.
Por otra parte, el grupo que cenaba más tarde tenía niveles de leptina, la "hormona de la saciedad", un 16% más bajos, niveles que cambiaban cuando los niveles de grelina, la hormona intestinal que provoca el hambre, alcanzaban su punto más alto o disminuían durante las horas de vigilia.
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