¿Qué oscuro objetivo se esconde detrás de la avanzada de Rusia sobre Ucrania? Se han puesto sobre la mesa cuestiones que van desde lo étnico y lo ideológico, hasta lo meramente territorial. Pero hay otro motivo muy poderoso para que Vladimir Putin haya lanzado el furioso ataque de las fuerzas del Kremlin sobre el país vecino. Todo pasa por ser el "granero" de Europa y -posiblemente- del mundo entero. Los detalles.
Vladimir Putin y su avance sobre Europa y el Mundo.
La escalada bélica de Rusia y su invasión a Ucrania no solo no cesa sino que aumenta en intensidad a cada instante. Desde el pasado 24 de febrero, cuando las tropas del Kremlin dieron un primer paso sobre la Nación vecina, muchos pensaron que esa "Operación especial" (tal como la ha llamado Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa) sería corta, contundente y -sobre todo- efectiva. Pero algo no salió de acuerdo a lo planeado y las acciones bélicas rusas se extienden mucho más de lo que ellos mismos llegaron a desear e imaginar.
Este complejo escenario, que se centra en la Europa oriental, pero que atraviesa de lado a lado a todo el continente y pone en vilo a cada uno de los países a nivel mundial; es la palmaria demostración de la inocultable inacción de las potencias occidentales y el peligroso "siga, siga" que -con motivos de peso o no- está habilitando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (más conocida como OTAN). Es por ésto que Putin avanza sopesando los pro y los contra de este accionar de la Alianza, tal vez pensando (mientras los mira de reojo) que están "tomando carrera" y lo dejan actuar para posteriormente caerle encima con mucha más fuerza de la esperada.
Sin embargo, las potencias europeas, y los Estados Unidos también, dan la extraña sensación de entrar mansamente a una etapa que recuerda del modo más dramático a los días del "Apaciguamiento" con Adolf Hitler, en la antesala de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, mientras Inglaterra y Francia aseguraban creer las buenas intenciones del Führer nazi por entonces, la coyuntura de este 2022 trae irremediablemente a la memoria el avance sobre Checoslovaquia de parte de Hitler y, luego, la anexión de Austria (el "Anchluss") en 1938. En 1939 los hechos demostraron que haber "dejado hacer a su antojo" a Hitler fue un error que se pagó muy caro. Así estalló la mayor conflagración mundial conocida hasta el momento, con un saldo de millones y millones de víctimas mortales a causa de una guerra que pudo ser evitada y no lo fue.
¿Será así en el presente?
Desde el imparable avance de Putin sobre el este de Europa, el único atisbo de reacción de parte de la OTAN (más allá de las lógicas declaraciones formales) fue la movilización y las maniobras militares de una fuerza militar conjunta integrada por 30 países en Noruega, a modo de "mensaje" por elevación lanzado al líder ruso. Se trata del ejercicio "Cold Response 2022" (Respuesta Fría 2022), que -según lo declarado por los altos mandos de la OTAN- había sido planificado con mucha antelación, procurando poner a prueba la capacidad de Noruega para hacer lugar a refuerzos externos llegado el caso de la agresión de un tercer país (¿Rusia?), en virtud del artículo 5 de la Alianza que obliga a sus integrantes a defender a uno de sus miembros en tales circunstancias. El general Yngve Odlo -jefe del mando noruego en el teatro de operaciones- pretendió poner paños fríos ante la elevada temperatura propia del momento y aseguró a los cuatro vientos que en realidad se trató de "un ejercicio defensivo" y que "no es una operación militar con una finalidad ofensiva".
Pocos lo creyeron.
La situación podría empeorar. Si la OTAN finalmente decide mover fichas, el frágil tablero de este peligroso ajedrez sucumbirá ante la perspectiva -ahora real y concreta- de una Tercera Guerra Mundial (pese a que muchos lo consideran imposible), dado lo cual es casi seguro que las potencias que integran la Alianza Atlántica lo piensen más de una vez antes de atacar. Y pensarán mucho más todavía el permitir que Ucrania sea parte. Eso anticipa otro escenario muy factible: que Putin siga avanzando y redoble la apuesta sacando a la luz su otras -no tan ocultas- intenciones. Los planetas parecen estar alineados a su favor, y fue el propio Volodimir Zelenski, presidente de Ucrania, quien recientemente dijo lo que nunca antes se había atrevido a pronunciar y su par ruso tanto esperaba: "Es hora de reunirnos", le propuso al líder del Kremlin.
Un encuentro mano a mano entre Putin y Zelenski solo podría culminar con una victoria de Moscú (que no aceptaría otra cosa) y eso implicaría una capitulación absoluta, total y sin condiciones de Ucrania. ¿Y qué significa en este caso "ganar" para el ex agente de la KGB devenido en jefe máximo del Kremlin?: Rusia ganaría el "breadbasket" de Europa. Dicho de otro modo: se convertiría de facto en el "granero" del continente europeo. La ecuación es simple: en la práctica, toda Europa toma su desayuno con el trigo, la cebada y el centeno proveniente de Ucrania. Y más: si Ucrania cede a las pretensiones de Putin, Rusia anexará un territorio enorme desde donde haría pie para dar el siguiente zarpazo, con una próxima avanzada sobre Polonia, Eslovaquia, Hungria, Rumania y Moldavia; cinco países limítrofes con Ucrania que también pretenden el tener el derecho a estar en la OTAN. Pero eso no es todo, y el avance no frenará allí: también corren peligro Lituania, Letonia, Estonia, Kazajstán, Finlandia, Noruega, Azerbaiyán, Georgia y Mongolia.
Zelenski y Putin, cosechas récord de Ucrania.
La importancia para Ucrania de ser el "breadbasket" de Europa.
Ucrania alimenta a Europa y muy posiblemente -pronto- a otras muchas partes del mundo. Y Putin no solo lo sabe, sino que va "por todo", también es este tema. Ucrania ha aumentado sus exportaciones de granos en un 34% a 31,1 millones de toneladas en la temporada 2019-20 de julio a junio (el estadod e guerra actual impide la divulgación de nuevas estadísticas confiables), y en esto colaboró significativamente las mayores exportaciones de trigo y maíz. Las exportaciones de trigo crecieron desde las 4,5 millones de toneladas a 14,99 millones de toneladas, en tanto que el país exportó 3,7 millones de toneladas de cebada y 12 millones de toneladas de maíz. Ucrania ha logrado tener una cosecha récord de 74 millones de toneladas de cereales este año, si se la compara con los 70 millones de toneladas de 2018.
Las cifras aportadas por la Comisión Europea indican además que la agricultura en Ucrania estaba (al menos hasta el estallido del conflicto) en sus mejores momentos: fue el tercer mayor proveedor de productos agrícolas a la Unión Europea en el período de noviembre de 2018 a octubre de 2019, exportando productos por valores en torno a los 7.260 millones de euros a la Unión Europea (UE), ubicándose sólo por detrás de EE. UU. y Brasil. Sobre una base anual, el valor de las exportaciones agroalimentarias ucranianas a la UE aumentó en 2.100 millones de euros, o un 41 por ciento.
En la actualidad, Ucrania es el principal productor mundial de aceite de girasol y producción de semillas, aunque los problemas logísticos a los que se enfrenta hoy en día y que están directamente relacionados con los ferrocarriles (y la guerra, claro) siguen entorpeciendo la entrega desde el campo de producción hasta los hogares de todo el país. Ucrania venía buscando además mercados más lejanos, pero la guerra contra Rusia le impide concretar esos planes.
Y más, para demostrar (entre otras cuestiones) el inocultable interés de Putin por retomar esos territorios. Ucrania empezó a exportar huevos de gallina frescos a Japón, y está entre los principales productores de huevos de Europa. De hecho, la producción aumentó en un 3,5 % a 15.500 millones de huevos entre enero y noviembre de 2019 y eso sigue incrementándose hoy en día, según un sindicato de productores avícolas de Ucrania. En 2020, Ucrania también empezó a exportar manzanas a Bangladesh y miel y colza a China.
La historia -así quedó demostrado centenares de veces- es cíclica y se repite. Putin no apela solo a cuestiones étnicas, geográficas, políticas e ideológicas. Va también -y sobre todo- por el dominio de la economía regional y tal vez mundial. En este escenario de un "nuevo mundo multipolar", no va a parar hasta la reinstalación de un nuevo muro de Berlín. Figurado o real.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
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