Según un estudio, las personas más inteligentes tardan más en resolver problemas difíciles

Las personas inteligentes tardan más en resolver problemas difíciles. Foto: Unsplash.

Uno podría creer que a las personas inteligentes las cosas les cuestan menos. Sin embargo, esto podría no ser cierto dado que un estudio, publicado en la revista Nature Communications, demuestra que las personas con mayor inteligencia tardan más en resolver problemas complejos.

Este estudio, además, relaciona la capacidad que cada persona tiene para resolver problemas a partir de las diferencias en la conectividad cerebral y la sincronía entre áreas cerebrales. 

La investigación sugiere que la inteligencia es producto de la sincronía entre el lóbulo frontal y parietal. Foto: Unsplash.

La investigación fue realizada en la Charité-Universitätsmedizin de Berlín por Michel Schirner y sus colegas. Allí examinaron datos de los 1.176 participantes del Proyecto del Conectoma Humano para analizar la relación entre las puntuaciones de inteligencia y los tiempos de reacción utilizando una prueba de razonamiento. 

Los resultados del estudio revelaron que aquellos que tardaban más en resolver las tareas difíciles mostraban más conectividad en estado de reposo entre los lóbulos frontal y parietal, además de mayor sincronía entre estas regiones del cerebro.

Cerebro. Foto Unsplash.

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Los cerebros más listos son los más lentos

Lo que sabe, hasta el momento, es que el lóbulo frontal tiene un rol importante en la atención y la toma de decisiones, mientras que el parietal recolecta información sensorial. En relación a ello, los estudios de escaneo cerebral sugirieron que la inteligencia es un funcionamiento en sincronía entre los dos lóbulos.

Esta investigación parece demostrar que ser más rápido no necesariamente es mejor puesto que, en determinadas situaciones, se da un equilibrio entre velocidad y precisión que permite tomar mejores decisiones. 

Según el estudio, los cerebros más listos son los más lentos. Foto: Unsplash.

De esta manera, los científicos llegaron a la conclusión de que el pensamiento rápido y "automático" es el que más se adecua para tomar decisiones sobre tareas sencillas, mientras que un pensamiento más lento y laborioso favorece la comprensión gradual de la información que se considera relevante, lo que puede ser mejor a la hora de resolver problemas más difíciles.