La retirada de las fuerzas del Kremlin supuso el tercer gran repliegue ruso de la guerra y el primero que supone ceder una ciudad ocupada tan grande.
Por Canal26
Domingo 13 de Noviembre de 2022 - 20:12
Celebración en la calles de Jersón. Foto: Reuters.
La salida de las tropas de la Federación Rusa de la ciudad ucraniana de Jersón significó una estocada mortal para las aspiraciones de Vladimir Putin. El líder del Kremlin ve como, casi a diario, su plan para ejercer el control total de la nación invadidad desde el pasado 24 de febrero se esfuma en el aire como pompas de jabón. Lo que parecía ser un mero "tramite", termino por convertirse en un laberinto del cual el jefe máximo ruso no sabe cómo salir. Aunque, de hecho, ya está saliendo de algunos lugares.
Tal es lo que sucede en la anteriormente tomada ciudad de Jersón, en donde las fuerzas rusas emprendieron una masiva retirada. A partir de ese instante, las empresas de servicios públicos de Jersón comenzaron a trabajar a destajo tras el objetivo de restablecer las infraestructuras críticas dañadas y minadas por las fuerzas rusas en su huida, y la mayoría de los hogares de la ciudad del sur de Ucrania seguían sin electricidad ni agua, según informaron el domingo las autoridades regionales.
El gobernador regional, Yaroslav Yanushevych, dijo que las autoridades decidieron mantener el toque de queda desde las 17 horas hasta las 8 de la mañana y prohibir a la gente salir o entrar en la ciudad como medida de seguridad.
"El enemigo ha minado toda la infraestructura crítica", indicó Yanushevych a la televisión ucraniana. "Intentaremos reunirnos dentro de unos días y (entonces) abrir la ciudad", afirmó, añadiendo que espera que los operadores de telefonía móvil puedan reanudar el servicio pronto.
Las tropas ucranianas llegaron al centro de Jersón el viernes, después de que Rusia abandonó la única capital regional capturada desde que comenzó su invasión en febrero. La retirada supuso el tercer gran repliegue ruso de la guerra y el primero que supone ceder una ciudad ocupada tan grande ante la gran contraofensiva ucraniana que ha retomado partes del este y el sur.
El jefe de los ferrocarriles estatales ucranianos dijo que se espera que los servicios de tren a Jersón se reanuden esta semana. Otro funcionario regional, sin embargo, alertó que aunque la limpieza de minas está en marcha y las autoridades trabajan para restaurar los servicios críticos, en términos humanitarios la situación en la ciudad "sigue siendo muy difícil".
"La mayoría de las casas no tienen electricidad, ni agua, y hay problemas con el suministro de gas", declaró a la televisión ucraniana Yuriy Sobolevskiy, primer vicepresidente del consejo regional de Jersón. El presidente Volodímir Zelenski aseguró en un discurso por video que "antes de huir de Jersón, los ocupantes destruyeron todas las infraestructuras críticas: comunicaciones, agua, calefacción, electricidad". Mientras los residentes, exultantes, daban la bienvenida a las tropas ucranianas que llegaban a Jersón, el Estado Mayor ucraniano informó que continuaban los encarnizados combates a lo largo del frente oriental en las regiones de Donetsk y Lugansk.
Tanques ucranianos en la vanguardia. Foto: Reuters.
En las últimas 24 horas, sus fuerzas repelieron los ataques rusos a lo largo de varios asentamientos en ambas regiones, dijo en su actualización matutina, al tiempo que informó del lanzamiento de cohetes y artillería rusos en las zonas orientales de Bajmut, Avdiivka, Novopavlivka y Zaporiyia.
Zelenski atribuyó el éxito de Ucrania en Jersón y en otros lugares en parte a la dura resistencia en la región de Donetsk a pesar de los repetidos ataques rusos. "Allí es un infierno: todos los días hay combates muy intensos", sostuvo el sábado. Cientos de residentes se alinearon el sábado en las calles de Jersón ondeando banderas nacionales, coreando "gracias, gracias" y condecorando a los militares ucranianos con lazos azules y amarillos.
"Es imposible expresar con palabras lo que siento ahora. Nunca en mi vida había sentido tanta alegría como ahora", dijo Natalia Koloba, residente local. "Nuestros hermanos, nuestros protectores han venido y hoy somos libres. Esto es increíble". Antes, el sábado, en la carretera de Jersón, los habitantes de los pueblos esperaban con flores para saludar y besar a los soldados ucranianos que llegaban para asegurar el control de la orilla occidental del río Dniéper tras la retirada rusa.
"Hemos rejuvenecido 20 años en los últimos dos días", señaló Valentyna Buhailova, de 61 años, justo antes de que un soldado ucraniano saltara de un pequeño camión y la abrazara a ella y a su compañera Nataliya Porkhunuk, de 66 años, en una aldea cercana al centro de Jersón.
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