La disputa con el país trasandino tuvo su punto más caliente tras la firma del tratado de 1881 que no dejó a ninguno contento. Se debió recurrir a un arbitraje internacional para determinar los límites de gran parte del sur y para ello el gobierno argentino decidió contratar a Moreno quien con un astuto método logró un fallo histórico para el país.
Francisco Moreno.
Francisco Pascasio Moreno nació el 31 de mayo de 1852 en Buenos Aires y fue un científico, naturalista, conservacionista, político, botánico, explorador y geógrafo. De todas estas profesiones nos centraremos en las últimas dos y de cómo su incansable trabajo logró que Argentina firme un tratado limítrofe con Chile que significó una revolución para la época, permitiendo que gran parte de la Patagonia sea territorio nacional.
Moreno estudió en el Colegio San José y en el Colegio de la Catedral del Norte y ya desde pequeño había desarrollado una pasión por la naturaleza, tal es así que a los 12 años fundó con sus cuatro hermanos un museo de Historia Natural y a los 21 designado como miembro de la Academia Nacional de Ciencias.
Navegando por el Lago Traful en 1896, a la izquierda Moreno manejando un remo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores le encargó en 1896 realizar un mapa de la Patagonia con un informe sobre los límites con Chile. La tensa relación diplomática con el país vecino iba en aumento desde el tratado de 1881, era tal el nivel de tensión que muchos no descartaba un inminente conflicto bélico entre ambas naciones. Ese tratado establecía que al país trasandino le correspondía la salida al Pacífico y a Argentina al Atlántico. Pero el problema era que Chile afirmaba que el criterio que debía trazarse para establecer los límites era el de divisora de aguas; para Argentina era mejor tener en cuenta las altas cumbres. Ante la imposibilidad de ponerse de acuerdo se debió recurrir a un arbitraje internacional y para eso los peritos de cada país elaboraron un trabajo para defender cada uno de sus intereses.
Las autoridades nacionales entonces decidieron elegir a Moreno debido a su gran conocimiento de la Patagonia ya que desde 1874 viajaba con frecuencia a la zona. El trabajo que se le pidió duró siete años con sucesivos viajes entre ambos países. De hecho, en 1897 llegó a cruzar la cordillera de Los Andes en loma de burro junto a su esposa, sus cuatro hijos y el Dr. Clemente Onelli.
Colonia 16 de octubre.
En ese mismo año perdió a su esposa, María Ana Varela, a causa de una fiebre tifoidea a los 29 años. Antes de morir le pidió que no abandonara su trabajo: “Con tu triunfo, evitaremos la guerra”, estas palabras fueron motivo suficiente para continuar con su ardua tarea que duraría varios años más.
Para finales de la década perito Moreno recabó información que llevó al descubrimiento de lagos, ríos, canales, islas, cordones montañosos y cerros que eran desconocidos hasta entonces. En su obra, Frontera argentino-chilena, describió la geografía de las fronteras nacionales y elaboró la teoría de que el límite con Chile debía ajustarse a la línea de altas cumbres, teoría que la sustentó gracias a un detallado estudio que realizó en todo el terreno de la región limítrofe y sumándole testimonios de habitantes originarios de Nahuel pan y colonos galeses.
Thomas Holdich y Moreno en Río Senguer, el 31 de mayo de 1902.
En 1899 viajó a Londres tras ser nombrado asesor geógrafo del representante argentino. Entre las cartas que le escribió al entonces presidente Julio Argentino Roca se destaca la siguiente frase: "Necesitamos hacer conocer el país en todo sentido. No tenemos aún el puesto que nos corresponde como nación americana y es un deber nuestro tratar de conseguirlo. Una vez que nos conozcan, seremos mucho más apreciados."
Un año después volvió al país con Sir Thomas Holdich quien fue designado como árbitro inglés para brindar una solución al conflicto. Fue en ese viaje donde se dice que Holdich le manifestó a Moreno que "todo cuanto gane el pie argentino al oeste de la división continental se deberá enteramente a usted".
Ya entrado en el año 1902 y en un viaje a Esquel en abril, Moreno logró convencer a los colonos galeses de que se pronunciaran a favor de Argentina al expresar que se encontraban conformes de estar "bajo la bandera argentina". A fines de mayo, el 28, se firmó un pacto en Santiago de Chile entre los dos países donde aceptaban el arbitraje inglés representando por Holdich. Tiempo después, ya de regreso en Londres, se llevó a cabo el trabajo de fijación de hitos limítrofes. Entre los logros de Moreno estuvo el de plebiscito de la Colonia 16 de octubre que reafirmó su soberanía argentina y llevó a la recuperación de 42.000 km2 de tierras entre ellas parte de lo que es hoy Esquel y Trevelín.
"Si es cuestión de honra nacional defender la integridad del suelo nativo, también debe ser cuestión de honor nacional darle a este suelo todo su valor, con lo que se evita tener que defender su integridad. Nunca he podido comprender como una nación viril que se dice dueña de extensísimas zonas, desde el trópico hasta el polo antártico, no se empeña en estudiarlas, para utilizarlas, que es lo que justificará su dominio sobre ellas", diría tiempo después el perito.
Las 7.500 hectáreas en rojo que legó el perito para la creación del primer Parque Nacional.
Tras el éxito de su gestión como perito, el Congreso de la nación le otorgó 25 leguas de campos fiscales en Neuquén al sur de Río de Negro. Moreno decidió vender 22 de esas leguas para el financiamiento de comedores para chicos y chicos necesitados, lo restante lo donó al Estado con el pedido de que queden intactas como parque natural. Esos terrenos son lo que conforman el Parque Nacional del Sud: hoy conocido como Nahuel Huapi.
Tumba del Perito Moreno en la isla Centinela del lago Nahuel Huapi.
Luego de este gesto, el perito fue director del Museo de La Plata, diputado nacional, fundador del Patronato de la Infancia y de la Asociación Argentina de Boy Scouts. Falleció el 22 de noviembre de 1919 en Buenos Aires, en 1944 se decidió que sus restos y los de esposa sean trasladados a la Isla Centila en el extremo occidental del lago Huapi. Cada vez que una embarcación cruza frente a la isla debe sonar tres veces su bocina para honrar a uno de los héroes de la historia argentina.
Por Yasmin Ali
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