Un viejo panadero ucraniano y su extraña idea para vengarse de la ocupación de los nazis en 1942. La heróica idea que terminó en tragedia. Esta es la historia de uno de los más dramáticos partidos de fútbol de la historia.
El "Partido de la Muerte" entre el Star F.C. de Kiex y los nazis. Monumento.
En septiembre de 1941 mientras Kiev, la capital de Ucrania, sucumbía y se quebraba ante el poderío y la barbarie nazi, comenzó a gestarse una de esas historias dignas de ser recordadas, que podrían ser llevadas a la pantalla del cine o incluso a las páginas de un libro. Josef Kordik era un panadero local de origen alemán que, lejos de lamentarse por las atrocidades de la guerra entre rusos y alemanes, veía día tras día cómo se llenaban sus bolsillos.
El pan era -por entonces- uno de los pocos productos accesibles para la dolida población, de modo que su negocio le aseguraba un buen pasar en medio de semejante hambruna, miseria y desolación. Un día, mientras caminaba por las calles de la ciudad ocupada por los nazis se encontró con Nikolai Trusevich, quien había sido el arquero del Dinamo de Kiev y que acababa de ser liberado de una prisión por los mismos alemanes invasores. Kordik no le pidió un autógrafo, sino que le ofreció trabajo en su panadería.
El exarquero se encargaría de la limpieza del local y, a cambio, se aseguraba un buen plato diario de comida caliente, abrigo y una cama arrinconada en el depósito del local. No podía pedir más, era una muy digna manera de sobrevivir durante la sangrienta ocupación.
Luego de unos días, Josef Kordik le hizo un extraño pedido a Nikolai Trusevich. Le pidió que encontrara a sus excompañeros del Dinamo de Kiev y eso fue lo que el hombre hizo. En el momento menos pensado, ocho exjugadores del famoso equipo de Kiev y tres del Lokomotiv (todos expresidiarios rusos como Trusevich) comenzaron a trabajar en la panadería del mismo modo en que hacía Trusevich. Sin embargo, el dueño de la panadería no dejaba de hacerles -cada día- un curioso pedido que llamaba poderosamente la atención de los exjugadores: que pese a trabajar tantas horas en la panadería, no dejaran de entrenar.
Josek Kordik soñaba en fundar su propio equipo de fútbol, el Star F.C., cosa que -de hecho- logró. El Star F.C. debía poner nuevamente en lo más alto el orgullo soviético, tan venido a menos por el yugo alemán. La posibilidad de entrar en la historia grande llegó para los jugadores del Star F.C. el 6 de agosto de 1942, cuando enfrentaron al Flakelf, un combinado de fútbol de la Alemania nazi.
El partido fue violento de principio a fin, sobre todo de parte de los jugadores del Flakelf, que salieron a la cancha con la complicidad del árbitro, quien les permitía todo tipo de agresiones y faltas contra los del Star F.C., transformándose en un verdadero maestro del "siga, siga".
Llegó el final del primer tiempo con el Star F.C. 2 a 1 arriba en el marcador, cosa que motivó la "visita" al vestuario de varios jerarcas nazis que los "invitaron amablemente" a -simplemente- dejarse ganar. Pero, pese a saber las seguras consecuencias de la desobediencia, los gallardos jugadores del Star F.C. le propinaron una contundente goleada a los nazis.
El resultado hubiese sido distinto. Cuando poco faltaba para el pitazo final, el jugador Klimenko eludió al arquero del combinado nazi, llegó con el balón hasta la línea de gol y contrariamente a lo que todos esperaban, giró y pateó la pelota hacia la mitad de cancha. Les "había perdonado la vida" a los alemanes; permitiéndops e incluso una inaceptable ironía. El 5 a 3 final fue lapidario para el orgullo nazi, y los alemanes jamás olvidaron la humillación frente a una ensordecedora multitud de ucranianos.
La semana siguiente el Star F.C. jugó su último partido. Los jerarcas nazis que copaban la ciudad decidieron el envío de escuadrones que se encargaron de "empatar" el partido.
Nicolai Korotkykhn fue el primero en caer. Fue torturado hasta más no poder, mientras que diez compañeros suyos fueron enviados al campo de concentración de Sirtez. Ivan Kuzemko,Trusevich y Klimenko fueron ejecutados a los pocos días.
Pero para quienes sobrevivieron en el campo de concentración, la caída del régimen nazi y la derrota propinada en Rusia por Stalin, lejos estuvo de ser la salvación. Josef Stalin, el líder de la Unión Soviética, los acusó de colaborar con el enemigo por jugar un partido de fútbol con ellos. La mayoría de los jugadores sobreviveintes fueron encerrados por la terrible policía stalinista.
Hoy, a tantos años de aquel horror, los integrantes del modesto Star F.C. son considerados héroes ucranianos y sus vidas, y su historia, se estudian en los colegios de la ciudad de Kiev. Después de todo, son el ejemplo de la lucha por la libertad y la dignidad del hombre, cosa que será por siempre recordada gracias al monumento erigido en el estadio del Zenit de Ucrania, a cuyo pie se pueden leer las siguientes palabras: "A los jugadores que murieron con la frente en alto ante el invasor nazi".
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Nota: El artículo no expresa ideología política. Solo investigación histórica.