Con este 1 de marzo serán 141. Su origen se remonta a 1862, pero no siempre fue esta fecha la elegida y no transcurrió en paz y con mensajes de unión.
Fachada del Congreso. Foto: Télam.
La historia de la apertura del período de sesiones ordinarias en la historia argentina se remonta a mitad de siglo XIX, más precisamente a 1862. Como puede imaginarse, ha habido distintos episodios que pasaron a la posteridad y no todos de ellos son una "agradable" anécdota. Parece que la relación entre el Ejecutivo y Legislativo siempre han estado marcadas por una tensa calma.
Cambios de día, edificios, atentados contra presidentes y desplantes han sido algunos de los condimentos que han acompañado a esta tradición que hoy suma su capítulo 141.
Cabe recordar que, según la reforma de la Constitución Nacional en 1994, las sesiones ordinarias del Congreso se desarrollan entre el 1º de marzo y el 30 de noviembre de cada año.
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Para la "historia oficial" en total van 141 períodos de sesiones, comenzando en 1862. Pero otros historiadores insisten en que su origen es el 22 de octubre de 1854 en Paraná. En ese entonces Justo José de Urquiza era el presidente de la Confederación Argentina, pero esa asamblea contó con una notable ausencia: Buenos Aires.
Justo José de Urquiza.
La de 1862, la considerada oficial, fue el 25 de mayo en la primera sede del Congreso ubicada en Perú 272. El primer mandatario era Bartolomé Mitre y habló delante de 15 senadores y 24 diputados.
“Después de haber llenado la alta misión que se dignaron depositar en mí los pueblos argentinos, dejando instalado en este día el Congreso en cuyas manos entrego hoy sus destinos, debo cumplir el deber que me ha sido impuesto, manifestando a vuestra honorabilidad de qué manera he usado las facultades con que fui investido, mientras se preparaba la reorganización de los poderes que han de regir a la Nación”, dijo en su discurso en carácter de “encargado del Poder Ejecutivo” ya que la presidencia estaba vacante.
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Oficialmente se toma a Domingo Faustino Sarmiento como el primer presidente envestido como tal en dar el discurso, fue el 5 de mayo de 1869.
Domingo Faustino Sarmiento.
Para 1994, varias décadas después, se decidió modificar la fecha del inicio de las sesiones ordinarias: pasó de ser el 1º de mayo al 1º de marzo. Si se mantuvo la mención de la obligatoriedad de la asistencia del jefe de Estado y se enfatizó que ambas Cámaras tienen el derecho de reunirse “por sí mismas”, reforzando el concepto republicano de la división de poderes.
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Era el 10 de mayo 1886, el presidente Julio Argentino Roca debía inaugurar el 24° período de sesiones ordinarias. Antes de las tres de la tarde partió de la Casa de Gobierno con la marcha de Ituzaingó de fondo.
Fue allí cuando de entre un grupo de curiosos voló una piedra que impactó en el parietal izquierdo de Roca. El autor del atentado era un correntino, Ignacio Monges, que simpatizaba por Dardo Rocha un rival político del tucumano.
Roca fue atendido entre los presentes, se le colocó una venda y no canceló su visita al Congreso. Leyó su discurso con la banda presidencial con sangre y delante de 41 diputados y 16 senadores.
El cuadro que inmortalizó a Roca herido dando un discurso.
“Me retiro sin odios ni rencores para nadie, ni aún para el asesino que me ha herido”, fueron sus palabras.
El uruguayo Juan Manuel Blanes inmortalizó el momento en el que Roca leía el discurso ante la asamblea legislativa y hoy ese cuadro puede verse en el Salón de los Pasos Perdidos.
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Hipólito Yirigoyen fue el primer presidente en ser elegido mediante la Ley Sáenz Peña en 1916 y desde antes de ser elegido mediante el sufragio secreto y obligatorio masculino, su relación con el Congreso fue pésima.
Yrigoyen en el Congreso en 1916.
Para el radical, ese lugar era uno repleto de políticos conservadores cuyo objetivo era continuar con sus privilegios y vicios. Si bien había ganado las elecciones, en el Congreso solo logró 26 de las 62 bancas y el radicalismo quedó con 101 diputados contra 129 opositores y en la Cámara Alta solo con tres.
La disputa entre el Ejecutivo y el Legislativo empezó ni bien asumió, a fines de 1916 envió proyectos que fueron rechazados y debió recurrir a intervenir provincias para conseguir mayoría.
Lectura al mensaje enviado por Hipólito Yrigoyen, publicada en la revista Caras y Caretas.
El 11 de mayo de 1917 debía abrir las sesiones y no solo no presentó, mandó al presidente del cuerpo a leer un mensaje de cuatro párrafos. En sus seis años de mandato nunca se presentó al recinto.
Historia repetida, ¿no?
Por Yasmin Ali
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