Fue durante el funeral de Artemio Gramajo, su edecán eterno y mejor amigo. Los presentes quedaron perplejos por la actitud del "Zorro".
Roca en el entierro del coronel Gramajo. Foto: Twitter @OldArg1810.
Julio Argentino Roca fue uno de los presidentes más importantes en la historia argentina, a cargo del Ejecutivo en un tiempo clave para el país en pleno crecimiento y prosperidad, supo demostrar su astucia y muñeca política eligiendo candidatos presidenciales que terminaban respondiéndole. Detrás de cada personaje tan particular siempre se esconden detalles que desnudan su lado humano y eso fue su amistad inquebrantable con el coronel Gramajo.
Artemio Gramajo había nacido por junio de 1838 en Loreto, Santiago del Estero. Desde jóven se sumó al ejército provincial, siendo un actor de reparto desde sus primeros años en varios sucesos de la historia argentina como la guerra de la Triple Alianza. A su vuelta se sumó a las filas del caudillo Felipe Varela y para 1870 ya su jefe era Julio Argentino.
Roca y el Coronel Gramajo. Foto: Twitter @OldArg1810.
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Gramajo y Roca se hicieron amigos casi de inmediato durante aquellas jornadas de ejercicios militares. Peleó bajo sus órdenes en, por ejemplo, la batalla de Ñembé contra Ricardo López Jordán y la batalla de Santa Rosa ante los mitristas.
Cuando el tucumano llegó al Ministerio de Guerra y Marina lo eligió edecán, cargo que Gramajo ocuparía por 40 años antes de su retiro.
Roca y Gramajo, inseparables. Foto: Archivo General de la Nación.
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Durante la llamada Campaña del Desierto, el "amigo del jefe" deleitaba a todos los soldados con su habilidad culinaria.
Por años se alimentó el relato de que era este Gramajo quien fue el primero en crear un plato con jamón, huevos y papas; plato que con el tiempo se conoció como revuelto de Gramajo. Incluso el historiador Félix Luna, en Soy Roca, lo menciona.
Lo cierto es que hoy por hoy la historia ha dado un giro y se lo adjudica a dos hermanos, con el mismo apellido, como los verdaderos autores del manjar argentino. Se trata de Horacio y Arturo, dos atletas de los 30s que crearon el plato con lo que sobraba de la cocina del inexistente restaurante Río Bamba.
Roca y el Coronel Gramajo. Foto: Archivo General de la Nación.
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Si bien nuestro Gramajo no inventó el plato que todos creíamos, si instaló la figura del edecán que aún continúa.
Era tan fuerte la presencia del coronel en la vida política de Roca que era representado en Caras y Caretas o El Mosquito como "El Glotón Oficial" o "El Coronel Diente".
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Con el paso de los años finalmente llegaría algo que los separaría, inevitablemente sería la muerte. El primero en morir fue Artemio, lo hizo el 11 de enero de 1914.
Roca estaba devastado, nunca hablaba en público porque todos conocían su poca habilidad para la oratoria. El 12 de enero, en Recoleta durante el entierro de su gran amigo, no sólo habló si no que lloró por primera vez en público.
Roca leyendo su discurso en el último adiós a Gramajo. Foto: Twitter @OldArg1810.
“Para mí, portar los restos mortales del Coronel Artemio Gramajo, es como adelantar mi propio funeral”, dijo adelante de los presentes.
Nueve meses después, en octubre del mismo año, el dos veces presidente fallecía. Actualmente ambos se encuentran en mausoleos cercanos del cementerio mencionado.
Hasta uno de los hombres más polémicos de la historia política argentina tuvo su aquella mitad que nos conoce más que a nosotros mismos.
Por Yasmin Ali
*Tw: @Yas_Friends