Stimming, el mecanismo para "defenderse" del mundo: de morderse las uñas a un parpadeo constante

Stimming. Foto: Unsplash

Pararse solo frente al mundo puede volverse un verdadero desafío. La instantaneidad de las experiencias, los conflictos que se desarrollan en cada parte del planeta y las distintas “realidades” construidas por las redes sociales son solo algunas de las situaciones que los seres humanos debemos atravesar en el día a día.

Ante esta situación es casi imposible escaparle al estrés y la ansiedad y para poder ponerle un freno recurrimos, en muchas ocasiones, a mecanismos internos como es el caso del stimming.

Messi haciendo stimming. Video: Twitter

De acuerdo con la licenciada en psicología, Mariana Novillo (MN 49623), se trata de "una conducta autoestimulante que refiere a acciones rituales que ayudan a las personas o niños a calmarse cuando están estresados o ansiosos".

Te puede interesar:

Horror en Perú: denuncian que niños autistas eran atados con cinta a sus sillas en un centro terapéutico

¿Qué es el stimming?

El término proveniente de la palabra en inglés self-stimulatory behavior que "incluye una serie de comportamientos repetitivos y autoestimulantes". A menudo, "son observados en sujetos con diagnóstico presuntivo de Trastornos del Espectro Autista (TEA) y otros trastornos del desarrollo", según explica la psicóloga Ariana Fernandez (MN 71366). De igual modo, es importante destacar que no se deben solo englobar en estas afecciones.

Stimming. Foto: Unsplash

La estimulación es muy amplia y abarca una gran variedad de comportamientos repetitivos. Entre las conductas autoestimulantes más comunes podemos destacar:

• Balanceo del cuerpo: movimientos rítmicos de balanceo hacia adelante y atrás o de lado a lado.
• Movimientos de manos y dedos, sacudir las manos o los dedos de forma repetitiva, frotar las manos, hacer movimientos con los dedos tales como pellizcar o retorcer.
• Parpadeo o movimiento de los ojos, parpadear rápidamente, mirar fijo a los objetos o mover los ojos en patrones repetitivos.
• Golpeteo: golpear objetos o superficies
• Girar objetos como monedas, juguetes, etc.
• Vocalizaciones repetitivas: repetir sonidos, palabras o frases una y otra vez, como tararear, chasquear los labios o repetir palabras sin contexto aparente.
• Uso de objetos sensoriales, utilizar objetos táctiles como pelotas antiestrés o juguetes sensoriales para estimular el tacto y la presión
• Repetición de patrones: organizar objetos en patrones repetitivos como alinear objetos en fila o clasificarlos por color o forma.
• Morder o chupar, morderse los dedos, las uñas o ciertos objetos
• Hacer movimientos corporales no convencionales, como dar vueltas, saltar o brincar de forma repetitiva.
• Tocar partes del cuerpo, acariciar o frotar partes del cuerpo como orejas, cabello o piel.

Es importante destacar que estas conductas pueden tener diferentes propósitos para las personas. “Para algunas personas puede funcionar como una forma de autorregularse ante situaciones estresantes o sobrecarga sensorial, mientras que otras pueden hacerlo por placer o como una respuesta a la estimulación sensorial”, comenta Fernandez.

Te puede interesar:

Los niños nacidos durante la pandemia de Covid-19 no tienen más riesgo de padecer autismo

Morderse las uñas

Dentro del amplio abanico de conductas autoestimulantes que se encuentran, hay muchas de ellas que pueden ser nocivas para la salud como morderse las uñas.

Morderse las uñas. Foto:Unsplash

“El morderse las uñaspuede durar toda la vida si no hay un tratamiento psicológico que trate dicha conducta”, dice Novillo. Es importante descubrir "qué es lo que lleva al individuo a realizar esta acción" para poder atacarla de raíz.

“La causa puede ser por miedo a enfrentar una situación que le produce estrés, o como forma de defensa para afrontar determina situación, entre otras”, ejemplifica.

Te puede interesar:

"Como un autista": el desagradable comentario de Jorge Sampaoli contra los franceses Ousmane Dembélé y Kylian Mbappé

¿Tic o Stimming?

Los tics son movimientos motores o sonidos vocales “involuntarios, súbitos y repetitivos” que se producen de manera intermitente.

Según la licenciada Novillo, “los tics suelen aparecer en la niñez y adolescencia en un 25% de los casos”. A estos se los denomina “tics de la infancia” y con el pasar del tiempo es común que desaparezcan.

Los tics pueden variar en su severidad y en su impacto en la vida de una persona. Dentro de los tics, podemos destacar:

• Los motores (cerrar rápidamente un ojo, girar el cuello en una dirección específica, hacer muecas, encoger los hombros, abrir y cerrar los ojos de forma repetitiva, entre otros)
• Los fónicos (hacer un sonido de aclarar la garganta de forma constante, toser repetidamente sin necesidad, emitir sonidos guturales o gruñidos de manera intermitente, decir malas palabras o expresiones inapropiadas de forma involuntaria).  

Stimming. Foto: Unsplash

Por su parte, Fernández agrega: “Algunas personas pueden aprender a controlar o reducir la frecuencia de sus tics, mientras que otras pueden requerir tratamiento médico o psicológico si los tics son graves o interfieren significativamente en su cotidianidad".

Te puede interesar:

Científicos descubren que los cambios en la flora intestinal infantil están vinculados con el desarrollo de autismo y TDAH

Los "slim toys"

Además de recurrir a tratamientos interdisciplinarios, hay una gran variedad de productos en los mercados que tienen como objeto canalizar la ansiedad y el estrés: los fidgets toys.

Hay juguetes que simulan el encendido y apagado de los interruptores, otros con burbujas que “explotar” y hasta pelotitas para estrujar. Por más "inofensivos" que pueda parecer, muchos especialistas afirman que pueden ser de ayuda para fortalecer las manos y aumentar la agilidad de los dedos.

Es necesario dejar a un lado los prejuicios y comenzar a tomar conciencia sobre estas problemáticas que cada vez son más comunes.