El estudio se basó en un exhaustivo análisis de datos provenientes de 48 millones de habitantes distribuidos en ocho estados alemanes.
Por Canal26
Jueves 10 de Agosto de 2023 - 19:00
El cáncer, una enfermedad que no discrimina y que puede afectar a cualquier individuo, parece estar intrínsecamente ligado a las condiciones socioeconómicas y educativas, según un estudio realizado por un equipo de investigadores alemanes.
La investigación resaltó que aquellas personas provenientes de entornos desfavorecedores y con limitada educación poseen un riesgo significativamente mayor de desarrollar cáncer en comparación a los que cuentan con una mejor situación.
En Alemania, un país en el cual se observó una tendencia positiva en la disminución general de los casos de cáncer, un análisis más profundo reveló cierta discrepancia. Las regiones socialmente privilegiadas experimentan una disminución mucho más pronunciada en las tasas de incidencia de cáncer, en comparación con aquellas áreas menos favorecidas desde el punto de vista económico y educativo.
Lina Jansen, quien lideró el equipo de investigación desde el Centro Alemán de Investigación Oncológica (DKFZ), arrojó luz sobre esta disparidad en un artículo publicado en el International Journal of Cancer.
El estudio se basó en un exhaustivo análisis de datos provenientes de 48 millones de habitantes distribuidos en ocho estados alemanes, observando los diagnósticos de cáncer entre los años 2007 y 2018. La conclusión fue clara: la brecha socioeconómica está emergiendo como un factor cada vez más influyente en las tasas de nuevos casos de cáncer.
El equipo de investigadores categorizó las regiones en cinco grupos según su índice socioeconómico, considerando factores como los ingresos, la tasa de empleo y el nivel educativo. Aunque se notó una disminución general en la tasa de nuevos casos de cáncer a lo largo del período analizado, esta disminución fue significativamente menos pronunciada en las áreas desfavorecidas en comparación con las acomodadas.
Esto se observó tanto en el caso de los cánceres en general como en tipos específicos como el cáncer colorrectal y de pulmón en los hombres. Además, se pudo constatar que la desigualdad socioeconómica se intensificó a lo largo del período de estudio.
Entre el 30 % y el 50 % de los casos de cáncer son evitables mediante la adopción de hábitos de vida saludables.
Mientras que en 2007 los hombres de regiones económicamente inferiores tenían un riesgo un 7 % mayor de desarrollar cáncer en comparación con los hombres en áreas más acomodadas, esta diferencia aumentó al 23 % en 2018. Para las mujeres, la diferencia se incrementó del 7 % en 2007 al 20 % en 2018.
La científica enfatizó que, aunque los aspectos de atención médica e infraestructura se mantienen relativamente constantes, son los factores sociales los que marcan una diferencia notable. Elementos como el desempleo, las prestaciones sociales y la tasa de abandono escolar juegan un papel crucial en esta desigualdad.
"Los factores sociales parecen desempeñar un papel mucho más importante que la infraestructura general”, subrayó Jansen, quien es parte del Registro Epidemiológico del Cáncer de Baden-Württemberg en el DKFZ.
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Adicionalmente, los investigadores sugirieron que las diferencias en la prevalencia de factores de riesgo de cáncer relacionados con el estilo de vida también contribuyen significativamente a estas desigualdades. El consumo de tabaco, la falta de ejercicio y la obesidad, comportamientos asociados con el gradiente socioeconómico, juegan un papel crítico en este fenómeno.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) respaldó este pensamiento al afirmar que entre el 30 % y el 50 % de los casos de cáncer son evitables mediante la adopción de hábitos de vida saludables y medidas de salud pública como las vacunas contra infecciones cancerígenas. En última instancia, la prevención emerge como la estrategia más efectiva y económica para abordar a largo plazo la lucha contra esta enfermedad devastadora.
Más allá del consumo de tabaco, la OMS también identificó el consumo de alcohol, una dieta poco saludable, la inactividad física y la exposición a la contaminación atmosférica como factores de riesgo adicionales para el desarrollo de cáncer. La combinación de estos elementos no solo resaltó la necesidad de enfoques preventivos, sino también la urgencia de abordar las desigualdades sociales y educativas para mitigar la disparidad.
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