Los hábitos tecnológicos que ayudarán a llevar una vida más responsable con el medio ambiente

Hábitos tecnológicos sostenibles. Foto: Unsplash.

Es cierto que la tecnología puede desarrollar diferentes herramientas que faciliten el cuidado del medio ambiente, pero también puede dar lugar a distintos hábitos que pueden ser contraproducentes para el planeta. Estas costumbres "tecnológicas", a pesar de ser pequeñas, pueden estar cargadas de emisiones de carbono que son perjudiciales para la salud de los ecosistemas, por lo que es importante realizar algunos cambios para volverse más amigable con el planeta.

Se trata de hábitos tan comunes y sencillos como enviar un correo electrónico, cargar un dispositivo, o descargar alguna imagen en el celular o computadora. Sin embargo, lograr ser más ecoconscientes del uso de la tecnología no es tan difícil gracias a algunas prácticas que pueden cambiarse por otras opciones más sostenibles.

Hábitos tecnológicos sostenibles. Foto: Unsplash.

Las prácticas sostenibles son aquellas que se logran al cambiar a un estilo de vida más ecológico, en las que se toman decisiones que beneficien al planeta en cada actividad, tanto a nivel personal como profesional, y que pueden contribuir a reducir la huella de carbono.

La sostenibilidad para una vida respetuosa con el medio ambiente implica utilizar aparatos ecológicos que optimicen el consumo de energía, reduzcan la cantidad de residuos, achiquen lo más que se pueda la radiación de Internet y, sobre todo, que el uso de la tecnología sea a conciencia. 

Hábitos tecnológicos sostenibles. Foto: Unsplash.

Te puede interesar:

Preocupación por el glifosato, el veneno que provoca cada vez más muertes y daños en el mundo

Los hábitos para ser más responsables con el medio ambiente

Reducir el uso de la electricidad, la radiación de Internet y utilizar aparatos ecológicos que optimicen el consumo de energía son algunos de los hábitos tecnológicos que ayudan a ser más responsables con el medio ambiente. También, hay otras prácticas que pueden contribuir a lograr estos objetivos como: 

• Utilizar el transporte público: en vez de manejar un vehículo propio o utilizar las diferentes aplicaciones de transporte, se puede elegir una alternativa más ecológica, el transporte público. 
  
  
• Ciberseguridad: las herramientas de ciberseguridad no solo protegen a las personas de posibles ciberdelincuentes, sino también para reducir el uso adicional de internet, lo que representa más radiación, energía desperdiciada y un aumento de la huella de carbono. 

La ciberseguridad ayuda a disminuir el uso de Internet. Fuente: Pexels.

• Minimizar los mensajes: el correo electrónico de trabajo es el lugar más sobrecargado de mensajes, que muchas veces se responden con un "Ok, gracias", que en ocasiones no son necesarios. Una forma de ser responsable con el medio ambiente es limitar estos correos solamente a los que sean absolutamente esenciales, que reúnan toda la información necesaria y que reduzca la cortesía, agradeciendo por adelantado. De esta forma, se ahorrará tiempo y se reducirán las emisiones de carbono. 
  
  
• Usar menos internet: si bien reducir el uso de internet puede resultar todo un reto, no es nada imposible. Solo se deberá contar con las condiciones de ciberseguridad y elegir contenidos offline más a menudo, es decir, descargar el contenido que se desea ver, para verlo luego sin necesidad de utilizar el internet. También se puede almacenar archivos sin conexión. Esto significa, que, en vez de cargar los archivos a la nube, se utilice un disco duro, ya que es más confiable y sostenible.

Google; buscador de Internet. Foto: Unsplash.

• Invertir en aparatos ecológicos: desde hace tiempo, los aparatos electrónicos ecológicos se encuentran en el mercado, tales como los relojes inteligentes y los pulsómetros que dejaron atrás el uso de pilas desechables. Además, muchos fabricantes están optando por prácticas sostenibles que ayuden a reducir la huella de carbono. 
  
  
• Eliminar la reproducción automática: los videos que se reproducen automáticamente en los navegadores pueden resultar bastante molestos. De hecho, la reproducción automática no solo es perjudicial para la accesibilidad, sino que además aumenta las emisiones de CO2 al cambiar de videos que uno no desea ver.