La compresión de un entorno inhóspito como es la Antártida podría revelar información relacionada con la existencia de vida en otros planetas.
Por Canal26
Lunes 3 de Julio de 2023 - 13:47
Un misterio que desconcertó a la comunidad científica durante más de 100 años fue resuelto gracias a un grupo de investigadores estadounidenses de la Universidad Johns Hopkins, quienes descubrieron la causa detrás del color rojo del agua que fluye de un glaciar en la Antártida, conocido como las "Cascadas de Sangre".
Según los informes de la universidad, el fenómeno es provocado por nanoesferas ricas en hierro, lo que podría tener implicaciones en la búsqueda de vida en otros planetas.
El geólogo británico Thomas Griffith Taylor observó por primera vez este asombroso fenómeno en el año 1911, durante la expedición antártica "Terra Nova". Allí, descubrió que el agua que se filtraba de un glaciar presentaba un tono rojizo, similar al de la sangre, al entrar en contacto con la base rocosa. A partir de ese momento, estas cascadas se convirtieron en un enigma científico.
Ken Livi, científico de la Universidad Johns Hopkins, llevó a cabo un estudio exhaustivo de las muestras de agua recogidas en el área de las Cascadas de Sangre. Mediante el uso de microscopía electrónica de transmisión, pudo identificar la presencia de diminutas partículas esféricas de hierro en el agua las cuales, al oxidarse, causan el cambio de color en el agua, dándole su característico tono rojo.
Este sorprendente hallazgo, publicado recientemente en la revista Frontiers in Astronomy and Space Sciences, demuestra que estas nanoesferas, que son aproximadamente 100 veces más pequeñas que un glóbulo rojo humano, no se habían identificado anteriormente debido a su estructura no cristalina. Los métodos de análisis utilizados anteriormente no eran capaces de detectar estas partículas, ya que se basaban en la búsqueda de minerales con estructuras cristalinas específicas.
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Además de resolver el enigma de las Cascadas de Sangre, este descubrimiento tiene implicaciones más amplias en la investigación de la vida en otros planetas. Se observó que las antiguas aguas bajo el glaciar de la Antártida contienen altas concentraciones de hierro y sal, albergando cepas bacterianas que se mantienen sin cambios durante millones de años. Según Livi, comprender este entorno inhóspito podría proporcionar información relevante para la existencia de vida en otros planetas.
"Con el advenimiento de las misiones Mars Rover, hubo un interés en tratar de analizar los sólidos que salían de las aguas de las Cascadas de Sangre como si fuera un lugar de aterrizaje marciano", apuntó Livi, quien además aseguró que el estudio realizado por los vehículos de exploración de la superficie ha sido "incompleto para determinar la verdadera naturaleza de los materiales ambientales en las superficies de los planetas", ya que han sido diseñados para detectar materiales en su forma cristalina.
"Para comprender verdaderamente la naturaleza de las superficies de los planetas rocosos, sería necesario un microscopio electrónico de transmisión, pero actualmente no es factible colocar uno en Marte", concluyó el científico.
El descubrimiento de las nanoesferas ricas en hierro como la causa del color rojo en las Cascadas de Sangre de la Antártida puso fin a un misterio de más de un siglo. Este avance científico abre una puerta hacia la investigación en profundidad de posible vida en otros planetas como Marte, a través de la comprensión de los entornos extremos de la Tierra.
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