Frente al avance del calentamiento global el trabajo que hacen estos profesionales es crucial para proteger el medio ambiente.
Ante la amenaza climática y la desesperanza de que no hay un planeta B, aparece un grupo de profesionales que podría cambiarlo todo y salvar los pulmones verdes del planeta. Se trata de los ingenieros forestales, la profesión clave para afrontar el calentamiento global que se perfila como la carrera del futuro.
Cada 16 de agosto se conmemora el egreso de los dos primeros ingenieros forestales de la Argentina. En 1963, Aníbal Dalmacio y Héctor Rodolfo Reuter se recibían en la Universidad Nacional de Córdoba, que en la actualidad es una dependencia de la Universidad de Santiago de Estero, de una carrera que ahora podría cambiar el mundo.
Los ingenieros forestales se ocupan de usar los recursos naturales de los bosques de manera sustentable y beneficiosa para la sociedad. Su misión es que estos pulmones verdes sigan existiendo y garantizar el desarrollo ecológico de una región, provincia o país.
En sus inicios, estos profesionales se dedicaban a la producción de madera, pero con el paso del tiempo su actividad se fue modificando y, en la actualidad, con el avance del calentamiento global y una legislación ambiental cada vez más rigurosa, trabajan junto a biólogos para proteger el ambiente de las zonas de bosques y el bienestar de las personas.
En este sentido, los ingenieros forestales son los encargados de gestionar los recursos naturales en obras de gran magnitud, que ponen en riesgo la salud, la seguridad, los derechos, los bienes o la formación de los habitantes como, por ejemplo, la creación de un complejo recreativo en las reservas ecológicas.
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En los últimos años, se multiplicaron las instituciones académicas y se reformó la currícula, ya que fenómenos como el cambio climático trajeron nuevos eventos ambientales que deben ser tratados por los ingenieros forestales, como el proceso de mitigación y el rol de la deforestación en el creciente calentamiento global.
En 1960, en América Latina, existían solamente 6 centros de formación académica universitaria en Ciencias Forestales (Ingeniería Forestal); en 1974, el número de estos había ascendido a 18 y en la actualidad existen 139, de los cuales 6 son de Argentina.
El último año, la tierra se calentó a pasos agigantados y se manifestó en sofocantes olas de calor durante el verano europeo y un caluroso invierno en América Latina. Además, aumentó el número de focos incendiarios en los bosques de Canadá. Mientras otros ocurrían en la Amazonía y la Patagonia Argentina a causa de la industria ganadera, que quemó grandes hectáreas de árboles para criar animales.
Esta fecha sirve para tomar conciencia de la importancia de esta carrera y de las tareas que se ocupa, ya que en la actualidad su existencia y conocimiento es clave para frenar el calentamiento global a través de la protección del ambiente y el aprovechamiento sustentable de sus recursos.
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