Delegación israelí viajó a Qatar para conversar un posible acuerdo de tregua presentado por Hamás: los puntos clave

Destrucción en la Franja de Gaza. Foto: Reuters.

La coalición que Gobierna Israel, que conforman un Gabinete de Guerra para afrontar a Hamás en unidad, envió una delegación a Doha (Qatar) para continuar los diálogos con el grupo palestino, al que denominan terrorista, y así poder llegar a una tregua. Aunque de momento Tel Aviv descarta llegar a un alto al fuego permanente, en esta ocasión podría durar seis semanas para permitir el intercambio de prisioneros por rehenes, la entrada de ayuda humanitaria y la reconstrucción de la Franja de Gaza que quedó devastada por los continuos bombardeos. 

Niños pidiendo comida en Gaza. Foto: Reuters.

El jefe del servicio de inteligencia israelí Mossad, David Barnea, es quien encabeza la delegación y quien recibió un “mandato general” realizar las negociaciones de manera indirecta. Algunas cuestiones, sin embargo, deberán ser transmitidas personalmente al primer ministro, Benjamín Netanyahu, y al ministro de Defensa, Yoav Gallant, para que puedan ser evaluadas y aprobadas o rechazadas por ellos. 

El equipo de Barnea para este trabajo pidió al Gobierno "tiempo y flexibilidad" para poder negociar, "mejorar el acuerdo" y terminar de cerrar cuestiones referidas a la cantidad de presos palestinos que podrían ser liberados a cambio de rehenes israelíes, así como el incremento de ayuda humanitaria, según medios israelíes.

David Barnea, jefe del Mossad. Foto: Reuters.

Esta es la primera vez que un equipo de Israel y otro de Hamás participan en las negociaciones indirectas desde el comienzo del mes sagrado de Ramadán para la religión islámica. En esa ocasión fracasaron los intentos de los mediadores de firmar un pacto previo a este período, que de momento se desarrolla con pocos incidentes en Jerusalén pero con fuertes restricciones para los palestinos que habitan Cisjordania.

Los mediadores en ese momento querían acordar una tregua de seis semanas en Ramadán, pero Hamás pidió un alto el fuego permanente y la retirada de las tropas israelíes, algo a lo que Netanyahu rechazó rotundamente. Inclusive, el premier israelí dio vía libre durante el fin de semana al plan militar para otra ofensiva terrestre en Rafah, en el sur de la Franja donde viven 1,4 millones de gazatíes desplazados y hacinados. Israel asegura que allí quedan cuatro batallones de Hamás.

Fotos de rehenes en calles israelíes. Foto: Reuters.

Sin embargo, los esfuerzos de los mediadores nunca se quebraron por completo y a finales de la última semana los milicianos palestinos entregaron una nueva propuesta con un plan en tres etapas, que termina en un alto el fuego, una idea que Israel no negó de plano y permitió retomar los diálogos.

Las partes ya lograron un pacto de cese al fuego temporal en noviembre de una semana que posibilitó el canje de 105 rehenes por 240 prisioneros palestinos; mientras que se estima que quedan dentro 130 cautivos, de los que Israel tiene pruebas de que unos treinta aproximadamente ya fallecieron, aunque Hamás subió esa cifra a más de 70.

Más de 31.600 gazatíes murieron en más cinco meses de conflicto bélico, que empezó el 7 de octubre tras el brutal ataque de Hamás en Israel que dejó unos 1.200 muertos y 253 secuestrados. 

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¿Cómo sería la posible tregua entre Israel y Hamás?

La primera etapa implica una tregua de seis semanas en la que se liberarían 35 rehenes (mujeres, enfermos y ancianos) a cambio de 350 prisioneros palestinos. Este canje incluiría a cinco mujeres soldado por 50 presos que cumplen largas condenas por lo que Israel llama terrorismo por cada soldado. En esta fase las tropas israelíes se retirarían de dos rutas principales de Gaza y permitirían que los refugiados vuelvan al norte.

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En la segunda etapa, las partes declararían un alto el fuego permanente y Hamás liberaría a todos los rehenes vivos que restan a cambio de más prisioneros.

Por otra parte, en la tercera fase, los gazatíes entregarían los cuerpos de secuestrados que murieron a cambio de que Israel levante el bloqueo de ayuda humanitaria a Gaza y permita la reconstrucción del enclave.

Tanto el Gabinete de Guerra -el buró coalicional israelí de solo tres miembros- como el foro más amplio del Gabinete de Seguridad, se reunieron la noche antes del viaje de la delegación para discutir la reanudación de las conversaciones. Al mismo tiempo sucedían protestas tanto en Jerusalén, frente a al residencia del primer ministro, como en Tel Aviv, pidiendo un acuerdo urgente para liberar a rehenes.