El 4 de abril de 1968, el activista por los derechos de las minorías negras en los Estados Unidos, Martin Luther King Jr. caía acribillado en Memphis.
Martin Luther King Jr. durante su discurso. Foto: Biblioteca del Congreso de EE.UU.
El 3 de abril de 1968, Martin Luther King Jr. daba el último discurso de su vida en el principal centro de reunión de la "Iglesia de Dios en Cristo", Mason Temple (Memphis, Estados Unidos). El pastor estadounidense de la Iglesia Bautista llevaba adelante en los Estados Unidos una labor crucial al frente del Movimiento por los Derechos Civiles para los afroamericanos, además de expresarse en reiteradas oportunidades en contra de la guerra de Vietnam, la pobreza y la desigualdad fundamentalmente.
Martin Luther King Jr. no se desentendía de nada y no le importaba ser "políticamente incorrecto" llegando hasta el fondo mismo de los problemas que aquejaban por entonces a la racista sociedad norteamericana.
Entre los varios problemas que oprimían a los negros en los Estados Unidos estaban el trato, las condiciones de trabajo y las políticas de contratación de los mismos en la fábrica de Coca-Cola en Memphis (Sólo por nombrar uno...).
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Los trabajadores negros de la planta recibían un trato totalmente distinto al de los blancos y sus derechos, por supuesto, eran prácticamente inexistentes comparados con los de los "norteamericanos puros".
Esa noche, la del 3 de abril, en un pasaje de su (a la postre) último discurso, dedicó precisamente unos párrafos al gigante de la bebida efervescente.
Dijo en un momento Luther King:
"Y así, como resultado de ésto, te pedimos esta noche, salir y decirle a tus vecinos que no compren Coca-Cola en Memphis. Díles no comprar la leche Sealtes. Díles que no compren - ¿Cuál es el otro pan?... Wonder Bread. ¿Y cuál es la otra compañía de pan, Jesse (N. de R.: Jesse Jackson)? Diles de no a comprar el pan de Hart. Como Jesse Jackson ha dicho que, hasta ahora, sólo los pordioseros han estado sintiendo el dolor, ahora debemos redistribuir el dolor. Estamos eligiendo a estas empresas porque no han sido justas en sus políticas de contratación, y las estamos eligiendo porque pueden iniciar el proceso de decir, que van a apoyar las necesidades y los derechos de estos hombres que están en huelga".
King, segundos antes de su asesinato. A su derecha, Jesse Jackson. Foto: Biblioteca del Congreso de EE.UU.
Martin Luther King se había metido con uno de los emblemas del poder norteamericano establecido. Y no solo con esa empresa tan emblemática, sino también con otros. La idea era, entonces, hacerle sentir a los poderosos que manejan los hilos ocultos del poder y el dinero, el sufrimiento en carne propia.
Al día siguiente, 4 de abril de 1968, mientras se encontraba en un balcón del Lorraine Motel, lugar en donde se hospedaba, a las 18:01 horas, un balazo terminó con su vida.
Despedida de los restos mortales de Martin Luther King. Foto: Biblioteca del Congreso de EE.UU.
Las últimas palabras de Martin Luther King mientras agonizaba en el suelo fueron dirigidas al músico Ben Branch, quien iba a presentarse esa misma noche en una reunión a la que también asistiría King: "Ben, prepárate para tocar "Precious Lord, Take My Hand" (Señor, toma mi mano) en la reunión de esta noche. "Tócala de la manera más hermosa", pidió King.
El poder real de los Estados Unidos tenía a partir de ese momento (y según su criterio)... un problema menos.
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