Desde “Merceditas” a Pedro Rosas y Belgrano, el legado de los hombres más brillantes del país no siempre tuvo un final feliz. ¿Qué fue de ellos?
Nunca es fácil ser "hijo de...", en cualquier ámbito es una carga que no muchos jóvenes pueden lidiar; sea por la presión que representa o representó la figura de su padre/madre o simplemente por sentir que no se está a la altura. Pero toda connotación toma un marco mucho más grande si hablamos de la descendencia de las figuras más importantes de la historia argentina.
Algunos vivieron bajo la sombra de su padre y les resultó insoportable, otros acompañaron hasta el final y el resto simplemente pasó a vivir una vida de orgullo por lo que les tocó.
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La única hija reconocida de José de San Martín nació el 24 de agosto de 1816 en Mendoza y fue fruto de su matrimonio con Remedios de Escalada. Solo pasó cinco meses con ella porque luego emprendió el Cruce de los Andes, se reencontrarían en 1824 cuando el Libertador decidió instalarse en Europa.
A su llegada al Viejo continente, Mercedes Tomasa fue a parar a un internado de señoritas en Londres hasta que a fines de 1826 la cambió de establecimiento para verla los fines de semana. Para 1830 padre e hija se instalaron en París donde fueron víctimas de la epidemia de cólera, siendo atendido por su futuro yerno: Mariano Balcarce.
Una vez casados, el matrimonio viajó a Buenos Aires donde nació su primera hija: María Mercedes y volvieron a Francia en 1836 donde nació Josefa, la otra nieta de San Martín. Tras la muerte de su padre y de su primera hija en 1860, se volvió una figura conocida en la Legación Argentina en París y desde el otro lado del océano se encargó de recaudar fondos para las víctimas del terremoto de Mendoza un año después. Murió en Francia el 28 de febrero de 1875, sus restos descansan en la Basílica mendocina de San Francisco.
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La historia de los hijos de Manuel Belgrano es un tanto particular: reconoció a dos en vida de dos mujeres distintas, Manuela Mónica y Pedro Pablo. De este último es de quien nos enfocaremos.
Su hijo varón nació el 29 de julio de 1813, su madre fue María Josefa Ezcurra y el romance comenzó a comienzos de siglo, aunque no pudo prosperar. Al no estar casada la pareja, su hermana Encarnación lo inscribió y lo criaría como un hijo más del matrimonio entre ella y Juan Manuel de Rosas.
Pedro Pablo recién se enteró de quién era su verdadero padre a los 20 años y adoptó el apellido de Rosas y Belgrano, luego se instaló en Azul donde fue juez de paz y comandante militar interino. Salvó su vida varias veces gracias a su condición de "hijo de..." hasta que murió en 1863.
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Juan José Castelli fue "La Voz de la Revolución" durante los sucesos de Mayo de 1810 y si bien murió a la temprana edad de 48 años por un cáncer de lengua, sus hijos heredaron su espíritu rebelde y uno de ellos fue Pedro Castelli.
Para noviembre de 1839, los hombres más respetados del campo se rebelaron contra Rosas debido a las consecuencias económicas del bloqueo francés.
Pedro junto a varios hombres se unieron en la llamada Revolución del Sur donde dieron pelea en la batalla de Chascomús, allí las tropas al mando de Prudencio Rosas derrotaron a los "rebeldes". Días después, el 15 de noviembre, el soldado Juan Durán lo encontró escondido en una estancia y le cortó la cabeza.
Fue exhibida en una pica de la plaza de Dolores hasta 1847, para que todos vieran de lo que era capaz Rosas si alguien lo "traicionaba". Años después su hijo Rómulo fue hasta el pueblo a reclamarla, pero no tuvo suerte.
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Ya dijimos más arriba en la nota que Rosas y su mujer Encarnación, criaron al hijo de Belgrano como propio. Pero el matrimonio tuvo tres hijos biológicos, llegando dos a edad de adultos: Juan Bautista y Manuelita. En esta última nos centraremos.
Manuela Robustina nació el 24 de mayo de 1817, cuando su madre murió en 1838 se convirtió en la sombra de su padre. Si bien no tenía las cualidades políticas de su progenitora, su padre descubrió su habilidad y carisma para resolver ciertos asuntos administrativos y sociales.
Era la encargada de organizar las tertulias de los miércoles en la casa de Palermo e intentó persuadir a su padre de evitar el fusilamiento de Camila O'Gorman con quien era amiga.
Tras la batalla de Caseros en 1852, acompañó a su padre al exilio en Inglaterra donde se casó con Máximo Terrero y siguió cuidando de Rosas hasta el final de sus días. El exgobernador murió el 14 de marzo de 1877, durante esa mañana su hija lo visitó y le preguntó: "¿Cómo va Tatita?" a lo que contestó “no sé, niña”.
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El expresidente Bartolomé Mitre se casó con Delfina Vedia con quien tuvo seis hijos. Jorge Mariano fue el cuarto y cuya vida terminaría de manera trágica.
Jorge nació en agosto de 1852, apenas seis meses después de la caída de Rosas en Caseros. Desde muy chico demostró que lo suyo eran las letras y la poesía; con solo 14 años fundó un periódico, elaboró una colección de poesías argentinas y a los 17 estrenó en el teatro Victoria la obra "Todo es comercio".
Su padre no era muy adepto a este perfil bohemio de su hijo y decidió enviarlo a Río de Janeiro como secretario de la delegación argentina. Sin conocerse muchos detalles de sus últimos días, el 18 de octubre de 1870 se suicidó en la habitación del hotel. Tenía 18 años.
Por Yasmin Ali
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