Primos, concuñados o sobrinos y tíos; lo cierto es que el poder político nacional llevó varias veces la misma sangre.
"Todo queda en familia", dicen y eso parece que fue uno de los emblemas de la historia argentina. Entre tantas idas y venidas de personajes resonantes, y otros no tantos, muchos terminaron siendo más que conocidos del poder y compartieron un vínculo sanguíneo.
Matrimonios entre hijos de enemigos públicos, próceres primos, tíos y sobrinos y descendientes de familias patricias; la política nacional vuelve a demostrar que todo queda hermanado.
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La Primera Junta de 1810 se sintió como una verdadera familia, al menos para dos de sus integrantes. El creador de la bandera fue elegido vocal, al igual que su primo Castelli.
Se cree que ambos eran primos hermanos, caso que no es cierto. Pero si tenían un lazo sanguíneo: eran primos segundos. Sus madres María Josefa González Casero (madre del creador de la bandera) y María Josefa Villarino y González (madre de Juan José) eran primas hermanas.
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Belgrano es considerado uno de los dos próceres más importantes nacionales, pero también fue un hombre de carne y hueso quien tuvo dos hijos. Uno de ellos tuvo una historia de película.
Pedro Pablo Rosas y Belgrano fue hijo de Don Manuel y Josefa Ezcurra, hermana de Encarnación quien se casaría con El Restaurador. El niño fue inscrito como huérfano y adoptado por sus tíos quienes los criaron como un hijo más, recién a sus 20 años supo de su verdadero origen.
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En la vieja aldea de Buenos Aires se conocían entre todos, llevando a que los matrimonios entre las familias acaudaladas terminaban uniendo a más de un personaje histórico.
Rivadavia, el primer presidente, perdió a su madre muy pequeño por lo que su padre Benito volvió a casarse con Ana María Salvadora de Otálora y Ribero, hermana de Saturnina Bárbara quien fue esposa de Cornelio Saavedra.
Además, Bernardino se casó con Juana del Pino, hija de Joaquín del Pino, 8° virrey del Río de la Plata.
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El Padre del Aula, autor de Civilización y Barbarie libro crítico del caudillismo, era familiar lejano del riojano.
Resulta que el apellido original de Quiroga era Quiroga Sarmiento y en algún momento de la historia un familiar enojado decidió quitárselo. Ambos descendían del sanjuanino Don Baltasar de Quiroga y Lemos por lo que eran primos directos en cuarta generación.
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El virrey francés, quien fue amante de la abuela de Camila O'Gorman, siguió escribiendo -sin quererlo- la historia de nuestro país.
El hombre por el cual celebramos cada 17 de septiembre el Día del profesor, era nieto de Don Santiago. La abuela de Estrada, Carmen de Liniers, se hizo cargo de su crianza y la de sus hermanos tras la muerte de su madre.
De hecho, el futuro profesor creció en la casa de la familia Liniers en lo que hoy es San Telmo, vivienda que fue obsequio de Buenos Aires a su abuelo tras su heroica participación en las Invasiones Inglesas.
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En este caso no los une la sangre, pero si el destino. Quien supo ser la mujer "más bella de Buenos Aires", trágicamente asesinada por un pretendiente despechado, estaba al momento comprometida con Samuel Pedro Sáenz Valiente.
Un año después de su triste final, el casi viudo se casó con Dolores Justa de Urquiza Costa, hija del caudillo entrerriano y su esposa Facunda Dolores.
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El "Zorro", dos veces presidente, supo ser a fines del siglo XIX el personaje más importante de la política argentina. Moviendo y deshaciendo a su antojo, supo consolidar a Juárez Celman en el sillón de Rivadavia para sucederlo.
"El Burrito cordobés" conocía muy bien a Roca, no solo en el plano político, también en el personal. Su esposa Elisa Funes Díaz era hermana menor de Clara Dolores, esposa de Julio Argentino lo cual los convertía en concuñados.
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El célebre escritor tiene una vasta descendencia de la época de la guerra por la independencia. Entre ellos se destacan el poeta y educador Juan Crisóstomo Lafinur, quien fue su tío abuelo y el coronel Manuel Isidoro Suárez, bisabuelo por vía materna.
A ellos les ha dedicado varios poemas y también aún hoy hay una polémica por si era descendiente o no de Francisco Narciso de Laprida, quien era presidente del Congreso de Tucumán al momento de firmar el acta de la independencia.
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Nacido como Alen, el fundador de la Unión Cívica Radical se cambió el apellido cuando su padre, Leandro Alen, fue fusilado y colgado en la Plaza de Mayo tras la derrota de Rosas en Caseros.
El hombre dejó ocho hijos, Leandro tenía 11 años cuando presenció su asesinato a la vista de todos y una de sus hermanas, Marcelina Antonia, 26. Poco más de un año antes, había dado a luz a Juan Hipólito del Sagrado Corazón de Jesús Yrigoyen.
"El Peludo", primer presidente elegido bajo la Ley Sáenz Peña, fue el segundo de los ocho sobrinos que Marcelina le dio a Leandro y quien lo acompañaría en parte de su vida política hasta su suicidio en 1896.
Por Yasmin Ali
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