Uno de los ensayos permite que las células curativas se activen o desactiven según el progreso de la enfermedad y otro amplía el alcance de las terapias. terapias
Por Canal26
Viernes 16 de Diciembre de 2022 - 16:53
Investigación contra el cáncer. Foto: Unsplash/nationalcancerinstitute.
La lucha contra el cáncer mantiene en vilo al mundo entero. En los últimos años, nuevos experimentos y ensayos científicos lograron abrir lentamente un camino de esperanza no solo para mejorar los tratamientos contra la enfermedad, sino también para batallar contra las células enfermas.
Ahora, un trabajo con inmunoterapias permite que las células curativas se activen o desactiven según el progreso del cáncer y otro amplía el alcance de las exitosas terapias CAR-T a tumores como el de páncreas.
Estas dos investigaciones llevan los tratamientos oncológicos a un nuevo nivel y esperanzas a quienes padecen cáncer. Inicialmente, las quimioterapias marcaban el rumbo para luchar contra las células enfermas. Más tarde, llegaron los tratamientos dirigidos, que buscaban bloquear la expresión de proteínas concretas, y detener así la progresión de la enfermedad.
Recientemente, inmunoterapias como las CAR-T han llevado la personalización de los tratamientos a un nuevo nivel. Estas células quiméricas se crean después de extraerle al paciente los linfocitos T (células especializadas del sistema inmune), introducirles modificaciones para que reconozcan antígenos determinados en las superficies de las células tumorales del enfermo, e inyectárselos de nuevo para que las eliminen.
No obstante, cada hallazgo tiene su "lado B" que además de las mejoras en supervivencia, hacen visibles las limitaciones, los efectos secundarios, o la gran capacidad del cáncer para adaptarse y burlar los tratamientos.
Las CAR-T han mostrado eficacia con tumores como la leucemia, pero no han conseguido superar las barreras inmunosupresoras que las desactivan antes de llegar a tumores sólidos como el de páncreas o el melanoma.
Esta semana, dos equipos científicos presentaronn en la revista Science soluciones que se apoyan en la biología sintética para superar algunas de estas limitaciones.
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Un equipo liderado por Ahmad Kalil, desarrolló una serie de interruptores genéticos que se añaden a células inmunes humanas y permiten regular su actividad: “La batalla entre los tumores y las células inmunes es cambiante y ahora mismo los linfocitos T no son capaces de adaptarse para derrotar al tumor”, explicó Emanuel Salazar-Cavazos, investigador mexicano del Laboratorio de Inmunología Integrativa del Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer en Bethesda (EE UU) y coautor de un análisis que también publicó la revista sobre los nuevos hallazgos.
“En un momento dado, si se toma una muestra y ves que esos linfocitos T están perdiendo la batalla, podrías modificar algunos genes para regular una función que nos permita contrarrestar los mecanismos que esté empleando la célula tumoral para evadir al sistema inmune”, añadió.
Esta tecnología permitiría que tratamientos como los CAR-T se fuesen adaptando a los cambios de la enfermedad.
“Estas células se podrían modificar para que hubiese varias poblaciones, unas activas y otras en descanso, y se fuesen cambiando de estado para que siempre hubiese alguna activa y lista para atacar a las células tumorales”, detalló Grégoire Altan-Bonnet, líder del equipo de investigación.
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En este caso, un equipo liderado por Wendell Lim, empleó unos receptores sintéticos para añadirlos a los CAR-T y así afinar el momento del ataque de los linfocitos mejorados.
Esta tecnología redujo los daños colaterales del bombardeo inmunológico por un lado, y por otro, permitió superar el entorno inmunosupresor que protege a los tumores sólidos y redujo su tamaño en los ratones sobre los que se ensayó.
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En caso de que también funcionen en humanos, la fusión de estas dos técnicas serían una forma de adaptar las terapias a una enfermedad tan cambiante como el cáncer y además mantener la actividad inmune a lo largo del tiempo, intensificándola cuando haya necesidad y dirigiéndola solo a los puntos donde se dañe el tumor sin herir al paciente.
Según Lim, además de destacar las posibilidades que ofrece la liberación de interleuquina 2 localizada en otros tumores sólidos, el uso de células para transportar terapias “puede ser útil en enfermedades autoinmunes, neuroinflamatorias y fibrosis”.
La idea es comenzar los ensayos clínicos en dos años aproximadamente y por supuesto evaluar la manera en que sea accesible para llevarlas al mercado.
Ahora, las terapias con CAR-T cuestan cientos de miles de euros y la incorporación de la biología sintética no los va a abaratar a corto plazo. Con información de El País.
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