Los siete datos increíbles y poco conocidos sobre la Estación Espacial Internacional

La Estación Espacial Internacional. Foto: NASA

Desde su lanzamiento en 1998, la Estación Espacial Internacional (EEI o ISS, siglas en inglés de International Space Station) es un símbolo de la cooperación internacional de la humanidad. La mayor nave espacial jamás creada es una colaboración de cinco agencias espaciales: la estadounidense (NASA), la rusa (Roscosmos), la japonesa (JAXA), la de la Unión Europea (ESA) y la canadiense (CSA), sumado a otros contratistas privados.

Con ya más de 25 años cumplidos, la EEI es un hito en la exploración espacial y su principal objetivo es realizar experimentos en microgravedad y en el entorno espacial, lo que la convirtió en el epicentro para la investigación científica fuera de nuestro planeta.

Módulo ruso Nauka en la Estación Espacial Internacional, AGENCIA NA

Más allá de su inmensidad conocida y la gran importancia que tiene, alberga muchos datos y curiosidades poco conocidas, una de ellas es que es el elemento individual más caro jamás construido por la humanidad: más de 150.000 millones de dólares. 

Encontrá más vídeos

Pero cuenta con otras curiosidades como:

• Es imposible de hackear

La NASA, junto a las demás agencias espaciales involucradas, tomaron una gran cantidad de medidas para asegurarse de que la EEI sea a prueba de ataques cibernéticos. Entre ellas, aislar sus redes de la Internet pública, utilizar enlaces de comunicación encriptados, actualizar periódicamente todos sus programas y software e implantar cortafuegos y sistemas de detección de intrusos, entre otras estrategias.

Estas medidas también incluyen la elaboración de la Guía de Buenas Prácticas de Seguridad Espacial, que describe diversos controles y estrategias para la ciberseguridad de las misiones y de sus tripulantes.

• Abundan los microbios

Cuando un equipo de nuevos astronautas y su carga llegan a la Estación alojan a microbios en el laboratorio. Así, se crea un entorno microbiano único que existe desde que se puso en órbita. Las más de doscientas misiones contribuyeron a poblar y aumentar a esta población microbiana.

Una de las causas de esto es que un resfriado común en la EEI, por el entorno cerrado del laboratorio, sumado al debilitado sistema inmunitario de los astronautas y unas bacterias más agresivas, hace que sea mucho peor que el que se experimenta en la Tierra.

• Hay una cafetera nespresso italiana

Por más de que los tripulantes estén a miles de kilómetros de la tierra tienen derecho a tomarse un café en el desayuno. Por esto, en 2015 llegó a la Estación una cafetera diseñada especialmente para funcionar en gravedad cero. Bautizada con el nombre de ISSpresso, es un producto que llegó por la colaboración de la Agencia Espacial italiana con la empresa cafetera Lavazza y la firma de ingeniería Argotec.

Cafetera ISSpresso de la Estación Espacial Internacional. Foto: Wikipedia 

La ISSpresso funciona con una bolsa para bebidas estándar de misiones espaciales de la NASA, unida a una cápsula especialmente diseñada que contiene la bebida caliente y así los astronautas ingresan los componentes del café.

•  El moho está presente y parece un problema difícil de solucionar

Desde hace años, la tripulación de la EEI está en un constante duelo contra el moho. Este se genera más rápido de lo normal en los rincones de la Estación por la falta de gravedad, la alta humedad y el entorno cerrado. Esta batalla requiere de protocolos específicos de limpieza y dio lugar a muchas investigaciones sobre el crecimiento de los microbios en hábitats cerrados.

• Tiene muy mal olor

Tanto los actuales como los ex tripulantes de la EEI coinciden todos en una cosa: la Estación siempre apesta. Aunque los filtros del laboratorio siempre limpian el aire, el olor interior de la nave es descrito como una combinación de ozono, pólvora, antiséptico, basura, olor corporal, hospital y metal quemado.

Sin embargo, los astronautas coinciden en que luego de un tiempo se acostumbran a los olores y deja de ser un problema mayor.

Estación Espacial Internacional. Foto: Twitter @NASA.

•  ¿De dónde sale el agua?

El suministro de agua para la EEI no es algo ni barato ni fácil de obtener. Dado que es imposible moverse con bidones o en la previa recargar los litros necesarios para los meses que duran las misiones, se necesita de ideas innovadoras para reciclar la poca agua y que los tripulantes no se queden sin esta.

Gracias a un novedoso sistema de procesamiento y recuperación, el aliento, la orina y el sudor se convierten en agua potable. Los deshumidificadores que están en el laboratorio capturan, mediante un proceso de destilación al vacío, la humedad del aire y el procesador de orina.

•  Da la vuelta al mundo en menos tiempo que lo que dura un partido de fútbol

Con una velocidad de 7,66 kilómetros por segundo, lo que equivale a 27.600 kilómetros por hora, la Estación Espacial da una vuelta a la Tierra en una hora y media.