El ingeniero Miguel San Martín trabaja hace 30 años allí, de paso por el país habló de los objetivos del proyecto Mars 2020.
Por Canal26
Lunes 18 de Noviembre de 2019 - 11:18
Miguel San Martín es argentino y hace 30 años se desempeña como ingeniero electrónico en el Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA en Pasadena, California. Ahora se encuentra en nuestro país donde tuvo tiempo para charlar sobre la posiblidad de reconstruir la historia de Marte.
Cada 26 meses, Marte alcanza su máxima aproximación con la Tierra y esto abre una oportunidad para que en julio de 2020 se realice una misión a cargo de la NASA.
El viaje durará ocho meses y un robot buscará signos de vida basada en carbono, explorará la geología del área, examinará hielo de agua enterrado y realizará una variedad de otros trabajos.
“Para esa fecha la NASA va a despachar un rover, que todavía no fue bautizado y que de momento se lo conoce como Mars 2020. Es un vehículo robótico como el Curiosity de seis ruedas, que posee el mismo sistema de llegada y la idea es retomar la exploración desde la misma zona donde la dejó el módulo anterior”, dijo San Martín a Clarín.
"Con Curiosity descubrimos que los elementos necesarios para la vida existieron en Marte hace 4.000 millones de años. El próximo paso es determinar si la vida surgió en algún momento. Uno de los instrumentos científicos nos va a permitir analizar los depósitos minerales en las rocas para saber si son de origen orgánico", indicó el experto.
El vaije se hará en un cohete Atlas V-541, en dos etapas que partirá desde el Space Launch Complex 41, en la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral. Fue seleccionado por tener capacidad de despegue adecuada para los requisitos de "peso pesado" para Marte 2020.
"Es muy complicado equipar un laboratorio móvil para determinar si hubo vida en Marte. Lo más conveniente es traer las muestras a la Tierra antes que sumar instrumentos de exploración. La idea es que Mars 2020 recolecte las muestras y las ponga en unos recipientes del tamaño de un bolígrafo. A la vez, hay una segunda misión que aterrizará con un robot pequeño, va a buscar la caja con las muestras, las deposita en un contenedor del tamaño de una pelota de fútbol y las coloca en una plataforma de aterrizaje. Mediante un cohete son puestas en órbita, hasta que otra nave las cosecha de esa órbita y las trae de vuelta", aseveró San Martín.
Hace más de tres años, se intentó realizar esta tarea pero los resultados no fueron buenos. “Tuvieron mala suerte, también nos podría haber pasado a nosotros. Y no es que uno es mejor que el otro, sino que la experiencia te vuelve un poco más paranoico. También nos hemos equivocado en el pasado y fuimos aprendiendo con los éxitos que conseguimos. Porque los buenos resultados te ayudan a mejorar. Te da más confianza", apunta.
"El problema fue que había varios instrumentos y los otros dieron negativo. Tampoco se hallaron compuestos orgánicos. Además, descubrieron una química compleja en la superficie del planeta que podría explicar el resultado positivo. Tampoco fue una decisión unilateral sino que la comunidad científica fue la que llegó a la conclusión de que no era evidencia fehaciente. Es decir, el objetivo de todas las misiones en las que trabajé fue hallar algún indicio. No tiene ningún sentido negarlo si realmente se tienen las pruebas”, señaló el ingeniero.
“En los 90 se halló un meteorito proveniente de Marte, ya que hubo un cuerpo que golpeó al planeta y algunos pedazos llegaron a la Tierra. Una de estas rocas tenía una serie de minerales depositados de tal forma que varios laboratorios dijeron que era de origen biológico. Se realizaron múltiples análisis hasta que finalmente se concluyó que no era evidencia suficiente. Lo que demuestra el nivel de certeza que se precisa, ya que todavía no hay una definición clara de lo que es vida", comentó.
"El primer paso es hacer una lista con los objetivos de la misión y con qué porcentaje la misión se considerada satisfactoria. Por ejemplo, con Curiosity, para alcanzar el 100% había que completar dos años, porque se supone que en ese lapso, ya recorrió una determinada cantidad de kilómetros, procesaste un número de muestras, taladraste el suelo y obtuviste diferentes imágenes", manifestó.
“Queremos hacer ciencia pero al menor costo posible. El modelo que utilizamos es el del Pathfinder, que se adoptó para el Curiosity y con algunas modificaciones mediante, también llegará al Mars 2020. Lo mismo ocurre con el sistema que conduce la nave de la Tierra a Marte. Como sabemos que funcionó bien, lo vamos a volver a emplear. ¿Para qué vamos a inventar uno nuevo?”, dijo.
“Para los instrumentos que va a cargar se hace un concurso entre científicos, universidades y empresas de todo el mundo. Cada uno presenta su propuesta y un comité las evalúa y escoge los que sean más aptos. Muchos de los instrumentos son ofrecidos por otras agencias espaciales. El problema es que la capacidad de carga del vehículo es limitado, ya que no puede superar los 75 kilos. Y cada gramo que mandás al espacio aumenta el costo total", cerró.
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