Salud mental y lactancia: el tabú de amamantar en público y la angustia del postparto

Dar el pecho es mucho más que alimentar, es una fuerte interacción emocional que depende en gran medida del estado anímico de las madres. Cómo impacta la presión social a la hora de amamantar.

Por Aldana Nichea

Domingo 11 de Agosto de 2024 - 07:53

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash

Los primeros momentos madre-hijo no tienen comparación, se trata de una conexión única. Sin embargo, los mandatos y el tabú en torno a cómo llevar adelante la maternidad y la lactancia pueden influir negativamente en la salud mental de las mujeres y alterar estos encuentros clave para el desarrollo del apego con el recién nacido.

Amamantar es mucho más que alimentar, es el primer contacto de los bebés con el mundo y con las emociones. La licenciada en psicología y especialista en procesos de Familia, Crianza, Puerperio y Maternidad, Agostina Zabaleta (MN. 81962 – MP. 86571) explicó a Canal 26 que durante este acto se construye la díada, “este vínculo único dónde cada uno define y da sentido a la vida del otro”.

La lactancia depende mucho del estado anímico de las madres y es fundamental para transitar la etapa del puerperio, porque en cada succión el cerebro libera oxitocina, también llamada conocida cómo “hormona del amor” - reveló la experta - que ayuda a disminuir la ansiedad y aumentar la confianza de las madres. Esto es muy importante porque los prejuicios en torno a la crianza pueden afectar la autoestima y arruinar estos momentos.

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: UnsplashSalud mental y lactancia. Foto: Unsplash.

Niñera. Fuente: Pexels.

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Los abanderados del “deber ser”

Aunque pareciera que la sociedad avanza y deja de meterse en asuntos ajenos, nunca faltan los abanderados del “deber ser” que se escandalizan al ver una mamá dando el pecho en una plaza o un encuentro familiar y según Zabaleta, esto ocurre porque para algunas personas, lamentablemente sigue siendo tabú.

“Tratan de exceder ese límite de lo “íntimo” entre mamá y bebé y empiezan a opinar sobre la edad del niño/a, la forma en la que la mamá amamanta, el lugar, el tiempo y muchas otras cuestiones”, explicó la psicóloga.

Desacostumbrados a presenciar actos de amor en público, hay quienes manifiestan su incomodidad por estas situaciones con palabras hirientes y acusadoras. Zabaleta advierte que también “se trasladan mitos y hasta a veces comparan las propias experiencias”, generando presión sobre la mamá que se puede sentir obligada a seguir los tiempos establecidos y no los deseados.

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash "La mamá que se puede sentir obligada a seguir los tiempos establecidos y no los deseados". Foto: Unsplash 

El estrés de estas situaciones “puede afectar el vínculo y generar sentimientos de mucha angustia entre ambos, mamá y bebe”, señaló la experta y remarcó que “la lactancia toca historias personales”, por lo que es muy común que los comentarios vengan de madres de otras generaciones, que no tenían tanta información y fueron influenciadas por las opiniones desafortunadas que estaban a la orden del día.

Síndrome del hijo del medio. Foto Unsplash.

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El desarrollo del apego y las emociones de mamá

La relación con nuestros padres durante los primeros años de vida será la base para los vínculos que crearemos en la adultez, ya sea de amistad o pareja, porque el amor empieza con el contacto de mamá y el acompañamiento de papá durante la lactancia, por eso es tan importante su salud mental.

En el puerperio, la psicóloga sostiene que las madres están en un estado emocional de mucha sensibilidad y las que eligen amamantar están muy atentas a satisfacer las necesidades del bebé, lo que ayuda a la construcción de un “apego seguro”. Dar el pecho, libera hormonas que estimulan la sensación de bienestar, por lo que la mamá va a “desear, necesitar y buscar el contacto y cercanía de su bebé” y esto es clave, afirma Zabaleta.

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash Foto: Unsplash 

Durante esta etapa de “transformación personal”, se recomienda a las nuevas mamás registrar las emociones para ponerlas en palabras, ya que pueden ser muy cambiantes y confusas, y buscar apoyo en una red de confianza o un profesional cuando sienta que es necesario.

Lizy Tagliani. Foto: Instsgram.

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¿Mala madre por no lograr el acople?

Las expectativas, las claras enemigas del desarrollo personal, porque al mirarlas nos perdemos en los ideales en lugar de trazar nuestro propio camino. Zabaleta afirma que “muchas mujeres creen que con hacer un curso prenatal alcanza” y que cuándo llega el momento y el acople no se da, sienten una gran desilusión.

“Piensan que están haciendo algo mal o que no van a poder”, explica la especialista en maternidad, pero aclara que aunque tener información, obviamente es mucho mejor que no tenerla, “no es garantía de nada”.

Hay muchos factores a tener en cuenta para llevar adelante este acto tan importante: “Dar la teta implica deseo, información y también trabajar en la misma”, la práctica para lograr el acople es fundamental, porque no hay fórmulas mágicas, todo es aprendizaje y adaptación.

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash Foto: Unsplash

Al no conseguir el acople, las familias suelen recurrir a profesionales de la salud en busca de ayuda. Sin embargo, algunos pueden estar poco actualizados en el tema, cuestionar las lactancias y recetar directamente leche de fórmula, que Zabaleta aconseja “no debería ser la primera y única solución”.

Decirle a las madres que su leche no llena, que es agua o que no es suficiente, puede despertar sentimientos de culpa en las mamás, asegura la psicóloga y derivar en una inconformidad que se transmite al bebé durante el momento de conexión o en un destete temprano.

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De principio a fin, el laberinto de la crítica

Como si transitar una lluvia de emociones posparto no fuera suficientemente difícil, las madres deben afrontar los consejos prejuiciosos toda la crianza. Pareciera que no hay silencio para las opiniones innecesarias durante los primeros intentos de acople, un escenario extremadamente sensible. 

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash Foto: Unsplash

“El destete es un duelo”, afirma Zabaleta y explica que se duela esa forma de vincularse que había entre madre-hijo, ese momento llegó a su fin, porque el bebé crece para encaminarse hacia la independencia y satisfacer poco a poco sus necesidades por sí mismo.

En este proceso, ambos pueden sentir enojo, rabia, mucha demanda, alivio, miedo, dudas e incertidumbre, por lo que la experta en salud mental aconseja hacerlo con paciencia y acompañamiento, ya que hacerlo abruptamente, podría convertir esta experiencia en un trauma.

“En honor a lo que vivieron juntos, ambos se merecen un lindo y respetuoso final”, sostiene. Aunque parezca una separación perpetua, el destete es un paso de transformación para ambos que da lugar a una nueva forma de vincularse, explica Zabaleta y que solo ellos sabrán cuando es el momento apropiado. Por eso, es clave conectarse con el proceso y dejar a un lado los prejuicios externos, para criar a nuestra manera, con errores y aciertos, pero desde el amor.

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