Según un estudio, el harmol, perteneciente a la familia de las beta-carbolinas, mejora la calidad de vida de las personas, aumentando la longevidad.
Por Canal26
Miércoles 26 de Julio de 2023 - 20:25
Un estudio liderado por el Instituto Imdea Alimentación, demostró que el harmol, un compuesto de la familia de las betacarbolinas presente en el café, podría influir sobre los parámetros metabólicos, reduciendo la fragilidad ósea del cuerpo y mejorando la calidad de vida de quienes lo consumen.
En la investigación llevada a cabo, los científicos comprobaron la extensión de la esperanza de vida en dos modelos de invertebrados. Además, el tratamiento mejoró la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la acumulación de lípidos hepáticos en un modelo de prediabetes.
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El envejecimiento muscular está asociado a un colapso energético que se da cuando se produce una alteración en la mitocondria, la responsable de la producción de energía de las células. La disfunción de este componente celular ocasiona la aparición y progresión del deterioro funcional asociado a la sarcopenia y al síndrome geriátrico de la fragilidad, que afecta a más del 33% de la población mayor de 80 años.
La fragilidad disminuye la capacidad de respuesta de los adultos, afectando, de esta manera, las actividades de la vida diaria y disminuyendo la autonomía. Las mitocondrias dejan de ser funcionales, lo que provoca que la persona se fatigue con más facilidad. Quien la padece, tiene más probabilidades de acabar siendo dependiente.
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La disfunción mitocondrial asociada a la edad puede modularse a través de diferentes intervenciones dirigidas a mantener las mitocondrias en buenas condiciones.
Estas estrategias se basan en la inducción de un estrés mitocondrial leve que desencadena una respuesta compensatoria coordinada entre el núcleo y las mitocondrias, lo que da como resultado una mejora en la función mitocondrial.
El harmol, presente en los granos de café, carnes, pescados y cereales, así como en las hojas de tabaco, activa en las células unas vías de señalización que son capaces de mejorar las mitocondrias y parámetros metabólicos asociados con la calidad de vida durante el envejecimiento.
“Es un mecanismo muy parecido al que activan la restricción calórica o el ejercicio: hacen trabajar a la mitocondria de una manera controlada, y eso las hace más fuertes”, señaló el investigador Luis Filipe Costa-Machado, autor del artículo.
Por su parte, Pablo J. Fernández-Marcos, destacó otro aspecto interesante de dicho estudio: “Con el harmol hemos descubierto que este efecto de mejora mitocondrial lo llevan a cabo las células mediante mecanismos parecidos a los que nos hacen sentir más felices, ya que comparten las mismas proteínas diana. Esto abre un campo de investigación muy interesante sobre la asociación entre el estado psicológico y el envejecimiento”.
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