Argentina alberga casi el 90% de la población de guanacos en Sudamérica y este mamífero camélido compite directamente con las ovejas por el territorio en la Patagonia.
Por Canal26
Martes 2 de Enero de 2024 - 09:52
El guanaco, perteneciente a la familia de los camélidos junto con la llama, alpaca y vicuña, es originario de Sudamérica y se extiende desde Perú y Bolivia hasta Chile y la Patagonia argentina, que resguarda la mayoría de la población. Sin embargo, en otras regiones, su presencia está al borde de la extinción.
Atrás quedaron los días de la conquista cuando la población de guanacos alcanzaba los 50 millones: en la actualidad, apenas sobrepasa el millón de ejemplares. Su denominación proviene del término quechua "wanaku", que se traduce como "carnero salvaje".
En este sentido, el explorador ítalo-británico George Chaworth Musters (1841-1879) relató en su autobiografía "Vida entre los Patagones" que el guanaco era la segunda presa favorita de los indios Tehuelches, después del ñandú, al que llamaban "Nou".
El guanaco vive en rebaños con un macho dominante.
Los indígenas utilizaban bolas de boleadoras llamadas "yachiko" para cazar crías de guanacos, ya que eran más tiernas. Dada la velocidad de estos animales, se acorralaban en grupos según la topografía del terreno. Luego, aprovechaban cada parte del guanaco: carne cruda o cocida, cuero, huesos, tendones, sangre y lana. Los toldos indígenas se confeccionaban con cueros de guanaco cosidos entre sí.
El cuero, con la lana en el interior, se usaba como manta, conocida como "quillango", considerada una rareza. La carne se preparaba en forma de tasajo, salada y secada al sol, y también se consumía asada, siendo famosas las mollejas de guanaco. Para los indígenas, la caza era una ocupación, no un deporte o pasatiempo.
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Con una contextura mediana-pequeña y un peso que no supera los 150 kilogramos, los guanacos viven en manadas lideradas por un macho dominante, alrededor de cien hembras y sus crías. Son herbívoros adaptados a vegetales duros y secos, y suelen escupir cuando se sienten amenazados o asustados.
Son los animales terrestres más grandes de la Patagonia, y su adaptación a climas fríos e inhóspitos se evidencia en su grueso cuero con vellón de lana y patas acolchadas al estilo de los camellos, permitiéndoles transitar sin dificultades por terrenos desérticos.
A diferencia de las llamas, los guanacos no son fácilmente domesticables. Aunque hay casos de chulengos (la cría joven del guanaco) amansados, conservan su carácter libre. En la actualidad, se crían en cautiverio para la producción de carne y lana de alta calidad, aunque no tan fina como la de la vicuña.
El guanaco también encontró su lugar en el billete de 20 pesos argentinos, reemplazando a Don Juan Manuel de Rosas en el marco de la promoción de especies autóctonas en lugar de figuras históricas. Sin embargo, en la actualidad, este animal se enfrenta a un nuevo desafío.
La lucha contra el guanaco se intensifica para evitar la competencia con las ovejas por el escaso alimento en el suelo patagónico. Como consecuencia, la disminución de depredadores naturales, como el puma, permitió que su reproducción sin límites amenace la actividad lanera en diversas regiones.
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