La Titanoboa, con su gran tamaño, asombró a los expertos por sus particulares características. Según datos históricos, no existió una serpiente viva con una longitud superior.
Por Canal26
Miércoles 29 de Noviembre de 2023 - 14:12
Hace unos 60 millones de años, en el gran territorio del Paleoceno latinoamericano, existió un reptil al cual se consideró como el depredador supremo. Se trata de la "Titanoboa cerrejonensis", una serpiente colosal que marcaba su territorio tanto en la corriente de ríos como en pantanos.
El descubrimiento de la Titanoboa tuvo lugar en la región de La Guajira, Colombia, gracias al trabajo de un equipo de científicos en una de las minas de carbón a cielo abierto más grandes del mundo. Esta serpiente compartía su hábitat con criaturas prehistóricas como cocodrilos, tortugas gigantes y peces pulmonados, tres veces más grandes que sus descendientes actuales.
En el año 2007, la atención se centró en una vértebra gigante, que llevó a los investigadores a intensificar las excavaciones. Inicialmente, se pensó en que podría tratarse de los restos de un cocodrilo, pero la sorpresa llegó cuando se confirmó que se trataba de la serpiente más grande jamás registrada, según informó un artículo publicado en National Geographic España.
“En medio del yacimiento de carbón, un grupo de paleontólogos encontró evidencia de plantas fosilizadas, el primer indicio de que hace unos 58 millones de años Cerrejón era una densa jungla con el doble de precipitaciones al año que el Amazonas, con una humedad agobiante y animales y plantas que doblaban en tamaño a los conocidos hoy”, sostuvo el portal.
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La longitud estimada de la Titanoboa, según datos de la Encyclopedia Britannica (EB), alcanzaba los 13 metros, con un peso que rondaba las 1,25 toneladas. En comparación, las anacondas, hoy día consideradas gigantes, apenas llegan a medir 9 metros de longitud.
Las serpientes son el segundo grupo más grande de reptiles después de las lagartijas.
Gracias a reconstrucciones, se identificó a esta serpiente como una pariente lejana de las boas. No asesinaba a sus presas con veneno, sino que aprovechaba su gran tamaño para asfixiarlas con una fuerza de constricción de más de 180 kilos, un peso superior al puente de Brooklyn, en Nueva York.
Además, y de acuerdo a la misma fuente, nunca se ha registrado una serpiente viva con una longitud verificada superior a los 9,6 metros. La reconstrucción del entorno selvático de hace 58 millones de años reveló que la Titanoboa se movía con destreza en la corriente de ríos y pantanos.
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