La investigación publicada por The Lancet analizó 919 ciudades europeas con una alta densidad de población y menor cantidad de espacios verdes.
Por Canal26
Jueves 4 de Julio de 2024 - 10:41
Una investigación realizada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y publicado por The Lancet Planetary Health, aseguró que las ciudades con más alta densidad de población tienen tasas de mortalidad más altas, menos espacios verdes y peor calidad del aire, aunque menos emisión de gases de efecto invernadero per cápita.
El relevamiento fue realizado en 919 ciudades europeas, como Barcelona, Bruselas y Dublin, donde se identificaron cuatro configuraciones urbanas básicas dentro del continente.
Estas cuatro formas urbanas son: ciudades compactas de alta densidad, ciudades abiertas de baja altura y densidad media, ciudades abiertas de baja altura y baja densidad y ciudades verdes de baja densidad.
Los resultados del estudio realizado por la casa de altos estudios muestran que las ciudades más verdes y menos densamente pobladas tienen menores tasas de mortalidad y menores niveles de contaminación atmosférica
Por el contrario, las ciudades compactas de alta densidad tienen tasas de mortalidad más altas, menos espacios verdes, peor calidad del aire y un mayor efecto de isla de calor urbano, pero menores emisiones de gases de efecto invernadero (CO2) per cápita.
Por otro lado, las ciudades más compactas se caracterizan por una superficie reducida y una alta densidad de población, con zonas peatonales y carriles de bicicletas, pero también con una baja disponibilidad de zonas naturales verdes.
Según indicó el estudio, esta tipología urbana se encuentra con mayor número de habitantes de Europa, con más de 68 millones de personas, y los ejemplos de esta categoría que menciona el estudio son Barcelona, Milán, París y Basilea.
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El estudio indica que las urbes mencionadas anteriormente tienen mayor facilidad de movilidad entre distancias cortas, ya que suelen tener redes de transporte público e infraestructuras para peatones y ciclistas densas.
Por otro lado, explica que las ciudades de baja altura y densidad media tienen superficies pequeñas, densidades de población medias y una densidad relativamente elevada de vías para el tráfico motorizado, con una disponibilidad de zonas peatonales, carriles bici y zonas verdes intermedias, en comparación con otros tipos de ciudades.
Bruselas, Dublín o Leipzig son ejemplos de este tipo de ciudades, según establece el estudio del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación la Caixa.
Por otro lado, Pisa, Oviedo o Toulouse se encuentran entre las ciudades abiertas de baja densidad estudiadas, que se caracterizan por una baja disponibilidad de zonas peatonales y carriles bici y una disponibilidad moderada a alta de zonas verdes naturales hacia las afueras.
La investigación ha estudiado también a las ciudades verdes de baja densidad, dispersas, que tienen una disponibilidad moderada de zonas peatonales y muchos carriles bici y espacios verdes naturales, como Helsinki, Rennes, Aarhus o Estocolmo.
Tamara Iungman, investigadora del ISGlobal y una de las autoras principales del estudio, consideró que, tras analizar más de 900 ciudades de Europa, "creemos que, tal y como apuntan la literatura y los expertos, la ciudad compacta puede seguir siendo el modelo del futuro pero en su configuración actual muestra una baja calidad ambiental y necesita superar importantes retos".
"El potencial para reducir la dependencia del coche, la accesibilidad a pie o el acceso a los servicios y las oportunidades de interacción social son ventajas claras del modelo de ciudad compacta, pero siguen mostrando una elevada presencia del transporte motorizado y una clara falta de espacios verdes", expresó la especialista.
Por su parte, la coautora del estudio y también investigadora del ISGlobal, Sasha Khomenko, indicó que: "los elevados niveles de contaminación atmosférica constituyen un reto particular para las ciudades compactas, hasta tal punto que si se consiguiese reducirlos, también se reducirían las tasas de mortalidad significativamente".
En este mismo sentido, Mark Nieuwenhuijsen, responsable del programa Clima, Contaminación Atmosférica, Naturaleza y Salud Urbana del ISGlobal y autor principal del estudio, remarcó la necesidad de aprovechar "el potencial de nuestras ciudades compactas mediante modelos innovadores, como supermanzanas, barrios de bajo tráfico o sin coches, e incorporando alternativas como las soluciones basadas en la naturaleza, incluidas la plantación de árboles o los tejados y fachadas verdes".
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