Estos inmensos cetáceos pueden medir hasta 18 metros de longitud y tiene el cerebro más grande que cualquier otro animal en el mundo.
Por Canal26
Martes 7 de Mayo de 2024 - 18:30
Una investigación realizada por Equipo de Aprendizaje Automático del Proyecto CETI (Iniciativa de Traducción de Cetáceos) descubrió que los cachalotes hablan entre sí a través de ráfagas de chasquidos, llamadas codas que suenan similares al famoso "código Morse".
El sofisticado sistema de comunicación que poseen los cachalotes analizados en el Caribe oriental, tiene una compleja estructura interna formada de un "alfabeto fonético" parecido al de otros animales e incluso el lenguaje humano.
"La expresividad de los llamados de los cachalotes es mucho mayor de lo que se pensaba", aseguró la estudiante de doctorado en robótica y aprendizaje automático del Instituto Tecnológico de Massachusetts y autora principal del estudio, Pratyusha Sharma.
Estas inmensas ballenas dentadas son animales muy sociales como todos los mamíferos marinos, pero lo que los científicos no esperaban era que desarrollaran su propio sistema de comunicación acuático.
En este sentido, Sharma sostuvo que si bien todavía desconocen lo que se dicen entre sí, están estudiando "los llamados en sus contextos de comportamiento" para poder comprender lo que podrían estar comunicando los cachalotes.
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Estas ballenas pueden medir hasta 18 metros de longitud y tiene el cerebro más grande que cualquier otro animal en el mundo. Para dar con este increíble hallazgo, los científicos analizaron los llamados de al menos 60 cachalotes.
Tras cientos de horas de escucha y de acumular una gran cantidad de datos sobre la especie, los investigadores del Equipo de Aprendizaje Automático del Proyecto CETI realizaron conjeturas sobre que podrían estar diciendo los mamíferos.
"Creo que es probable que utilicen las codas para coordinarse como familia, organizar el cuidado de los ejemplares jóvenes, la búsqueda de alimento y la defensa", expresó el coautor del estudio, biólogo principal del Proyecto CETI y fundador del Proyecto Cachalote de Dominica, Shane Gero.
Los expertos descubrieron que los cachalotes producían distintos tipos de codas y variaban el ritmo y tempo de los chasquidos, además de que alteraban su duración y a veces añadían un "clic" extra al final.
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