Los acontecimientos importantes de la historia son las rupturas, aquéllas que son lo último que se borra de nuestra memoria colectiva.
Juan Domingo Perón, presidente de Argentina, discurso. Foto: Google.
El 1º de julio de 1974 fallecía el líder del Movimiento Nacional Justicialista. Pasaron 48 años desde que Juan Domingo Perón -tres veces presidente constitucional- nos dejara físicamente, pero el legado del proyecto de Nación y muchos de sus realizaciones, como la dignidad del trabajo como meta nos acompañan y siguen siendo bandera de lucha para muchísimos compatriotas.
Se trata de un líder que marcó profundamente la Historia argentina en la segunda mitad del siglo pasado y por encima de las disputas y enfrentamientos con circunstanciales rivales en la arena política, sus últimos años los dedicó a tratar de pacificar el país y encontrar coincidencias con quienes no pensaban como él. Eso que desean las mayorías de nuestro país y que parece diluirse en visiones sectarias o dogmáticas.
El paso de los años, la ingratitud de los que lo traicionaron y la lealtad de quienes siguieron junto a él en los peores momentos, el exilio, la visión del país desde el otro lado del océano, le hicieron comprender que sin unidad nacional no había chances de alcanzar la Patria con la que soñaba desde sus años en el Colegio Militar. En esa evolución, Perón dedicó sus últimos años a sostener “Para un Argentino, no debe haber nada mejor que otro Argentino”.
Recordar a Perón nos lleva también a resaltar que se cumplen 20 años de la apertura del Museo Histórico 17 de Octubre “Quinta San Vicente”, donde descansan los restos del ex presidente.
El Museo se levanta en la que fuera la quinta de descanso de Perón y Evita, quienes además dejaron su impronta en San Vicente como vecinos comprometidos con los destinos del pueblo.
La quinta estuvo muchos años abandonada e inclusive, durante la dictadura militar -entre 1976 y 1983-, sufrió hechos de vandalismo. Con la vuelta de la Democracia un grupo de militantes comenzamos a interesarnos en el estado y el futuro del solar. Todo ese enorme esfuerzo se coronó con la sanción de la Ley 10.856, de la que tuve el horno de ser autor, por la cual se expropió el inmueble con el fin de erigir allí un sitio de homenaje y recuerdo a Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
Corría el año 1992 y el estado provincial hizo toma de posesión de la quinta y creaba un Museo Histórico que debía estar en manos de la Secretaría de Cultura Bonaerense. Este primer paso fue el aliciente para alcanzar otro sueño, como era la idea de que en ese predio descansaran definitivamente los restos de Juan Domingo Perón y Eva Duarte de Perón. Fue así que en 1996, junto al Gobernador Eduardo Duhalde, reunimos en la Quinta a varias personalidades del peronismo a fin de interesarlos en su proyecto de construir un santuario "no sólo para los justicialistas sino para todos los argentinos".
Nos acompañaron, entre otros, Antonio Cafiero, Lorenzo Pepe, Rafael Romá, Fernando Galmarini, Manuel Quindimil, Miguel Unamuno, Angel Federico Robledo, Alberto Proia, Manuel Urriza y Adolfo Bianchi Silvestre; los historiadores Enrique Pavón Pereyra, René Orsi y José María Castiñeira de Dios; los cineastas Leonardo Favio y Nicolás Sarquis; y el por entonces decano de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, Raúl Moneta.
En el documento emitido en esa ocasión, los firmantes manifestábamos que siendo "particularmente considerada como uno de los lugares predilectos del entonces Presidente de la Nación y por su Señora Esposa [...] es razonable proponer que sea este predio, hoy Museo Histórico Quinta 17 de octubre, donde descansen en forma conjunta y definitiva los restos mortales de ambas personalidades".
Fue así que se presentó la iniciativa legislativa que luego sería la Ley N°13.062 por la que se dispuso erigir "un Mausoleo dedicado al Teniente General Juan Domingo Perón y a María Eva Duarte de Perón, cuyo emplazamiento será en el Museo Histórico Quinta 17 de Octubre”.
La ley fijaba además la creación de la Comisión del Mausoleo Juan Domingo Perón y María Eva Duarte de Perón, que tendría a su cargo la aprobación del emplazamiento y del proyecto a construirse, la administración de los fondos a recaudarse -que debían ser generados por suscripción pública- y la contratación y supervisión de las obras.
Vale recordar que esa Comisión estaba presidida en forma honoraria por el Dr. Eduardo Duhalde y tuve el honor de integrar junto a Antonio Cafiero, Osvaldo Mercuri, Federico Scarabino, Florencio Randazzo, Gerónimo Venegas, Lorenzo Pepe, Brígida Malacrida de Arcuri, Manuel Quindimil y Humberto Linares Fontaine, apoderado de M. E. Martínez de Perón.
Fue así como finalmente los restos mortales del ex presidente para siempre en el Museo Histórico, que resume el homenaje que el país le rinde a uno de sus líderes más significativos, que dejó para la posteridad un conjunto de ideas que conforman un verdadero magisterio conceptual. La paz y el progreso hacia una sociedad más justa se encuentran en el regreso a los contextos que nos construyeron. Por eso digo que volver a Perón no es nostalgia es actualización de la valores trascendentes. Eso que proyecta horizontes mejores.
Perón hoy nos interpela desde su pensamiento y sigue marcando un camino de crecimiento profundamente humanista, en el que el ser humano es el centro del interés político y donde nadie se realiza si la sociedad no se realiza. No hay mejor reconocimiento a su figura que volver a sus postulados y a su propuesta de unidad nacional como llave para hacer de la Argentina una tierra de prosperidad y paz.
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