Marchas Día del Trabajador. Foto: NA.
Corría el año 1886 y la segunda revolución industrial estaba gestándose, la acumulación de dinero, la carrera de la posesión y la necesaria reivindicación de los derechos que reclamaban las personas que aportaban la mano de obra tuvieron un cruento choque.
El 1 de mayo de ese año un grupo de anarquistas en huelga, son ejecutados en EEUU durante un reclamo para lograr una jornada laboral de ocho horas y cambios en las condiciones de trabajo que eran extremas. Es en homenaje a esos mártires que recordamos y afianzamos la lucha.
A lo largo de los años la lucha por conquistar derechos fue creciendo junto a la conciencia de los trabajadores, que comprendieron la importancia de la unidad y de la organización como herramientas imprescindibles para avanzar como movimiento obrero.
En nuestro país este proceso tuvo un quiebre a partir de la década del `40 del Siglo XX. Por esos años la participación de los trabajadores en la distribución de la renta orilló el 50%, es decir que los asalariados se apropiaban casi de la mitad de los ingresos, mientras que la otra mitad quedaba en manos de los empresarios. Junto a los mayores ingresos, lograron además derechos laborales, como las vacaciones y el aguinaldo. Todo esto de la mano de Juan Domingo Perón quien se desempeñaba al frente de, hasta su llegada, una ignota Secretaria de Trabajo y Previsión.
Sin embargo los derechos de los trabajadores han sufrido avances y retrocesos en el marco de los vaivenes políticos que sufrió el país en las décadas posteriores. Durante la dictadura militar entre el periodo 1976-1983, el descalabro económico provoco un problema estructural que aún sufrimos y que tienen a los trabajadores como una de las principales perjudicados.
A nivel mundial atravesamos graves crisis, como guerras o quiebres económicos que trajeron aparejado cambios que repercutieron en los derechos del trabajador. Durante la pandemia de Covid19 que sacudió al planeta entero, dejó como consecuencia, entre otras cosas, la reconversión de muchos trabajos.
En este marco es que debemos ser constante defensores de los derechos de los trabajadores pues constituyen pilares básicos de la dignidad de las personas.
Los que abrazamos la causa del peronismo tenemos un fuerte arraigo con este sentir, por el compromiso de llevar adelante el legado que dejaran las ideas del Justicialismo, que tienen al hombre en sentido genérico y a los trabajadores como centro de su razón de ser.
El pasado 30 de abril se cumplieron de 40 años convocada por la CGT encabezada por el compañero Saúl Ubaldini, un dirigente de fuste, que también nos motiva a repensar la actualidad. Aquel lema de Paz, Pan y Trabajo, vuelve como un mandato hacia la dirigencia política para lograr que el país vuelva a generar oportunidades para todos sus habitantes, porque como ha dicho Su Santidad, el Papa Francisco, “Los subsidios sólo son una ayuda provisoria. No se puede vivir de subsidios”.
Hablamos de la transformación de la ayuda social, imprescindible en tiempos de crisis, en trabajo genuino y registrado que devuelva el sentido de realización de las personas para sí, para su familia y para la comunidad toda. Este debe ser el debate fundamental en el espacio público, muchas veces centrado en asuntos que no van a la raíz de los problemas reales que padece la gran mayoría de la población. Enfocarse en la creación de empleo a lo largo y ancho del país es el mejor aporte que la dirigencia argentina puede hacer en este nuevo Día Internacional del Trabajo.