"Tomar decisiones moralmente difíciles": la nueva política migratoria del Gobierno alemán

Control migratorio en la frontera alemana. Foto: Reuters.

Presionado por el avance de la ultraderecha en Alemania, el canciller, Olaf Scholz, informó que el país estudia endurecer su política contra la migración regular. Recientemente en distintas zonas de la frontera, las patrullas alemanas aumentaron y su policía detuvo a mucha gente que intentaba ingresar al país como en Bademeusel o Forst. En sus próximas políticas para controlar la migración ilegal, los funcionarios del gobierno plantearon la posibilidad de deportar a las personas.

"Son muchos los que llegan a Alemania y a Europa y la cifra ha aumentado de forma dramática", dijo el canciller durante un acto electoral en Núremberg (sur), en el que los asistentes se vieron superados numéricamente por un grupo de manifestantes que abucheaba a Scholz constantemente. Scholz planteó que es una "situación difícil" que es necesario abordar en una sociedad democrática antes de plantear los próximos pasos para deportar a personas que escapan de crisis humanitarias, sociales y económicas. 

Olaf Scholz, canciller de Alemania. Video: Reuters.

Una de estas políticas será el fortalecimiento de los procesos de repatriación de los solicitantes de asilo rechazado. Así mismo, se amplía la lista de "países seguros" con Moldavia y Georgia para ubicar a los migrantes. 

En relación a la custodia de las fronteras alemanas, Scholz también dijo que "es posible" que haya que adaptar nuevas medidas "en función de la situación" en los límites con Polonia y la República Checa. Tanto la oposición conservadora como los estados federados limítrofes con esos países exigen desde hace tiempo la introducción de controles fronterizos sistemáticos en esas zonas, una posibilidad que el gobierno rechazó una y otra vez hasta ahora.

Olaf Scholz, canciller de Alemania. Foto: Reuters.

El canciller además se refirió al escándalo por la supuesta venta de visados en Polonia, un asunto que según dijo "discutirá" con Varsovia. "No quiero que en Polonia simplemente den paso (a los migrantes) y luego seamos nosotros los que tengamos que discutir sobre la política de asilo. Quien llega a Polonia tiene que ser registrado allí y se tiene que procesar allí su solicitud y no que encima vendan visados por dinero y agraven el problema", planteó el canciller alemán.

"No quiero que en Polonia simplemente den paso (a los migrantes) y luego seamos nosotros los que tengamos que discutir sobre la política de asilo. Quien llega a Polonia tiene que ser registrado allí y se tiene que procesar allí su solicitud y no que encima vendan visados por dinero y agraven el problema"

Por otra parte, el vicecanciller verde, Robert Habeck, habló sobre la situación de muchos municipios alemanes, que aseguran estar totalmente desbordados por el número de solicitantes de asilo que llegan y señaló que solucionar la situación implica "tomar decisiones moralmente difíciles". "No podemos esperar que todos los ciudadanos digan 'ya lo lograremos'. Si no queremos que el populismo de derechas explote este tema, entonces todas las fuerzas democráticas deben contribuir a buscar una solución", dijo en frente a la prensa.

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Desde hace meses, la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) experimenta un auge en las encuestas. Si se celebrasen elecciones ahora se convertiría en segunda fuerza por detrás de los democristianos -que también están apostando por una retórica dura en cuanto a la migración- y por delante de los socialdemócratas de Scholz.

Control migratorio en la frontera alemana. Foto: Reuters.

Hasta finales de agosto pidieron asilo en Alemania unas 200.000 personas, en su mayoría procedentes de Siria, Afganistán y Turquía, la cifra más alta desde 2017, según datos de la agencia estadística Destatis. A estos hay que sumar casi un millón de refugiados ucranianos que han podido obtener permisos de residencia y de trabajo temporales de forma automática sin necesidad de pasar por el proceso de asilo.