El conflicto en Ucrania escaló con el apoyo militar de la OTAN y las respuestas de Rusia, llevando a una situación crítica con posibles implicaciones nucleares. Las recientes declaraciones de Putin sugieren un ultimátum que podría cambiar radicalmente el curso de la guerra.
En más de una oportunidad me pregunté en qué momento Rusia les diría "hasta acá" a los países miembros de la OTAN en su constante apoyo militar a Ucrania. Desde el momento en que Putin decidió invadir por segunda vez en febrero de 2022 a su vecino -de forma masiva como no se había visto desde la Segunda Guerra Mundial- los países que conforman la alianza militar de la OTAN comenzaron poco a poco a darle a Kiev cada vez más armas para su defensa.
Con el correr del tiempo los tipos de armamento fueron cada vez más poderosos. Lo que parecía hace dos años algo impensado ya está sucediendo: la utilización por parte de los militares ucranianos de misiles de largo alcance para atacar ya no en su territorio a los rusos sino dentro de Rusia. Eso, como les comenté, fue un giro en la guerra y desembocó en ejercicios nucleares por parte de Rusia.
Esta semana las palabras fueron escalando, pero también los hechos. Rusia y Bielorrusia desarrollaron simulacros con sus armas atómicas tácticas y Moscú envió, además, un submarino atómico y otros barcos con misiles de última generación a Cuba. Este hecho llevó a su vez a que Washington desplegara un submarino atómico también en Cuba, precisamente en la bahía de Guantánamo.
El jueves, la vocera de la cancillería rusa afirmó que Francia está cada vez más involucrada en la guerra en Ucrania. También apuntó a los ingleses y afirmó que estamos cada vez más cerca de un enfrentamiento directo entre las tropas de la OTAN y Rusia, por lo que la situación mundial se está volviendo cada vez más impredecible.
Mientras en Italia se desarrollaba la cumbre del G7, y ya se había dado a conocer el apoyo que se continuaría dando a Kiev, Putin dio un mensaje. En su discurso, hizo lo que llamó una oferta de plan de paz. El momento elegido buscó llegar a todos los líderes reunidos en el G7. Putin habló del retiro de Ucrania de la guerra de las zonas ya invadidas por Rusia en 2014 y de territorios que incluso no controla en la actualidad. No pasó mucho tiempo para que Ucrania respondiera que las exigencias de Putin para la paz eran una ofensa para el sentido común.
Está claro que, ante la gravedad del conflicto, no todas las decisiones se toman considerando los intereses de Kiev. Por un lado, muchas naciones europeas ya están metidas muy profundamente en la guerra y, por ejemplo, el presidente Biden está en plena campaña por su reelección, con lo cual aceptar la idea de paz de Putin sería algo muy negativo. Y como aseguraron en más de una oportunidad desde la OTAN, para ellos Ucrania es parte del camino que buscará recorrer Rusia si no la detienen antes de que siga avanzando.
Pero creo que lo más importante no fue esta "oferta de paz de Putin" sino otra parte de su mensaje. Las palabras del presidente ruso son parte de un ultimátum. Un antes y un después de lo que vimos hasta ahora en la guerra en Ucrania. El "hasta acá" que en más de una oportunidad me pregunté cuándo llegaría, debido al apoyo cada vez más importante a Ucrania y la guerra que de facto llevan las tropas de la OTAN contra Rusia. No es esto una valoración de si está mal o bien lo que hacen las naciones europeas en su apoyo a Kiev, sino una decisión que sus aliados decidieron tomar luego de la invasión a gran escala por parte de Putin.
Durante un tiempo quizás esa ayuda parecía no modificar el curso de la guerra, sin embargo la realidad mutó. Los discursos occidentales fueron cada vez más directos y también sus acciones contra Rusia en Ucrania y ahora contra Rusia en su propio territorio. Lo compartí en su momento afirmando que el apoyo de la OTAN y los ataques con armas occidentales contra territorio ruso representaban un cambio de 180 grados en la guerra y las acciones por venir por parte de Moscú podrían estar detrás de este "ultimátum".
Vladimir Putin aseguró que el “egoísmo y la hipocresía de los países occidentales han provocado un giro peligroso y hemos estado cerca de un punto de no retorno”. También advirtió que “o no comprenden la magnitud de las amenazas que ellos mismos han creado, o simplemente están obsesionados con la creencia de su propia impunidad”. Estas palabras son para mí mucho más que una advertencia. Quizás deberíamos preguntarnos cuánto más podría faltar para que lo que se ha visto hasta ahora en el conflicto cambie radicalmente.
Hace unos pocos días Putin se preguntaba en voz alta ante varios periodistas de cadenas internacionales por qué Occidente se empeñaba en pensar que él no iba a utilizar sus bombas atómicas. ¿Cuál es la visión del “otro” en la guerra? ¿Qué interpretación se hace de una misma realidad? Los hechos que transcurren no son vistos evidentemente por todas las partes de la misma manera. ¿Cómo estará viendo Putin la actual situación de la guerra?
Un ultimátum conlleva una decisión por tomar.
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