La campaña presidencial estadounidense se enfoca en estos días en la supuesta falta de vigor de Joe Biden para un segundo mandato y en la persistente popularidad de Trump, pese a sus numerosas acusaciones judiciales. ¿Cómo impactará la fragilidad democrática y el resultado de las elecciones en el contexto del conflicto en Ucrania?
Hay un refrán que dice: "Cuéntale tus planes a Dios para que él se ría". Esta frase se puede aplicar a muchas situaciones, pero en este caso pienso en lo que está sucediendo en los Estados Unidos y cómo esa realidad en construcción se vincula con nuestro futuro.
Hace unos días, el primer debate presidencial en la carrera hacia la Casa Blanca dejó al descubierto lo que los asesores de Joe Biden buscaron maquillar durante mucho tiempo. A sus 81 años, el presidente no parece tener la fuerza para un segundo mandato y quizás menos para enfrentar a un competidor como Donald Trump.
Nada está escrito aún y creo que las encuestas ya han demostrado no ser confiables y en realidad se convirtieron hace tiempo en una herramienta para manipular a la opinión pública y dirigir el voto. Pero estoy convencido de que no será Biden, si sigue siendo el candidato demócrata, quien ganará las elecciones, sino Trump quien las puede perder.
Escuché algo interesante estos días que sostenía que "Trump miente muy bien y Biden dice la verdad muy mal". Está comprobado que durante el debate, Trump hizo infinidad de declaraciones falsas, pero esta técnica que utilizó durante la primera campaña y su presidencia no lo ha perjudicado hasta ahora.
Son tiempos muy complejos, tanto así que la polémica gira en torno a la edad de Biden y no a los juicios y acusaciones que pesan sobre el ex presidente Trump. Entiendo que es muy importante tener a un comandante en jefe con salud mental al gobernar. La historia está repleta de ejemplos que muestran lo contrario. Pero más allá de esto, puede decirse que es entendible que la capacidad de una persona para tomar las riendas del país sea, para la mayoría de los estadounidenses, más importante que todas las denuncias que pesan sobre su ex presidente.
Como se vio durante los 90 minutos que ambos candidatos estuvieron en los atriles, Trump, con solo 3 años menos que su contrincante, se mostró mucho más activo y mordaz que el presidente.
En estos momentos, los candidatos que buscan la presidencia tienen varias causas judiciales pendientes por delitos graves, lo cual plantea interrogantes sobre su capacidad mental para continuar en la presidencia y ejercer otro mandato.
Pero en estos días se han sumado más elementos a la campaña presidencial y al futuro de los estadounidenses. Debido al cambio que podría implicar la victoria de Trump, un nuevo mandato suyo en la Casa Blanca también afectaría al mundo. El ex presidente no solo está librando una carrera presidencial, sino también una batalla en los tribunales por varios juicios. Ya está claro que, si pudiera ser detenido o encarcelado por cualquiera de ellos, Trump podría gobernar incluso desde la prisión si resultara electo.
Pero lo que ha sucedido va más allá de la campaña presidencial. En uno de sus actos de campaña, Donald Trump pidió que lo dejaran ser dictador solo por un día. ¿Estamos lejos de que la tan promocionada democracia de los Estados Unidos deje de serlo?
Uno de los juicios que enfrenta el expresidente tiene que ver con uno de los episodios más lamentables en la historia del país: el ataque al Capitolio del 6 de enero de 2020. Una turba de miles de personas lo atacó luego de las palabras del ahora ex presidente. En ese momento, dentro del edificio, los legisladores debían ratificar la fórmula ganadora de Biden/Harris. También estaban presentes el vicepresidente de Trump y legisladores de ambos partidos. A pesar del ataque que costó la vida de varios agentes de seguridad, la ratificación de la nueva fórmula derivada del voto popular no se detuvo. Elecciones que Trump nunca reconoció.
El juicio que busca determinar si Trump intentó obstruir el proceso democrático fue golpeado mortalmente esta semana por una decisión de la Corte Suprema. Por una votación de seis contra tres, se interpretó que un presidente tiene inmunidad total mientras ejerce actos de gobierno. Por lo tanto, un tribunal inferior ahora deberá decidir qué actos fueron parte del gobierno y cuáles no. Los seis jueces conservadores de la Corte votaron a favor de la inmunidad, en este caso de la presidencia de Trump, mientras que los tres jueces liberales votaron en contra. Una de las juezas advirtió sobre los riesgos para la democracia, señalando que el presidente no es un rey.
Todo bajo la ley, todo bajo el sistema. Lo interesante de la presidencia de Trump y de lo que podría venir en un nuevo mandato es qué sucede si un jefe de gobierno se vale de las leyes para debilitar al sistema democrático o, en el peor de los casos, convertirse en dictador, al menos por un día.
El mundo está interconectado, aunque suene a una frase de los 90, es una realidad cada vez más intensa y profunda. Por ejemplo, en Gran Bretaña se debatió la interferencia rusa en su campaña electoral. Las herramientas tecnológicas o las leyes de un país en general no son buenas ni malas por sí solas, sino por cómo se usan.
Durante el debate presidencial, Trump dejó claro su plan con respecto a Ucrania, afirmando que no quiere gastar más dinero en "esa guerra".
Trump argumenta que Estados Unidos no tiene la obligación de proteger a los socios de la OTAN que no inviertan el 2% de su PBI en capacidades militares, y ya sugirió que si llega de nuevo a la presidencia no impedirá que Rusia haga lo que quiera con esas naciones. Ahora que la mayoría de las naciones de la alianza militar están cumpliendo con ese requisito debido a la intensificación del conflicto en Europa, Trump, en campaña, ya no mencionará la falta de inversión, sino que propondrá directamente dejar de gastar dinero en el apoyo a Ucrania.
A pocos meses de las elecciones estadounidenses, claramente pueden suceder muchas cosas. Los demócratas están en una crisis sin precedentes, ya que muchos políticos que dicen apoyar a Biden se están preparando para postularse. Esto está generando luchas internas que no hace más que desgastar al único candidato que por ahora compite contra Donald Trump.
No es una elección más para los Estados Unidos, ni para el mundo. Lo que haga esta potencia militar y económica, y lo que pueda dejar de hacer, será vital para el desarrollo de un momento histórico a nivel global.
El mundo está en una guerra mundial y lo que suceda nos afectará a todos. En este momento, una ficha crucial se juega a miles de kilómetros de Ucrania, tan importante como lo que está ocurriendo en el frente de batalla por estos días.
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