Dos papers desclasificados revelan las dificultades de los agentes del Federal Bureau of Investigation (FBI) por dar con el paradero del Führer nazi Adolf Hitler y su esposa Eva Braun, luego de concretado el acuerdo con los Aliados para permitirle escapar hacia la Argentina tras el final de la Segunda Guerra Mundial.
Documentos desclasificados del FBI sobre Hitler en Argentina.
Cuando el 10 de julio de 1945 el submarino nazi U530 emergió en cercanías de la Base Naval de la ciudad de Mar del Plata, al sur de la Provincia de Buenos Aires, en la Argentina, se activaron todas las alarmas. La prensa local y también otros diferentes medios periodísticos del mundo se preguntaban que hacía un U-Boot alemán en aguas jurisdiccionales argentinas a 70 días de la desastrosa finalización de la guerra para los nazis.
Pero mientras muchos se planteaban tan inquietante interrogante, los servicios de inteligencia de los Aliados estaban previamente advertidos sobre la monumental conspiración perfectamente orquestada por las potencias occidentales para permitir el escape -seguro y protegido- del Führer nazi Adolf Hitler tras haber simulado su suicidio en el búnker subterráneo de Berlín.
Sin embargo, pese a los acuerdos secretos previamente alcanzados entre vencedores y vencidos, en la antesala de lo que poco después se conocería como la "Guerra Fría" en lucha sin cuartel contra la Unión Soviética y el comunismo, Hitler tampoco era fácil de ubicar.
La información sólo estaba disponible para un hermético grupo de poder (en Estados Unidos, Gran Bretaña y -en este caso- la Argentina) que -de todos modos- debía hacer ingentes esfuerzos para dar con el paradero preciso de Hitler.
Así quedó reflejado en una serie de dos documentos (actualmente desclasificados desde 1998) que fueron redactados por agentes del Federal Bureau of Investigation (más conocido como FBI, por sus siglas en inglés) desde sus puestos de control en Argentina y Uruguay, un país -este último- plegado a la causa aliada y marcadamente anti nazi.
El caso movilizó al Gobierno argentino, con la forzada intervención de César Ameghino, ministro de Relaciones Exteriores. Se informó a la prensa que ya se habían tomado las medidas necesarias -sin especificar cuáles y en qué sentido-, advertidos “ante la posibilidad de que Adolf Hitler y Eva Braun hayan desembarcado de un submarino en la costa argentina”.
El primero de esos radiogramas, con fecha del 1 de agosto de 1945, identificado con el número 134, indicada "se reporta sobre Hitler en Argentina. Información disponible en esta oficina, incluída en el reporte del Agente Especial (nombre censurado en el paper) el 18 de julio, titulado "rendición del submarino alemán U530 en Mar del Plata" refiere sobre un desembarco en San Julián, en la provincia patagónica de Santa Cruz, Argentina. (Nombre censurado) informa que se procedió a un operativo en la zona, “encontrando huellas humanas que se dirigían desde el agua, pasando por sobre la arena”, como también “huellas de neumáticos de un vehículo ubicado de forma perpendicular a la costa”.
Documento desclasificado del FBI. 1 de agosto de 1945.
La obtención de esos rastros de huellas de parte de los agentes del FBI en las playas del sur argentino fue posible debido a que en esa época del año -de riguroso invierno y muy bajas temperaturas- las mismas se conservaron congeladas.
El segundo de los documentos, fechado el 2 de Agosto de 1945, fue confeccionado por efectivos del buró investigativo estadounidense desde Montevideo, en Uruguay, con el número 247. Tiene varias censuras tras su clasificación, pero en su tramo má interesante indica que "Adolfo Hitler y Eva Braun están en la Argentina"; mientras que en otro párrafo asegura que "la fuente es altamente confiable" y que "la información pertinente fue enviada a las oficinas centrales del FBI y también a Buenos Aires".
Documento desclasificado del FBI. 2 de agosto de 1945.
Estos documentos son de los pocos -y no los únicos- que sacaron a la luz serios inconvenientes de la inteligencia estadounidense para ubicar en tiempo y espacio a Hitler tras su llegada a la Argentina.
Sin embargo, posteriormente -aunque antes también- se redactaron otros papers que abundaron en detalles y precisiones no sólo sobre lugares en los que se ocultaba el Führer nazi en el país, sino también respecto de su aspecto físico y sus movimientos, que eran más habituales de lo que muchos podrían sospechar por entonces.
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Nota: El artículo no expresa ideología política, solo investigación histórica.
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