Antes de la Segunda Guerra Mundial se le creyó al Führer nazi. Hoy sucede algo similar con el jefe del Kremlin. ¿Hasta dónde llegará?
Chamberlain saluda a Hitler. Putin sonríe. Fotos: Getty Images/NA.
El tiempo ha demostrado que, por lo general, no es recomendable traspolar procesos previos históricos a los tiempos que corren. Este tipo de ejercicios (muchas veces acomodaticios y funcionales a determinados intereses) no logran dar una acabada pintura de la coyuntura, aunque hay excepciones. Con este marco, bien vale observar el escenario geopolítico sobre el que actúa el poder mundial en la actualidad. Así, vienen a la mente los tiempos del "Apaciguamiento", que marcaron a fuego el pulso de los días previos a la Segunda Guerra Mundial.
Fue la política implementada por Neville Chamberlain, Primer Ministro del Reino Unido, a la cabeza de los países europeos que -aún espantados por los horrores de la "Gran Guerra" de 1914- aceptaron uno tras otro los reclamos y deseos expansionistas de Adolf Hitler. Desde 1918 el Tratado de Versalles impuesto por los Aliados a la derrotada Alemania, le impedía el rearme, la posibilidad de contar con un ejército que superara los 100 mil efectivos y, por supuesto, su expansionismo. Sin embargo, con la llegada de los nazis al poder en 1933, comenzó una cuenta regresiva que llevó a que los derrotados buscaran por todos los medios posibles revertir la dura situación que, además, los sumió en la peor crisis económica y social que jamás se recuerde.
"Apaciguamiento", para intentar frenar a Mussolini y a Hitler. Foto: Getty Images.
La mecha se encendió en marzo de 1936 cuando el Führer nazi envió sus tropas a Renania. Ni el Reino Unido, ni Francia (ni tampoco los Estados Unidos) elevaron sus voces de protesta ante la flagrante violación del Tratado de Versalles, que le impedía hacer esos movimientos agresivos a los germanos. Todo por el temor de que se desate un nuevo conflicto bélico mundial. Esa misma política de "Apaciguamiento" fue también la que habilitó el camino y dio vía libre para que la Alemania nazi y la Italia fascista de Benito "Duce" Mussolini ayudaran con armas, tropas y bases al bando nacionalista encolumnado detrás del "Generalísimo" Francisco Franco desde el inicio de la Guerra Civil Española, y que posteriormente permitieron los nuevos avances de Hitler sobre Europa.
Neville Chamberlain (izquierda) en la misma mesa que el Führer nazi. Foto: Getty Imges.
Las avanzadas nazis sobre Austria y Checoslovaquia en 1938 fueron el preludio para la orgía expansionista hitleriana que se liberó desde el 1° de septiembre de 1939. Del otor lado de Europa, en el lejano Oriente, el Imperio de Japón se frotaba las manos y se disponía a actuar presagiando los beneficios que vislumbraba la política europea del "Apaciguamiento", dadas sus propias pretensiones regionales expansionistas. Así se conformó un bloque (o Eje) guerrero que veía como sus enemigos (por entonces en el campo de la diplomacia) se cruzaban de brazos y se sentaban crédulos a esperar. Con esa política de "mirar y dejar hacer", e incluso con la decisión de "creer ciegamente" las promesas de paz a futuro del tirano que regía los destinos de Alemania (junto a sus socios europeos y orientales), se produjo el más violento conflicto bélico jamás imaginado. El resto es historia. Una historia de la que, claramente, no se ha tomado nota en el presente.
El "Apaciguamiento". Video: Youtube Historia del Siglo XX.
Te puede interesar:
Donald Trump apuntó contra Kamala Harris a 3 días de las elecciones: "Habla sobre unidad y luego me llama Hitler"
El tablero geopolítico actual muestra fichas similares en posiciones parecidas a las de entonces. Tras haber invadido sin previo aviso a Ucrania desde el 24 de febrero de 2022, Vladimir Putin habla de la "paz que necesita" (tal como lo hacía Hitler) y esgrime argumentos defensivos ante la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea (UE), que se muestran pasivas y aguantan la embestida del mandatario ruso en una nueva y moderna versión de la política del "Apaciguamiento". La idea declamada por la mayoría de los países europeos es la de no "enojar más" al líder del Kremlin, mientras que en realidad los que generan es darle más rienda suelta y empoderarlo para avanzar sin frenar.
Putin y el rearme de Rusia. Foto: NA.
De hecho, Putin se muestra dispuesto a todo y también amenazó a Suecia y a Finlandia dados sus respectivos pedidos de ingreso a la Alianza Atlántica para defender sus fronteras, algo que también pretende Volodimir Zelensky para Ucrania. Y si debe seguir amenazando a otros que "se le animen", lo hará sin que le tiemble el pulso.
Así mismo, y casi replicando la postura japonesa previa a la Segunda Guerra Mundial, China saca músculo y se postula como la socia (en este caso de Rusia) en Oriente a modo de soporte en la nueva escalada bélica que podría estar a punto de comenzar. Muy similar a lo de Japón en los años '30.
Algo que los líderes europeos no han comprendido (ni en 1939, ni ahora) es que la "paz" pregonada entonces por Hitler y hoy por Putin, es lisa y llanamente la inexistencia del oponente, la aniquilación completa y total del enemigo (real o inventado). El Führer declamaba una cosa y hacía la otra. En esto Putin lo sabe imitar a la perfección.
La historia dejó en claro que creer las afirmaciones de la Alemania nazi de aquellos tiempos fue una letal ingenuidad que le costó caro a toda la humanidad. Los hechos así lo demostraron y es posible que lo vuelvan a demostrar.
Instagram: @marcelo.garcia.escritor
Twitter: @mdGarciaOficial