Video insólito: dos caballos entraron a un kiosco en Córdoba y se comieron todo

El hecho ocurrió en el barrio Carrara y quedó documentado por las cámaras de seguridad. Las imágenes no tardaron en hacerse virales en las redes sociales y dejan al descubierto la desesperación de la empleada del local ante la situación.

Por Canal26

Miércoles 23 de Febrero de 2022 - 16:51

Dos caballos entraron a un kiosco en Córdoba y se comieron todoVideo insólito: dos caballos entraron a un kiosco en Córdoba y se comieron todo

La insólita situación tuvo lugar en la provincia de Córdoba, en la cual dos caballos entraron a un kiosco para comer toda la mercadería que tenían a su alcance. Ubicado en el barrio Carrara Norte, en la despensa se encontraba una mujer a cargo que estaba atendiendo a un cliente.

 

De repente, entró un caballo a la escena. “Estaba a punto de cerrar y entra el último cliente que debería haber sido, pero no. Se sumaron dos caballos; asoma la cabeza el primero y le pregunto al cliente si era de él porque fue lo primero que se me ocurrió preguntar. En un segundo lo tenía ahí dentro al caballo”, comentó la empleada del local.

 

“El espacio es muy chiquito para que entre un caballo. No sabía qué hacer. Se comieron una bandeja de cañoncitos: el primero la tira y empieza a comer; después, entra el segundo caballo y se pone a comer con el primero”, añadió la mujer.

Si bien al principio todo era risas, segundos después comenzó la desesperación. “¡Che! ¡Ay!, ¿cómo lo corro? Che, fuera. ¡Me está sacando todo!”, se escucha decir a la empleada en el video mientras el animal tiraba la mercadería.

 

Tras este episodio, decidió llamar al dueño del lugar. “De la desesperación, llamo a mi patrón. Viene y me empieza a decir ‘Tirale agua’. No sabíamos qué hacer porque no los podíamos girar”, recordó la mujer.

 

Luego de rociarlos con alcohol (lejos de los ojos del animal), porque era lo único que tenían a su alcance, los caballos comenzaron a asustarse y a retroceder, chocándose con los elementos que había en el lugar.

 

Finalmente, pudieron salir del negocio. “Me daba miedo que rompieran los vidrios y el exhibidor, pero terminaron saliendo. Comieron gratis, no pagaron por lo que consumieron”, bromeó la empleada al respecto.

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