Covid persistente: logran devolver el olfato a un grupo de pacientes con un procedimiento de 10 minutos

Coronavirus en Argentina. Foto: Reuters

Por primera vez, un grupo de personas que padecieron Covid prolongado recuperaron el olfato gracias al trabajo de un equipo de investigadores que realizó un procedimiento que duró tan solo diez minutos. El método incluye una inyección y es guiado por imagen. Este descubrimiento se presentará en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA). Como consecuencia del Covid-19, muchas personas se vieron afectada por la parosmia, que es cuando el sentido del olfato deja de funcionar correctamente.

Pruebas de COVID. Foto: Reuters.

Alrededor del 60% de los pacientes padeció este síntoma, y aunque la mayoría recuperó el sentido del olfato, las personas con covid persistente ven perjudicado su apetito y su calidad de vida. "La parosmia poscovid es frecuente y cada vez más reconocida", detalló el autor principal del estudio, Adam C. Zoga, profesor en el Jefferson Health de Filadelfia (Pensilvania).

"Los pacientes pueden desarrollar aversión por alimentos y bebidas que antes disfrutaban", agregó. Además, poseer el sentido del olfato alterado puede perjudicar la percepción de los olores, y algunos afectados pueden sufrir fantosmia, una "alucinación olfativa" que hace que las personas detecten olores que no existen.

Covid. Foto: Unsplash.

Para realizar un posible tratamiento, el equipo investigó los beneficios de bloquear a los ganglios estrellados. Estos nódulos linfáticos, que son parte del sistema nervioso autónomo que regula procesos involuntarios como la frecuencia cardiaca, la tensión arterial, la respiración y la digestión, son nervios ubicados en ambos lados del cuello que envían algunas señales a la cabeza, cuello, brazos y una parte del tórax.

El equipo bloqueó el ganglio estrellado inyectando un anestésico directamente en un costado del cuello para estimular el sistema nervioso autónomo regional. Este procedimiento, que es mínimamente invasivo, dura poco tiempo y no necesita sedación ni analgésico.

COVID-19. Foto: Unsplash

La técnica se usó, aunque con mayor o menor éxito, para tratar diversas afecciones, como cefaleas en racimo, dolor de miembro fantasma, síndromes de Raynaud y Meniere, angina de pecho y arritmia cardiaca. "La parosmia se ha descrito anteriormente como un trastorno poco frecuente que se produce tras traumatismos cerebrales, cirugía cerebral, ictus, síndromes víricos y con algunos tumores de cabeza y cuello", contó Zoga. "No estábamos totalmente seguros de que el procedimiento funcionara para la parosmia", añadió

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Cómo funcionó el estudio

El estudio reclutó a 54 personas con parosmia postcovid entre las que fracasaron todas las terapias disponibles, e hizo un seguimiento a 37 de ellos. Mediante una tomografía computarizada, los científicos pusieron una aguja espinal en la base del cuello para la inyección en el ganglio estrellado y agregaron una pequeña dosis de corticosteroide al anestésico.

"El paciente inicial tuvo un resultado tremendamente positivo, casi de inmediato, con una mejoría continuada hasta el punto de la resolución de los síntomas a las cuatro semanas", dijo Zoga. Después de la inyección, de los 37 pacientes(65%), 22 mejoraron los síntomas en menos de una semana y entre ellos, 18 informaron de una mejoría considerable luego de un mes.

Pruebas de COVID. Foto: Reuters.

A los tres meses, hubo una mejora media de los síntomas del 49% (rango del 10% al 100%) entre los 22 pacientes. 26 personas además volvieron para una segunda inyección que le dieron en otro lado del cuello, unas seis semanas después. Pero esta no fue eficaz en los pacientes que no respondieron a la primera. 

El 86% de los pacientes que tuvieron cierta mejoría después de la primera inyección, tuvieron un diagnóstico mucho más optimista tras la inyección contralateral y no tuvieron complicaciones ni efectos adversos. Hasta el momento, todos los tratamientos fracasaron pero esta inyección "funciona", concluyó Zoga.